MONTEVIDEO.- El Buque de Investigación Oceanográfica español Hespérides partió hoy del puerto de Montevideo, donde estuvo atracado durante tres días, hacia Ushuaia (Argentina), lugar donde sumará a su tripulación 37 científicos.
Además
 de transportar a los investigadores, el barco les permitirá trabajar 
desde sus instalaciones, pues según contó el capitán español José 
Emilio Regodón, la nave cuenta con 11 laboratorios y 350 metros 
cuadrados dedicados "única y exclusivamente a hacer ciencia".
"Asimismo,
 tenemos diversas cubiertas que son de carácter modular que, en función 
del estudio que haya requerido el científico, se les monta un equipo u 
otro para que puedan desarrollar su actividad", recalcó el comandante.
Entre
 los equipos, destaca una cámara hiperbárica, un tanque de acero en el 
que la presión atmosférica se eleva hasta tres veces más que la normal y
 ayuda a eliminar las burbujas de nitrógeno que los buzos pueden llegar a
 adquirir en su sangre por realizar un rápido ascenso o no realizar un 
debido proceso de descompresión.
Regodón
 destacó que, en esta campaña, el Hespérides, además de hacer ciencia, 
se encargará de una parte logística de aprovisionamiento a bases tanto 
españolas como extranjeras.
"En
 la Antártida no hay de nada, hay que llevar absolutamente todo, hay que
 llevar alimentos, material científico, para que los científicos puedan 
desarrollar su labor. Es hacer el carrito de la compra, dicho con un 
cierto humor, para que ellos tengan allí absolutamente todo", subrayó el
 también piloto naval de helicópteros.
Esta
 es la razón por la que la primera parada de este buque, que partió el 
19 de diciembre de la ciudad española de Cartagena, fue en Montevideo, 
pues en esta escala el Instituto Antártico Uruguayo cargó material 
científico para su traslado a la uruguaya Base Científica Antártica 
Artigas.
Llama
 la atención que haya triciclos para niños o peluches entre todos los 
aparatos de investigación que llevan, que permitirán a los expertos 
desde estudiar los microorganismos en las zonas polares hasta los 
volcanes submarinos del estrecho de Bransfield.
Estos
 objetos son parte de una ayuda solidaria que la Armada donará a la Casa
 de Acogida Miraflores, en Punta Arenas (Chile), un centro para niños de 
entre 3 y 10 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
El
 buque naranja y blanco, que tiene un desplazamiento de 2.832 toneladas a
 plena carga y puede navegar entre hielos de hasta 40 centímetros de 
espesor a cinco nudos, está plenamente equipado para aguantar hasta 60 
días sin necesidad de reabastecimiento.
Entre
 sus instalaciones hay una enfermería, una librería, salas de reuniones,
 de descanso y un gimnasio con sauna, sala de vapor que puede ser útil 
no solo para relajarse, sino también para subir la temperatura corporal 
en caso de hipotermia.
En
 lo referente al viaje que le queda para llegar al continente blanco, 
Regodón detalló que se trata de una navegación "demandante", pues 
tendrán que cruzar el paso de Drake o mar de Hoces, que es "una de las 
zonas más tormentosas del mundo".
"Procuramos
 elegir un hueco de meteorología que no nos haga sufrir demasiado ni a 
nosotros ni a los científicos ni al propio barco", añadió el capitán.
Asimismo,
 Regodón detalló que solo un 20% de los mares antárticos están 
hidrografiados, motivo por el que habrá momentos en los que navegará en 
aguas sin saber lo que tiene debajo.



 
 





