MADRID.- Mientras el Gobierno español se esfuerza por  convencer a las autoridades regionales de que cumplir con la reducción  del déficit fiscal es un objetivo compartido e incondicional, las  Comunidades Autónomas exigen más fondos públicos entre la relativa  indiferencia de los mercados. 
"Hoy  por hoy, los mercados no se están fijando en el tema de la financiación  autonómica. Ahora tienen otras preocupaciones más inmediatas como es la  deuda griega y de cómo se vaya a resolver finalmente la reconversión  del negocio de las cajas de ahorros en España", dijo el director de  tesorería de una gran entidad financiera española que pidió el  anonimato.
Sin embargo, la financiación regional, que hasta hace  bien poco era un aspecto casi anecdótico de la realidad económica del  país desde la óptica de los mercados financieros, se ha convertido desde  el año pasado en un elemento a considerar por su potencial peligro para  el conjunto de las cuentas públicas, aunque por ahora se observa con  cierta distancia.
Mientras que los mercados no parecen cuestionar  el cumplimiento de los objetivos presupuestarios del Gobierno central  español, sí temen desviaciones en las metas de déficit de las  Comunidades Autónomas.
El ejecutivo español se ha comprometido con  la Comisión Europea a reducir su elevado déficit público hasta el 3,0  por ciento del PIB en 2013 frente al 9,24 por ciento de 2010.
En el caso de las Comunidades Autónomas, tienen un tope de déficit fijado para este año y el próximo del 1,3 por ciento.
A  la vista de que las Comunidades Autónomas manejan la mayor partida del  gasto público con el 36 por ciento del gasto total, la idea comúnmente  aceptada es que la disciplina fiscal de estas administraciones es vital  para el cumplimiento de los objetivos presupuestarios del país.
Por  su parte, el Estado Central gestiona el 21 por ciento del gasto total,  la Seguridad Social el 30 por ciento y las Corporaciones Locales el 13  por ciento.
"En un contexto electoral tan cercano y, si además se  añade la posibilidad de que algunas CCAA cambien de gobierno, los  inversores en bonos quieren saber sobre esto", dijo Emilio Ontiveros,  presidente de Analistas Financieros Internacionales.
El miércoles,  el organismo público que trata sobre esta materia - el Consejo de  Política Económica y Financiera (CPFF) - dio luz verde a los planes de  reequilibrio financiero de nueve Comunidades Autónomas que implicará un  descenso del déficit regional de 4.283 millones de euros en 2012.
"La tarea ahora mismo del CPFF es aportar información relevante y reducir los focos de incertidumbre", agregó Ontiveros.
Algunas  de las Comunidades Autónomas, como Cataluña, especialmente  significativa por su más voluminosa aportación al PIB nacional, dejó  claro que si el Gobierno central no le ingresa este año 1.450 millones  de euros a cuenta del fondo de competitividad podría no cumplir con su  objetivo de déficit para 2011 del 1,3 por ciento.
Por su parte, el  Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, acuciado por sus propios  problemas económicos derivados de la crisis, argumenta que con la nueva  ley de financiación autonómica en la mano, este fondo no es pagadero  hasta que se liquiden las cuentas del presente ejercicio.
Zapatero  recordó a los ejecutivos regionales que el ejercicio de gobierno  ocasionalmente obliga a tomar decisiones impopulares, como ya  experimentó en mayo pasado su propio gabinete cuando se vio obligado a  recortar el gasto para acelerar el rigor fiscal.
"La incertidumbre  que planea es básicamente sobre el sistema de autonomías que está  marcada sobre quiénes deciden el gasto y cómo se reparten los ingresos",  expresó Sergi Jiménez, investigador de Fedea y profesor de la  Universidad Pompeu Fabra.
Según Ontiveros, una buena fórmula para  despejar incógnitas desde la perspectiva de los mercados en materia de  financiación autonómica sería la pronta presentación y aprobación de los  planes de reequilibrio de las regiones aún pendientes, entre ellas  Cataluña.
La aprobación de estos planes permite a las autonomías  emitir deuda nueva --no vinculada a vencimientos de deuda existente--  por un 0,65 por ciento del PIB de cada comunidad.
Existe  consenso entre analistas en que en caso de despejarse las mayores  incógnitas financieras que pesan sobre los mercados, éstos podrían  dirigir el principal foco de su atención a la evolución de la  financiación autonómica.
Además, también mencionaron la próxima  cita electoral en España del 22 de mayo con la celebración de las  elecciones municipales y autonómicas.
"En general, todo el mundo  prefiere esperar al resultado electoral de mayo antes de tomar  decisiones que afectan a sus inversiones", dijo el director de  tesorería.
En este sentido, varios analistas señalaron que la  hipótesis de cambios de Gobierno en algunas de los ayuntamientos y  gobiernos regionales involucrados en los próximos comicios de mayo  extreman la cautela inversora ante el temor al descubrimiento de  eventuales desajustes contables.
 
 
