Los
 descubrimientos científicos realizados por Judy Mikovits y Frank 
Ruscetti demostraron que el suministro sanguíneo y las vacunas están 
contaminadas con retrovirus causantes de enfermedades desde hace más de 
tres décadas, lo cual el gobierno estadounidense ocultó todo el tiempo.
Según Mikovits, el SARS-CoV-2 es un virus que se clonó y fabricó en una línea celular de mono, por lo que es un virus de mono.
Las
 personas más susceptibles de morir a causa de las inyecciones antiCOVID
 son las que ya están coinfectadas con el XMRV, VIH, borrelia, babesia y
 otros patógenos que suelen adquirirse a través de vacunas virales 
contaminadas.
La Dra. Judy Mikovits, el Dr. Frank 
Ruscetti y Kent Heckenlively, abogado y profesor de ciencias, hablan 
sobre del libro titulado "Ending Plague: A Scholar's Obligation in an Age of Corruption", del que son coautores.
Este es el tercer libro de una trilogía que comenzó con los textos: "Plague:
 One Scientist’s Intrepid 
Search for the Truth About Human Retroviruses 
and Chronic Fatigue Syndrome (ME/CFS), Autism, and Other Diseases" y "Plague of Corruption: Restoring Faith in the Promise of Science".
Los dos primeros fueron coescritos por Mikovits y Heckenlively. La 
inspiración para el tercer libro provino de Ruscetti, quien es el mentor
 y colaborador profesional de Mikovits desde hace 38 años. Como indica 
el subtítulo, no podremos acabar con esta epidemia de corrupción 
científica y académica a menos que, o hasta que, los académicos y 
científicos cumplan con sus obligaciones y responsabilidades 
profesionales.
“Ese es el objetivo del libro, y no 
tendríamos este problema si las personas como Tony [Anthony] Fauci y Bob
 [Robert] Gallo no se salieran con la suya en cuestiones como la 
epidemia de autismo, ébola, y zika, así como el VIH/SIDA", afirma Mikovits. 
Venta de la salud pública por beneficios económicos
Las obras "Plague" y "Plague of Corruption" detallan los 
descubrimientos científicos realizados por Mikovits y Ruscetti, que 
incluyen los alarmantes hallazgos de que el suministro sanguíneo y las 
vacunas están contaminadas con retrovirus causantes de enfermedades, lo 
cual el gobierno de Estados Unidos ocultó durante décadas. Los libros se
 leen como novelas de suspenso vertiginosas y ofrecen una visión del 
mundo científico, al que pocas personas tienen acceso.
El libro No. 3, "Ending Plague", trata más que nada de la historia de
 Ruscetti. En 1983, cuando Ruscetti contrató a Mikovits como técnica de 
laboratorio en Fort Detrick, acababa de descubrir el factor de 
crecimiento de las células T, que después se renombró como interleucina 
2. También descubrió el primer retrovirus humano causante de 
enfermedades, llamado virus linfotrópico T humano (HTLV-1) o virus de la
 leucemia de células T humanas, en 1980. Así que el libro comienza con 
la historia y perspectiva de Ruscetti.
 "La motivación para escribir el libro no es algo nuevo", dice Ruscetti, "y
 a menos que cambiemos el destino de todas las personas, la situación 
empeorará. Durante la epidemia de sida, llegamos a un punto muerto. Lo 
que la mayoría de las personas no sabe es que, en aquel momento, no 
deberíamos haber llegado a un punto muerto, porque si observamos el 
resto del mundo, la causa principal de muerte entre las mujeres en edad 
fértil es el VIH".
Esta es una afirmación bastante 
extraordinaria. La principal causa de muerte entre las mujeres en edad 
fértil en el mundo es el VIH/SIDA, pero ¿alguna vez hemos escuchado algo
 al respecto? Si no es así ¿por qué cree que ocurre esto? En resumen, 
los organismos de salud han realizado un pésimo trabajo en las últimas 
décadas, al vender la salud pública para obtener beneficios económicos. 
Como señaló Heckenlively:
 "La administración de salud pública no nos ha servido bien en 
los últimos 40 o 50 años. Lo que me parece en verdad extraordinario de 
la historia de Frank es que detalla la realidad de los errores de la 
ciencia. Nos gusta imaginar la ciencia como una democracia de expertos; 
es decir, personas competentes en su campo que discuten sobre los 
avances de la ciencia. Pero, esa no en la realidad de la salud pública.
 
 
 A partir de los años 70, con la guerra de Nixon contra el 
cáncer, la cual se aceleró con Reagan, se crearon estos "zares" de la 
ciencia. Uno de ellos es Tony Fauci. Y luego degradaron a los demás 
científicos para convertirlos en siervos. En realidad, no tenemos muchos
 'científicos gubernamentales'. Hay muchos científicos contratados por 
el gobierno federal, lo que creó un sistema en el que personas como Tony
 Fauci controlan la salud pública.
 
 
 
 Creo que si la población entendiera que el propio sistema se 
configuró para que el poder se concentre en muy pocos individuos, 
entonces todo tendría más sentido. Por eso, cuando los medios de 
comunicación dicen que 'la ciencia decide esto', 'la ciencia decide 
aquello', no es así.
 
 
 
 Se trata de un grupo poco numeroso de personas, casi como una 
santa sede de la ciencia, y eso es lo que tratamos de combatir. Lo que 
queremos lograr es que la ciencia vuelva a sus raíces originales, en las
 que todo aquel que esté cualificado tenga voz y pueda contribuir al 
debate".
Demasiado poder en muy pocas manos
Fauci es Director de los Institutos Nacionales de Alergias y 
Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) desde 1984. 
Entonces, desde hace 37 años es el responsable de distribuir fondos de 
investigación por un valor de casi un billón de dólares. Pero ¿quién 
recibe estas cantidades de los contribuyentes? Estas recaen sobre todo 
en los que se alinean con la industria farmacéutica. Lo que se convirtió
 en una relación incestuosa que gira en torno a la creación de 
beneficios, mientras que la población no obtiene casi ningún beneficio.
De hecho, en muchos casos, la salud pública ha sufrido mucho y las 
personas no son conscientes de lo que ocurre, ni de que su mala salud es
 el resultado de políticas corruptas y de conflicto de intereses. 
Heckenlively dice:
 "De hecho, tener ese tipo de poder de por sí es una muy mala 
idea. Creo que Fauci es en realidad una persona terrible porque no sólo 
está a cargo de este sistema, sino que ayudó a diseñarlo. Tenemos que 
deshacernos de Fauci y evitar que el próximo Fauci tome el poder".
Es importante destacar que Fauci y las grandes farmacéuticas no sólo 
controlan la financiación de la investigación, sino también lo que se 
publica. Fauci es la razón por la que la población no sabe que el 
VIH/SIDA es la principal causa de muerte entre las mujeres en edad 
fértil a nivel mundial. Esta estadística se censura, al igual que los 
datos sobre el tratamiento y las vacunas antiCOVID.
Como explica Mikovits, el síndrome de fatiga crónica (CFS), que 
afecta más que nada a las mujeres, se trata del SIDA sin el VIH. 
Constituye una disfunción inmunológica que proviene de las vacunas, 
productos biológicos y del suministro sanguíneo contaminado que se 
utilizan desde hace décadas.
Como se detalla en "Plague", Fauci fue una figura clave en el 
encubrimiento de la verdadera causa del SIDA, que se atribuyó de manera 
equivocada a los homosexuales y drogadictos. Al cambiar de forma 
fraudulenta la definición de la enfermedad y negar la presencia de virus
 exógenos, los denominados virus relacionados con la leucemia murina 
xenotrópica o XMRV, impidieron que las mujeres recibieran la atención 
adecuada. Mikovits explica:
 "La definición era que 'Sólo el VIH puede causar SIDA', y ahora 
observamos lo mismo. Nunca hubo un virus de mono SARS-CoV-2 en cientos 
de millones de personas. Al parecer se transmite a través de la vacuna 
[COVID] y de los recombinantes, y podría ocurrir en tan sólo dos 
semanas".
SARS-CoV-2 es un virus de mono clonado
El Dr. Andy Kaufman, afirma que el virus del SARS-CoV-2 nunca fue 
identificado. Pero, según Mikovits, está muy equivocado. El SARS-CoV-2 
es un virus de mono clonado, fabricado en la línea celular Vero de un 
riñón de mono y aislado sólo de esa línea celular, no de humanos con 
COVID, indica.
El coronavirus original de los murciélagos se cultivó en una línea 
celular Vero del riñón de un mono, la cual es conocida por estar 
contaminada con retrovirus y coronavirus que se recombinan con facilidad
 cada vez que se fabrican las vacunas en producciones de 100 litros.
A mediados de los años 90, Mikovits realizó experimentos con cultivos
 de ébola en tejido de murciélago y en la misma línea de células, para 
tratar de entender cómo estos virus causan la enfermedad. Lo que 
descubrió fue que la infección no es la causante de muerte. Los efectos 
secundarios inflamatorios y la desregulación de la respuesta inmune 
innata son los que resultan letales, y el virus lo provoca en parte al 
bloquear las vías del interferón. Heckenlively expresa:
 "Lo que Judy dice es que, cuando se mezclan estos virus en 
diferentes cultivos, se obtienen secuencias genéticas de las células del
 cultivo. De lo que hablan nuestros libros es de lo peligrosa que es 
esta práctica común: por ejemplo, aprovechar un virus humano que se 
aísla y desarrollarlo en cultivos animales.
 Lo que muchas personas desconocen es que los virus no son como 
otros organismos vivos. Son muy promiscuos en intercambiar códigos 
genéticos. En abril o mayo de 2020, [las personas dijeron] 'este virus 
de murciélago parece tener algunas proteínas y secuencias del VIH'. 
¿Cómo es que se obtienen secuencias de mono en un virus de murciélago?
 
 Nuestro argumento es que, esta práctica común de desarrollar 
virus en diferentes cultivos de animales, incluidos los humanos, genera 
estos virus monstruosos que tendrán secuencias genéticas de los medios 
en los que se desarrollan.
 
 En los años 80 se creía que el virus del VIH se escondía en las 
células T, lo que no me parece coherente. Es cierto que, a medida que la
 enfermedad avanza, las células T se eliminan por completo. Eso era un 
indicador de la infección, pero lo que Judy y Frank decían es que el 
virus del VIH no puede esconderse en las células T, sobre todo porque se
 desarrollaría la demencia del SIDA y las células T no se encuentran en 
el cerebro.
 
 El trabajo seminal de Judy con Frank fue encontrar el verdadero 
reservorio en el que vivía el virus del VIH, que eran los macrófagos del
 monositio. Según entiendo las afirmaciones de Andy Kaufman, creo que 
exagera. Judy muestra cómo el virus causa daños, cómo el establecimiento
 es erróneo y cómo algunas de estas personas alternas también omiten 
parte del argumento".
El SARS-CoV-2 se propagó por inyección
Mikovits realiza diversas afirmaciones impactantes en esta 
entrevista. Entre ellas, que el SARS-CoV-2 se propagó por el uso 
habitual de vacunas contaminadas con el virus del SARS-CoV-2 por las 
prácticas de fabricación.
Las líneas celulares de riñón de mono que se utilizaron para fabricar
 muchas vacunas, se contaminaron con el coronavirus del murciélago y se 
enviaron alrededor del mundo. Luego, esas vacunas se inyectaron en 
humanos, lo que se denomina transfección. A continuación, sus células 
comenzaron a replicar lo que ahora conocemos como el virus SARS-CoV-2.
 "Sin duda, aislaron un virus SARS-CoV-2", afirma Mikovits.
 "Pero no hay nada definitivo que demuestre que eso satisface los 
postulados de Koch o los criterios de Hill, lo que sí pudimos lograr con
 los XMRV, y en mi opinión, significa que el virus sigue siendo un virus
 de mono que se propagó por inyección".
En otras palabras, aunque existe un virus llamado SARS-CoV-2, nadie 
puede probar que este aislado viral pueda transmitirse entre humanos o 
causar COVID-19. Su afirmación indica que el SARS-CoV-2 es un virus de 
mono, producto del cultivo de un coronavirus de murciélago en cultivos 
de células de riñón de mono que, durante años, se contaminaron con XMRV.
Para demostrar que el SARS-CoV-2 causa el COVID-19, hay que extraer 
el virus de una persona que padezca el COVID-19, e infectar a otra 
persona con ese virus. Si la persona expuesta contrae COVID-19, el virus
 sería el factor causante.
Sabemos que la mayoría está expuesta a personas con COVID-19 y; sin 
embargo, no lo desarrollan. Esto sugiere que el SARS-Co-V-2 no es el 
único factor que lo causa.
Las vacunas antiCOVID pueden producir variantes
Mikovits también cree que las vacunas antiCOVID podrían sumarse a la 
pandemia al producir variantes por medio de un proceso llamado 
transfección. Cuando un clon de una secuencia viral infecciosa se 
inyecta en una partícula viral sintética llamada nanopartícula lipídica,
 no es una partícula viral infecciosa transmisible. En cambio, el 
mecanismo de las células anfitrionas comienza a replicar las secuencias 
inoculadas o a expresar las proteínas Spike.
En el caso de las vacunas antiCOVID, sus células sólo producen la 
proteína Spike del virus, que es la parte patógena del mismo. Por lo 
tanto, la proteína Spike es la causante de la enfermedad. Dicho de otro 
modo, el COVID-19 no es una infección viral. Proviene de una toxina 
metabólica, en concreto la proteína Spike. Como tal, esta partícula 
viral funciona como un virus sintético.
La proteína Spike es sintética porque el ARNm inyectado se modificó 
genéticamente. El ARNm no es infeccioso ni transmisible, pero, cuando se
 inyecta, el cuerpo empieza a fabricar esta proteína Spike sintética que
 funciona como un virus y que puede transmitirse a otras personas. 
Heckenlively expone:
 "Los virólogos dicen que para hacer daño se necesita un virus 
completo. Lo que Judy encontró es que los virus defectuosos también 
pueden causar daños. Si imaginamos un virus como un código, como si 
fuera un programa computacional, cuando hay un par de líneas de código 
incorrectas, eso también puede causar problemas en la computadora.
 Lo que Judy dice es que los virus pueden ser incluso más 
peligrosos de lo previsto por la ciencia. Y no es necesario tener un 
virus completo para provocar daños. Pueden hacerse secuencias del virus 
que llamarían piezas defectuosas o basura, y aun así provocar un gran 
daño, porque esas partes del virus, como la envoltura, pueden afectar la
 función del sistema inmunológico".
Según Mikovits, el 8 % del genoma humano consiste en virus endógenos 
que incluyen envolturas retrovirales, que son fundamentales para regular
 nuestras respuestas inmunes innatas, nuestro interferón crítico de tipo
 1. Algunos desempeñan actividades muy importantes, incluidas las 
funciones de regulación.
Sin embargo, no pueden expresarse virus endógenos animales o humanos 
sin arriesgarse a recombinantes y nuevos virus. Por lo tanto, cuando las
 vacunas se contaminan con retrovirus animales, existe el riesgo de 
crear virus nuevos que pueden causar todo tipo de daño.
¿Qué es la agenda oculta?
En resumen, el trabajo de Mikovits y Ruscetti demuestra el principio 
importante de que los virus no se desplazan solos, viajan en grupos. Y 
mientras uno puede afectar a una parte del sistema inmunológico, otro 
tipo puede producir otras respuestas inmunológicas. El resultado final 
es lo que diagnosticamos como disfunción o deficiencia inmunológica 
adquirida.
Por ejemplo, el VIH por sí solo no causa el SIDA. Para desarrollar el
 SIDA, se necesitan múltiples toxinas ambientales como el glifosato, 
aluminio o una coinfección de VIH y XMRV. De nuevo, el XMRV se encuentra
 en las vacunas que se cultivaron en tejido animal.
El XMRV paraliza el sistema inmunológico innato, incluidas las 
células asesinas naturales (NK). Eso permite que el VIH destruya el 
sistema inmunológico adaptativo, las células T y B, lo que provoca la 
progresión de la enfermedad que, sin tratamiento, puede resultar en la 
muerte. En CFS, la principal coinfección es la del XMRV y los virus del 
herpes.
Mikovits tiene la certeza de que lo que 
ahora denominan "COVID de gran alcance" es en realidad la proteína Spike
 del SARS-CoV-2 que se activa y recombina con el XMRV, que se introdujo a
 través de las vacunas y con el virus del VIH. 
También considera que las personas más susceptibles de morir a causa 
de las vacunas antiCOVID son las que ya están coinfectadas por el XMRV, 
VIH, borrelia, babesia y otros patógenos que suelen adquirirse a través 
de vacunas contaminadas.
Entonces, esto significa que, para protegerse contra la enfermedad, 
no puede centrarse en protegerse contra un solo virus. La respuesta es 
asegurarse de que su sistema inmunológico este lo bastante fuerte para 
enfrentar a cualquier enemigo. No debe volver a recibir ninguna vacuna 
hasta que se realicen todas las pruebas pertinentes y se eliminen los 
contaminantes, como deberían haber hecho hace décadas.
Por eso las medidas pandémicas son tan perjudiciales. Llevar un 
cubrebocas, refugiarse en un lugar cerrado y permanecer en un estado de 
miedo perpetuo pueden mermar su función inmunológica. La pregunta es: 
¿por qué los responsables se aseguraron de hacer todo lo posible para 
disminuir nuestras defensas inmunológicas?
 "En lo personal, esta es la mayor prueba de que no se trata sólo de una serie de errores por parte de los responsables", dice Heckenlively. “Tiene
 que haber alguna agenda oculta. Tengo formación de abogado. Estoy 
acostumbrado a que me mientan todo el tiempo. Siempre cuestiono y 
observo lo que hacen las personas. Y ¿puedo probarlo? No, pero parece un
 patrón de errores sorprendentes para sólo tratarse de políticas o 
estupidez".
El perfil del COVID-19
¿Qué se sabe sobre las personas que murieron por COVID-19? Sabemos 
que se trata de personas de la tercera edad. Sabemos que tienen 2.6 
comorbilidades. Mikovits, Ruscetti y Heckenlively afirman que, durante 
los últimos 60 años, inyectaron virus animales en los seres humanos, y 
que el libro "Plague of Corruption" expone que esta práctica originó 
muchas enfermedades crónicas en las personas.
No obstante, esta realidad fue encubierta, razón por la que apenas 
empieza a darse a conocer. Y junto con esto, el SARS-CoV-2, el cual 
desencadena terribles reacciones en el sistema inmunológico en quienes 
ya están infectados con estos virus animales.
En última instancia, las coinfecciones son las causantes de las 
muertes. En esencia, el SARS-CoV-2 actúa como el verdugo de personas que
 ya padecen enfermedades crónicas por retrovirus animales, otros 
patógenos y toxinas adquiridas por medio de las vacunas.
Luego agregamos las vacunas antiCOVID. Estas vacunas ocasionan que 
las células produzcan una proteína Spike sintética (una envoltura de 
virus sintética) que puede tener efectos patológicos. La proteína Spike 
del SARS-CoV-2 es tan peligrosa porque contiene las proteínas de la 
envoltura de tres de los virus más dañinos: de la familia del VIH, del 
XMRV y el virus del SARS. Que ahora están reunidos en uno solo, y las 
instrucciones para producir este patógeno sintético es inyectarlo en 
cientos de millones de personas.
Pero ¿qué podría salir mal? Como explicó Mikovits, el XMRV y VIH se 
añadieron al cultivar el virus SARS-CoV-2 en la línea celular Vero E6.
El virus de la inmunodeficiencia de los simios (SIV) está relacionado
 con el VIH, y también se encuentra en la línea celular Vero de los 
monos, que forma parte del genoma viral endógeno de los mismos. El SIV y
 VIH tienen proteínas de envoltura que se superponen, por lo que 
producen la misma respuesta inmune inflamatoria.
¿Cómo acabar con esta epidemia?
El libro titulado "Ending Plague" profundiza en la situación actual y
 proporciona un marco para entender cómo algo tan devastador y 
perturbador puede ocurrir en el 2021. El fundamento se basa en las 
acciones de los doctores Fauci y Robert Gallo. Por ejemplo, Fauci fue el
 responsable de desacreditar todos los tratamientos contra el SIDA que 
no fueran el AZT, el medicamento que él patrocinó.
Insistía en que se necesitaban más ensayos controlados aleatorios, 
pero tenía el control de los fondos y se negaba a financiar los mismos 
estudios que, según él, eran necesarios para comprobar los demás 
tratamientos. Mientras tanto, el AZT costaba 5 dólares y se vendía a 10 
000 dólares por dosis. El AZT mató a unas 330 000 personas a causa de su
 toxicidad.
Hoy en día se repite el mismo patrón con el COVID-19, y Fauci 
desempeña otra vez un rol principal. ¿Se trata de una coincidencia? 
Desaconseja el uso de la hidroxicloroquina e ivermectina, al mismo 
tiempo que minimiza la importancia de tener suficiente vitamina D y 
cualquier otra cuestión. Según Fauci, la "vacuna" antiCOVID es la única 
solución, y ahora observamos que miles de personas mueren a las pocas 
semanas de recibir las inyecciones.
En el libro "Ending Plague", los tres coautores analizan cómo podemos
 reformar la salud pública para solucionar este problema de una vez por 
todas. "Considero que la obligación de los académicos en esta era de 
corrupción es exponer la verdad y convertir al mundo en un lugar mejor",
 dice Heckenlively, y añade:
 "En realidad, los libros que ayudé a compilar, junto con Judy, 
Frank y otros, son narraciones de desertores de la ciencia. En ellos 
percibimos la destrucción del viejo orden y la creación de algo nuevo y 
maravilloso.
 Pero, no sólo nos limitamos a decir que la situación es 
terrible, sino que hablamos sobre cómo lograr el cambio. Por eso es muy 
importante que las personas compren estos libros porque, aunque odio 
decirlo, las ventas es la forma en que personas como Judy, Frank y yo, 
podremos tener la capacidad de seguir comunicando este mensaje".