MADRID.- España es la única potencia de la
 eurozona donde se está adelantando la edad efectiva de jubilación tras 
haberse impulsado las reformas en pro de la sostenibilidad del sistema 
público de pensiones que pretendían justo lo contrario: retrasar el 
grueso de las jubilaciones. En el resto de socios del euro, con la única
 excepción de los Países Bálticos, las vidas laborales se alargan y se 
pospone la edad de retiro. De este modo, se agranda la brecha entre la 
edad real y la edad legal de jubilación, según recoge elEconomista.
Lejos de demorarse las jubilaciones, como 
pretendió la reforma de 2011 y, en general, el marco normativo al que se
 aferran las economías avanzadas, en España se está adelantando la fecha
 efectiva de retiro. 
Según los últimos datos completos y comparables de 
la OCDE, las jubilaciones anticipadas se han adelantado seis meses 
frente a los registros de 2011 situándose la edad media de retiro 
española en los 62,4 años frente a la pretensión de llevar la jubilación
 gradualmente hasta los 67 años en 2027 y frente a los 62,9 años en que 
se situaba en 2011.
Mientras, en el mismo periodo, Alemania ha
 conseguido retrasar la edad media de jubilación un año y medio (de 61,7
 a 63,2 años); Francia, un año (de 59,2 a 60,2); Italia un año y ocho 
meses (de 60 a 61,7 años); Portugal, un año y dos meses (de 65,7 a 
66,9); Grecia, en medio de sus rescates, ha logrado un ensanchamiento de
 4 meses (de 60,8 años a 61,1); y el conjunto de la eurozona un año y 
cuatro meses (de 61,7 a 63 años).       
Estos retiros anticipados son otro de los 
factores que presionan al alza el gasto en pensiones, unidos a la mayor 
esperanza de vida. Como explica el secretario general de Ocopen,  Manuel
 Álvarez, esta deriva es sumamente significativa. 
"Antes de las 
reformas, la edad de jubilación había ido aumentando y estaba más 
próxima al tope legal de retiro. "La evolución lógica hubiera sido que 
siguiera subiendo", justifica.
Nuestro país pincha en la consecución de 
esta meta, lo que engorda el desafío de las cuentas de la Seguridad 
Social y pone de manifiesto que nos alejamos de la pretensión de la 
reforma de 2011, que incluía un retraso gradual de la edad legal de 
jubilación hasta llegar paulatinamente de los 65 años anteriormente 
vigentes a los 67 en 2027. 
Diversos expertos y organismos, como el 
Fondo Monetario Internacional recomiendan que se alarguen las vidas 
laborales ante el desafío que supone la pirámide poblacional envejecida,
 la baja natalidad, y la mayor esperanza de vida para los sistemas 
públicos de pensiones. 
El fracaso español en la consecución de 
esta meta pone de manifiesto, además, uno de los grandes hándicaps de 
los gobiernos en materia de pensiones: la presión electoral de pasar por
 las urnas cada cuatro años rebaja la intensidad pedagógica a la hora de
 explicar con nitidez a los ciudadanos la situación exacta que aguarda 
al Sistema Público e implicar a los distintos actores en el reequilibrio
 de las maltrechas cuentas de la Seguridad Social. 
En parte, explican 
los expertos consultados por elEconomista, sucede que no ha calado el 
mensaje de demora en la edad de jubilación. Por otro lado, tanto la 
reciente crisis, como la incertidumbre normativa, ha propiciado que 
crecieran las jubilaciones anticipadas. 
España no solo se queda sola en la 
eurozona en esta deriva al acortamiento de la vida laboral; también se 
queda rezagada en la comparativa con la OCDE, el club de las economías 
más avanzadas. En EEUU, en Reino Unido, Australia, Chile, Japón, y en la
 media del club de las economías más potentes, la edad efectiva de 
jubilación se ha ido retrasando, con la excepción de México, donde ha 
descendido ligeramente, pero por motivos no comparables, ya que ha 
bajado de 70,2 años a 69,5 en un país que ha experimentado una fuerte 
modernización de su estructura económica. 
La bajada continuada de la edad promedio 
de jubilación real en España se debe, sobre todo, al auge de las 
prejubilaciones y jubilaciones anticipadas que se han producido de forma
 transversal y generalizada en la mayor parte de los sectores de 
actividad, amén del impacto que los ERE acaecidos durante la crisis que 
propiciaron la salida anticipada de numerosos efectivos del mercado 
laboral español. 
Como explica el investigador de la 
Universidad de Essex Javier Santacruz, mientras las prejubilaciones se 
sigan manteniendo como una de las principales vías para salir del 
mercado laboral antes de la edad legal de jubilación, la edad real 
seguirá reduciéndose hasta los 62,2 años en 2018. 
Solo cambios 
normativos que impidan su aplicación y el fin de la reestructuración de 
sectores como el bancario u otros sectores regulados (eléctrico, 
telecos...) que son grandes emisores de salidas del mercado antes de la 
edad, pararán la tendencia a la baja de la edad real y, por tanto, irá 
convergiendo a la edad legal como sí está ocurriendo en el resto de 
países comparables de la eurozona, explica Santacruz.
Los datos del Ministerio de Trabajo constatan la caída de la edad 
efectiva de jubilación, pero arrojan una cifra diferente a la reflejada 
por la OCDE. Según los registros estadísticos oficiales del Gobierno 
español, la edad media de retiro cae desde 2013, fecha de la más 
reciente reforma de las pensiones, y se sitúa en los 64,1 años en el 
último ejercicio con datos cerrados (2016), frente a los 62,4 años que 
recoge la estadística del club de las mayores economías del planeta. 
La 
razón es que la estadística de la OCDE 'limpia' y homogeneiza las 
diferencias entre regímenes singulares que no coexisten en todos los 
países, como pueden ser, entre otros, el del carbón o el de clases 
pasivas. Como explica el secretario general de la Organización de 
Consultores de Pensiones (Ocopen), Manuel Álvarez, la metodología de la 
OCDE es la más consistente. Mide las variables en todos los países de la
 misma forma, de manera que puedan ser completamente comparables y 
fieles a la realidad del tejido económico y social.