La condena a Elpidio Silva a manos de la Sala Civil y Penal del TSJ
 de Madrid se asemeja a un iceberg donde lo más gordo o sustancial queda 
oculto.
Elpidio se atrevió a abrir la caja de los truenos, la caja de 
Pandora,  una causa penal contra Blesa, el ex presidente de Bankia 
nombrado en su dia por Aznar que bien aprovechó el nombramiento, y buen 
amigo del recientemente dimitido ministro de Justicia Ruiz-Gallardón.
La querella no la puso el fiscal sin más porque a Blesa le metieran
 en prisión. La querella la ordenó al Fiscal Jefe del TSJ, Moix, el 
entonces Ministro de Justicia Ruiz Gallardón.Y es que Ruiz-Gallardón, 
amigo de Aznar (cuyos chanchullos con Caja Madrid han sido tapados pero 
que serán juzgados en un futuro) tenía vivo interés en que se 
investigase Bankia-Caja Madrid porque el propio Gallardón, amigo de 
ciertos poderes económicos de Madrid, como Florentino, tenía intereses 
que ocultar.
No es normal que un Fiscal ponga una querella contra un juez, las 
querellas que salen adelante contra jueces las ponen las propias 
personas que se sienten perjudicadas y luego las apoya -las más de las 
veces no- el fiscal.
A Elpidio le ha condenado en suma una trama civil de tipo 
golpista-judicial donde una parte del Poder Judicial ha colaborado 
activamente haciéndose cómplice de la situación.
El presidente de la Sala, Arturo Beltrán, un ex jurídico militar 
reconvertido a juez penal de la justicia civil, ha salvado su honor y 
conciencia, como buen militar, votando en contra de la condena. Dice 
Beltrán en su voto particular que Silva ha podido errar pero no 
prevaricar. 
No conozco personalmente a Beltrán, pero vi en un caso que 
tuvo el valor de revocar el archivo de una querella contra un Director 
General de Trabajo puesta por unos pilotos de Air Europa, ordenando a la
 juez instructora de Madrid que citase a declarar como imputado al alto 
cargo del Ministerio de Trabajo. 
Eso me hizo pensar que no era del grupo
 más común o grueso de los jueces españoles, donde abundan los 
aduladores del poder que sacan el dedo por la ventana, previamente 
mojado por la lengua, para ver hacia donde sopla el viento y sentencian 
en su misma dirección en un "viva quien venza". Su conducta durante el 
juicio me hizo pensar que Beltrán no era juez domesticado y que se 
encontraba sumamente incómodo en ese juicio. Al final le dignifica que 
ha hecho lo que le mandaba su conciencia y no su conveniencia. 
Con la sentencia "Elpidio", muy bien maquillada, se puede mandar a 
la inhabilitación a muchos jueces porque prácticas semejantes a las que 
los sentenciadores consideran delictivas se practican en la vida diaria 
de los juzgados. Pero pasará como con la jurisprudencia del Supremo para
 admitir las querellas de Garzón, que era purísima, legalísima, pero 
solo se le ha aplicado a Garzón, despues "si te vi no me acuerdo" o han 
perdido la memoria, ya no se la aplican a otros en casos tan o más 
evidentes, tal es el principio de coherencia que practican nuestras más 
altas cúspides de la Justicia Española hasta que en un tiempo venidero 
"todo salga en la colada" como decía Cervantes.
En suma hay que completar la foto del proceso. Por detrás de los 
jueces está Alberto Ruiz-Gallardón dirigiendo al Fiscal e influyendo en 
la mayoría del Tribunal, en defensa de su interés propio, que no se 
investiguen sus relaciones ocultas con Bankia y Blesa. A su lado los 
Aznar, otros trincadores de Caja Madrid-Bankia, que salen impunes como 
el ya ex ministro. Solo el juez presidente no se dejó manipular.  La 
impunidad de la corrupción ha triunfado en esta sentencia. Pero se trata
 de una victoria provisional preludio de una grave derrota final. Si 
supieran la que en lo venidero se han buscado los condenadores no 
habrían condenado a buen seguro. Pero solo los insensatos ven los 
problemas cuando ya están encima, que decía el sabio Homero. 
Ahora le cabe a Elpidio recurrir al Supremo, luego al 
Constitucional y en última instancia al Tribunal de Estrasburgo, a donde
 tambien recurrió Garzón la condena por Gürtel y no sabemos aun si 
admitieron o no su demanda. Como el Supremo vea peligrosos cambios en el
 horizonte es posible que revoque la condena de Elpidio para ponerse de 
parte del nuevo poder emergente. Es así como funciona este decrépito 
sistema de justicia que tenemos y que hemos de demoler como una 
necesidad prioritaria o de orden público.
(*) Abogado 

 
 
