Todos lo medios de comunicación, todos 
los mentideros, las tertulias, las barras de las cervecerías, en donde 
los españoles suelen resolver el problema del Oriente medio entre caña y
 caña, hablan sin parar de lo mismo:las consultas reales para la 
formación del gobierno. No hay sitio para nada más. Una situación muy 
enrevesada, casi laberíntica.
Prácticamente
 todos los comentaristas se rindieron a la audacia de Pablo Iglesias al 
proponerse a sí mismo como vicepresidente de un gobierno de coalición 
con el PSOE, antes de que nadie hubiera dicho esta boca es mía. Una 
jugada maestra, fulminante, un órdago, una finta que, según muchos 
analistas dejó descolocado a Sánchez e indujo a Rajoy a quitarse de 
enmedio.
De
 escuchar los habituales ditirambos que Podemos se dedica a sí mismo 
permanentemente: el movimiento de Iglesias fue la causa de la retirada 
de Rajoy. Solo que Rajoy no se retiró, sino que se hizo a un lado 
cucamente, a esperar acontecimientos porque, dando por cierto que no 
será investido, prefiere nuevas elecciones, mientras Pedro Sánchez, nada
 interesado en ellas, tomó distancias de la oferta de Iglesias y sus 
amigos del PSOE la calificaban de humillación y chantaje, ignoro por 
qué. No veo el chantaje por parte alguna. Veo, sí, mucha petulancia, 
habitual en estos salvapatrias de nuevo cuño populista, pero nada de 
chantaje. Es lógico, además, que pujen por sacar adelante un gobierno, 
antes de que retornen las fricciones en su grupo con las franquicias una
 vez se sienten estas a considerar cómo ese "ministerio de la 
plurinacionalidad", en realidad suena a ministerio de las reservas 
indias.
El
 repliegue del presidente de los sobresueldos desconcierta el protocolo.
 No está previsto que quien dice haber ganado las elecciones no pueda 
formar gobierno. Pero sí está previsto que el que no pueda formar 
gobierno haga mutis por el foro y no se quede a un lado, a ver si tiene 
mejor suerte en otra ocasión y bloquea la salida. El Rey convoca nueva 
ronda de contactos y, según se supone, la solución podría ser el 
gobierno de coalición de la izquierda PSOE, Podemos y los dos de IU. Ya 
analizamos ayer sus perspectivas y facetas. Mientras tanto, Metroscopia,
 en sondeo encargado por El País, llega a la conclusión de que la gente valora negativamente a Rajoy, Sánchez e Iglesias, pero pone nota alta a Rivera. Este
 último dato es tan sorprendente que comienza uno a sospechar que el 
país oficial es, en realidad, una ilusión, una quimera, una fábula 
narrada por un idiota, como dice Shakespeare. 
Ese
 es el país oficial: gobierno, partidos, tribunales, jueces, Parlamento,
 Constitución, elecciones, representación, negociaciones, etc. El país 
del que hablan los medios, sobre el que se cruzan apuestas y que debaten
 los expertos. A su lado está el país real, el verdadero, el que 
responde a la verdadera esencia de este cortijo gobernado de siempre por
 una oligarquía corrupta, inepta y reaccionaria. Una jueza imputa un delito al partido del gobierno,
 el PP, por el borrado de los discos duros del ordenador del presunto 
delincuente Bárcenas, extesorero del partido. Llama a declarar a la 
tesorera actual del partido y al propio Bárcenas. Justo el mismo día que
 el hombre mano derecha de la vicepresidenta del gobierno se ve obligado
 a dimitir por su supuesta implicación en una estafa al parecer 
propiciada desde la misma Moncloa, sede del gobierno. En cualquier lugar
 del planeta el presidente de ese partido estaría ya en su casa. Aquí 
está en el gobierno y quiere seguir. 
Es
 el país real,  gobernado por un presunto corrupto, rodeado de ladrones y
 sinvergüenzas, algunos de los cuales están ya en la cárcel y otros 
esperan entrar en breve, al frente de un partido que es una banda de 
malhechores que llevan años tomando las instituciones públicas al asalto
 y esquilmando el erario en donde quiera que se relacionan con él. Un  
país cuyo Jefe del Estado tiene a su hermana sentada en el banquillo 
acusada de delinquir y un cuñado en idéntica circunstancia y un padre, 
Rey dimisionario, cuyo comportamiento ha sido inadmisible desde todos 
los puntos de vista y que ha amasado un dineral, de lo que informa la 
revista Forbes, sin que hasta la fecha haya dado explicación alguna sobre el origen de su fortuna.
Real
 y muy real es que el mismo pavo que protegió y amparó a su amigo 
Bárcenas, que cobró sobresueldos de procedencia dudosa, engañó a todo el
 mundo con un programa electoral falso, mintió descaradamente en al 
Parlamento y protegió y amparó prácticamente a todos los delincuentes 
del PP, tiene el morro de presentar su candidatura a la presidencia del 
gobierno. Como lo es que el partido cuyos miembros (muchos de ellos con 
altos cargos de la administración, empezando por el consejo de 
ministros), han entendido la política como un medio para enriquecerse a 
costa del bien público, para enchufar a los amigos y parientes y 
esquilmar el país, privatizando sus bienes colectivos o simplemente 
robándolos, tenga la representación parlamentaria más numerosa
Son
 estos sinvergüenzas quienes, disfrazados de políticos, atienden a todos
 los ritos de la democracia, como si aquí hubiera un gobierno y no un 
consejo de forajidos; un Parlamento y no un coro de paniaguados, 
enchufados y botarates; unos tribunales y no unos jueces obsequiosos con
 los poderosos; como si los medios tuvieran periodistas independientes y
 no sicarios a sueldo; como si los curas se dedicaran a pastorear a la 
grey y no a arramblar con cuanta riqueza se cruza en su camino para 
enriquecer a la Iglesia. Háganse cuantas excepciones se quieran en todas
 esas categorías. Siempre serán excepciones.
El
 país real es este que todos padecemos. El otro, el de las consultas 
reales, las tertulias, en el fondo, es una ilusión, un mundo virtual.
 
P.D.) Ironías de la vida. En mi artículo de elMón.cat de hoy
 trato de demostrar que la combinación de un posible gobierno de la 
izquierda en España depende del voto favorable o, cuando menos, la 
abstención de los nueve diputados de ERC y los ocho de Democràcia i Llibertat. Palinuro lo anunció ya en la noche del 20D, Todos pierden menos los catalanes
 y ahora eso es patente.  
 
Cuando Tardá (ERC) dice que no hay posibilidad 
de gobierno de izquierda en España si no reconoce la soberanía del 
pueblo catalán, igual que cuando Homs (CDC) anuncia que no regalarán su 
abstención al gobierno de Madrid, están poniendo un dogal muy estrecho 
en el cuello de la hipotética coalición izquierdista española. 
 
Por ahora
 es inimaginable que el PSOE admita ese principio de soberanía catalana y
 también que acepte referéndum de autodeterminación. Mucho tendrían que 
cambiar las cosas para que eso pasara. Y, si los dos partidos 
independentistas se obstinan en mantener sus exigencias, está claro que 
no podrá haber gobierno de izquierda en España. Podría haber uno de gran
 coalición (PP - PSOE y, quizá, C's) que el PSOE no admitiría en ningún 
caso, o nuevas elecciones.
El
 problema para los partidos españoles reside en ese escenario de 
elecciones nuevas. Nadie las quiere, pero es una amenaza de los 
independentistas catalanes con mucha fuerza porque es muy verosímil ya 
que a ellos les interesa por cuanto mientras no haya gobierno en España 
ellos podrán poner en marcha con más tranquilidad su hoja de ruta.
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED