WASHINGTON.- Todo apunta a que este año la gran estrella nos aportará una mayor 
calidez que de costumbre. Tal y como ha asegurado la Administración 
Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), de seguir así este 2018 pasaría a
 ser el cuarto año con mayores temperaturas de toda la historia, solo 
superado por los tres años que le preceden desde 2015 hasta 2017.
Según indican estos expertos, el aumento de las temperaturas
 es un claro ejemplo del calentamiento global que está sufriendo la 
Tierra desde hace tiempo. Michael Mann, director del Centro de Ciencias 
del Sistema Terrestre en la Universidad Estatal de Pensilvania, explicó 
que este calentamiento cada vez es más acusado y se puede observar 
fácilmente en situaciones como las sequías, los incendios forestales sin
 motivo aparente y por supuesto las olas de calor.
A pesar de que existen muchos factores que nos hacen ver que este 
cambio climático se está produciendo, lo cierto es que el mayor ejemplo 
es el aumento de las temperaturas, grados que suman y suman a medida que
 pasan los años. ¿Cómo se produce este cambio climático?, lo que ocurre 
es que al capturar los gases de efecto invernadero los océanos almacenan el calor, al igual que pasa en la tierra y el resultado es el aumento de la temperatura en prácticamente todo el mundo.
Tal y como indicaban los datos presentados por NOAA, en los primeros 6
 meses de este año, las temperaturas han ido aumentando de forma 
progresiva y se ha determinado un calor al que se le podría denominar 
como de récord en zonas como Nueva Zelanda, el Mediterráneo, Asia, 
Australia y América del Norte. 
Todo ello ocurrió entre los meses de 
enero a junio sin que hubiera zonas de la tierra que presentaran temperaturas más frías.
 Teniendo en cuenta estos datos se ha llegado a la determinación de que 
actualmente tanto la superficie terrestre como la oceánica presentan 
alrededor de 0.77 grados más que las temperaturas medias del resto del 
siglo XX.
Todo ello hace que la Tierra cuente hoy en día con un acusado cambio climático,
 puesto que hemos podido vivir episodios de olas de calor al igual que 
periodos de intensas lluvias. Estos intervalos que antes se producían de
 forma esporádica ahora cada vez se viven con mayor frecuencia y con más
 intensidad.
Lo que está ocurriendo en 2018 ha hecho que en zonas como el norte de
 Escandinavia, Suecia, Noruega y Finlandia hayan tenido altas 
temperaturas, llegando incluso a superar los 30 grados. Por ello se han 
sucedido varios incendios forestales o periodos extremos de sequía. 
En otro orden de cosas, en otras partes del mundo como Japón o Canadá 
las olas de calor han sido muy duras en estos últimos meses y la 
situación podría empeorar.

 
 










