MURCIA.-  Varios testigos que han declarado este miércoles en el juicio que se  celebra en la Audiencia Provincial de Murcia contra el alcalde de  Fortuna (PP), Matías Carrillo, y los ex concejales de Hacienda y Empleo,  José Antonio López y María Dolores Sánchez, respectivamente, han  señalado a ésta última como la verdadera artífice de la trama de compra  de votos por correo, descartando que estuviera implicado el regidor  'popular' de dicha localidad.
 
   No obstante, la anécdota de la jornada la ha protagonizado un  vecino de Fortuna, que ha declarado como testigo, ya que ha cambiado la  versión que realizó en un primer momento en el Juzgado de Instrucción de  Cieza.
 
   En dicha declaración, este vecino aseguró que su voto por correo  fue voluntario, ya que se marchaba de viaje; mientras que hoy ha  sostenido que votó por correo porque se enteró de que a cambio ofrecían  un puesto de trabajo en el Ayuntamiento.
 
   "Fui a ver a la concejal María Dolores y le entregué los carnés de  mi familia y me dijo que mañana tendría trabajo", ha relatado este  vecino fortunero, quien ha manifestado que tras votar tanto él como su  mujer por correo consiguió un empleo durante seis meses.
 
   La razón por la que acudió a la ex edil fue porque previamente se  había dirigido al alcalde Carrillo para manifestarle las condiciones  precarias en las que se encontraba y éste, al decirle que "no era  posible" darle un empleo, fue a la concejal que se encargaba de esta  área para solicitarlo.
 
   Llegado el turno de interrogación del letrado de la ex edil, ha  pedido a la juez que deduzca testimonio para ver si ha incurrido en un  delito de falso testimonio y ha declinado seguir preguntando a este  testigo, porque "ha cambiado su declaración con respecto a lo que dijo  en el Juzgado de Cieza".
  
   Una joven que también ha declarado este miércoles ha acusado a la  ex concejal de Empleo de esta trama de compra de votos por correo, ya  que también ella, tras acudir a pedirle trabajo porque "tenía que pensar  en darle de comer a mis tres hijos", le dio el voto a cambio.
 
   Igualmente, el ofrecimiento de Sánchez llegó más allá, según la  testigo, hasta el punto de que le dijo que si esta gente "retiraba la  denuncia contra ella nos daría una vivienda social". Asimismo, ha negado  que en un momento dado advirtiera a la edil de que declararía en su  contra si no le daba trabajo.
 
   Esta testigo también obtuvo un trabajo de limpiadora en el  Ayuntamiento tras haber entregado la documentación para que su voto por  correo se pudiera gestionar a favor del PP. 
 
   Durante el tiempo que permaneció en el Consistorio, observó, según  ha trasladado a la juez, que "éramos ocho mujeres trabajando y la  mayoría de veces estábamos paradas y nos metían en pedanías para que no  vieran mucho personal". 
 
   El primero en declarar ha sido un joven, que en la misma línea que  los anteriores ha comentado que la ex edil lo abordó en plena calle y  le dijo que si quería trabajar en el Ayuntamiento, a cambio de darle su  voto y el de su familia. Sin embargo, lo que no sabía es que la madre de  este joven, en su día menor de edad, era concejal de la oposición.
 
   Otro de los testigos ha reconocido que se presentó de forma  voluntaria en el despacho de la que era concejal de Empleo para pedirle  trabajo. "Ella me preguntó si era de 'derechas' y le dije que a tope,  por lo que fui a por los carnés de mi familia para hacer los votos por  correo", ha recordado.
  
   Sin embargo, dos testigos, uno de ellos ex concejal de la  Agrupación de Fortuneros Independiente (AFI), han puesto de relieve que  de la trama del PP de la compra de votos por correo sólo oyeron rumores.
 
   Tras tener conocimiento de ellos, este concejal independiente,  junto a los representantes de IU y PSOE se reunieron en la sede  socialista para hacer un escrito solicitando a la gente que votara  "libremente".
 
   La mujer, por su parte, ha reconocido que por aquella época "había  muchos nervios de los partidos políticos y todo el mundo se dirigía a  la edil de Empleo a pedirle trabajo, porque intentaba ayudar a todo el  mundo", aunque ha asegurado que nunca vio nada de la compra de votos por  correo, puesto que ella, junto al voto de su marido y de su hija, los  depositó en persona en Correos.
 
   El fiscal pide para cada uno de los acusados doce fines de semana  de arresto, multa de seis meses con una cuota diaria de seis euros, y la  inhabilitación especial para el cargo de concejal y para el ejercicio  del derecho de sufragio pasivo durante cinco años.
    Por su parte, la acusación particular, representada por el letrado  Joaquín Dólera, a instancias de IU, que fue quien denunció los hechos,  considera que los hechos, además de un delito electoral, son  constitutivos de prevaricación y malversación de caudales públicos.