BERLÍN.- La canciller Angela Merkel
 abogó hoy por reformar el impuesto solidario interalemán para que, a 
partir de 2019, también zonas deprimidas del oeste del país -y no sólo 
la antigua Alemania oriental- puedan beneficiarse de estos ingresos.
Así lo aseguró la canciller en su habitual videomensaje de los 
sábados, en el que abordó la política de financiación regional alemana 
en previsión del encuentro que mantendrá el próximo jueves con los 
presidentes de los "Länder", sobre el que planea la sombra del fracaso 
por falta de consenso.
"Por supuesto que seguiremos empleando los ingresos del suplemento de
 solidaridad tras el final del pacto solidario", indicó la jefa del 
Gobierno alemán en relación al impuesto que se introdujo tras la 
reunificación del país para reflotar económicamente a la parte oriental.
No obstante, agregó que estas partidas no se destinarán 
exclusivamente a tareas en los "nuevos estados federados", una forma de 
denominar a los incorporados en la reunificación, sino también a atajar 
"debilidades estructurales en regiones de los estados federados 
antiguos".
De esta forma Merkel tomaba postura de cara al encuentro con los 
presidentes de los "Länder" de esta semana, una cumbre que se prevé 
compleja tras la cancelación intempestiva de la reunión preparatoria de 
responsables de Finanzas prevista para el lunes.
Un portavoz del Ministerio de Finanzas alemán confirmó hoy que el 
encuentro se había aplazado tras varias informaciones que apuntaban a 
que los representantes de los estados federados habían decidido 
"plantar" al ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ante las palpables
 diferencias entre unos y otros.
El impuesto solidario es uno de los principales caballos de batalla 
entre los "Länder", que quieren reformar el actual sistema de 
financiación.
Varias regiones del oeste del país han denunciado que sus condiciones
 macroeconómicas y sociales son más precarias que las del este y que 
merecen más que éstas el apoyo financiero del impuesto solidario (que 
ellos deben pagar y el este no).
En la batalla de la financiación regional los estados más ricos 
quieren reducir su contribución, los más pobres mantenerla o aumentarla,
 y Berlín hacer caja a cuenta de su capitalidad, mientras otros apuestan
 por gestionar directamente cierto porcentaje de esos ingresos en lugar 
de que los administre totalmente el Estado central.
 
 



