MURCIA.- Óscar Urralburu Arza, portavoz del Grupo Parlamentario de Podemos, al amparo de lo establecido en el artículo 153 y siguientes del vigente Reglamento de la Asamblea Regional, formula ante la Mesa de la Comisión de Economía, Hacienda y Presupuestos la siguiente ENMIENDA A LA TOTALIDAD, postulando la devolución del texto al Consejo de Gobierno, del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para el año 2019.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
I. CONTEXTO ECONÓMICO Y AGOTAMIENTO DEL MODELO PRODUCTIVO EN RELACIÓN A LA FORMULACIÓN DE LOS PRESUPUESTOS DE 2019
La
 presente enmienda a la totalidad se formula en un momento político y 
económico de alta intensidad, inserto en el bloqueo de los Presupuestos 
Generales del Estado (PGE) de 2019 que las fuerzas conservadoras en el 
Congreso de los Diputados han impuesto a los primeros presupuestos 
formulados con un planteamiento expansivo desde el inicio de la crisis 
económica de 2008 y la imposición coactiva por parte de las autoridades 
europeas de las medidas de austeridad de 2010.
Esos
 PGE contienen unas medidas políticas y económicas de sentido común 
general, pensadas para mejorar la vida de la mayoría social. Pero además
 incorporan medidas que favorecen enormemente a la Región de Murcia. Tan
 es así que los Presupuestos Generales de la Región de Murcia (PGRM) de 
2019 han asumido la parte de las medidas que les benefician, incurriendo
 con ello el gobierno regional en una palmaria contradicción, que dimana
 del hecho que integren en los PGRM fondos que no van a llegar a 
recibirse, y no lo van a hacer, porque su partido, el Partido Popular y 
su socio presupuestario, Ciudadanos, van a votar en contra de esos 
mismos PGE.
Por tanto, un ejercicio presupuestario
 más, nos encontramos ante unas cuentas de imposible cumplimiento 
(déficit estructural no reconocido), con innumerables partidas que no se
 ejecutarán e incapaces de poner freno al deterioro de un modelo 
productivo que solo se ha visto capaz de reducir el desempleo en base a 
precarizarlo. Un modelo que no genera riqueza, sino que reparte la 
pobreza.
El contexto supranacional en el que se 
formulan estos presupuestos se halla envuelto en un escenario de marcada
 austeridad presupuestaria que no esconde otras incógnitas:
-La
 Unión Europea ha marcado como objetivo para España mantenerse dentro de
 los estrechos límites del Plan de Estabilidad, al tiempo que ha 
devuelto los Presupuestos del Estado de Italia y ha fijado salvedades al
 proyecto de PGE que el Estado español ha remitido a Bruselas. No cabe 
duda de que las tensiones austericidas comienzan a brotar en una abrupta
 contestación en los Estados del sur de Europa, máxime cuando el éxito 
de unos presupuestos con políticas expansivas, como los aprobados por el
 gobierno de Portugal vienen a desmentir el dogma de los ajustes 
presupuestarios conforme venía siendo concebido por Bruselas.
-El
 acuerdo en torno al Brexit va tomando forma, sin que todavía tengamos 
claro el impacto que va a tener sobre la economía regional, tanto en 
materia de exportaciones como en afectación al sector turístico.
-La
 escalada en los precios de los combustibles fósiles continúa su lenta 
pero inexorable subida, poniendo en riesgo la estructura de costes de 
sectores estratégicos de la economía regional.
-Las
 proyecciones del Fondo Monetario Internacional y la OCDE sobre una 
recesión económica internacional planean sobre aquellas regiones cuyo 
modelo económico se apoya en sectores de escaso valor añadido. 
Igualmente se advierte que la economía de la globalización debe 
prepararse para el fenómeno de la automatización y robotización de 
procesos en todos los sectores productivos y que deben abordarse las 
medidas estructurales que correspondan ante este fenómeno imparable.
Por
 ello, las rebajas fiscales contra-cíclicas y la ausencia en los PGRM de
 músculo financiero para impulsar nuevas recetas productivas nos indica 
que estos presupuestos resultan alarmantes.
La 
OCDE, en su Informe sobre Perspectivas Económicas de mayo de 2018 
precisamente demandaba a España en sus recomendaciones que no permitiera
 que las comunidades autónomas (CCAA), en esta carrera ilógica de 
rebajas fiscales, suprimieran de facto el Impuesto de Sucesiones y 
Donaciones. Señalaba literalmente que ". el uso de los impuestos sobre 
sucesiones resulta menos distorsionador y menos perjudicial para el 
crecimiento que otros impuestos", asegurando que en España, "existe 
margen para reforzar" el papel de este impuesto, si bien no se opone a 
la desgravación de las pequeñas herencias. Esto es, lo contrario a las 
medidas tributarias que en relación a este impuesto contienen estos 
presupuestos, esto es, la eliminación de la corresponsabilidad fiscal de
 los estratos "más acomodados" en términos utilizados por la propia 
OCDE.
En relación a la economía española y de ahí 
la necesidad de los PGE pactados por Unidos Podemos y PSOE- debemos 
poner en valor que todos los indicadores, y las previsiones de 
organismos oficiales y de instituciones privadas, coinciden en señalar 
que las tasas de crecimiento próximas al 3%, alcanzadas hasta ahora por 
nuestra economía llegan a su fin. Se acerca un período de 
"desaceleración" o "estancamiento". Con una tasa de desempleo por encima
 del 16% y con la instalación de la precariedad en nuestro mercado 
laboral y nuestro bienestar social la preocupación no puede sino ir en 
aumento. Como señalan Nacho Álvarez y Jorge Uxó, "Si España reduce 
significativamente su crecimiento, estas dos situaciones se mantendrán 
en los próximos años. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional 
(World Economic Outlook, octubre 2018) prevé que la tasa de paro 
española se estabilice en el 14% entre 2020 y 2023, una situación que no
 podemos asumir."
Por tanto parece claro que la 
precariedad laboral y la devaluación salarial han venido para quedarse. 
Junto a ellas, el desmantelamiento del Estado del bienestar llevado a 
cabo en el período de los gobiernos Zapatero y Rajoy ha contribuido a 
consagrar la desigualdad "rompiéndose el vínculo entre crecimiento y 
progreso social". Y ello además está impidiendo abordar otros retos de 
inmenso calado como el aumento de la productividad, la brecha de género y
 la lucha contra el cambio climático.
Con todo, lo
 más grave no son los errores cometidos, sino la falta de voluntad de 
enmienda. Así las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional son 
resumidas por Álvarez y Uxó en la siguiente frase: "lo que España 
necesita es no solo preservar las reformas estructurales ya aplicadas 
durante la crisis, sino iniciar una segunda ronda de reformas similares 
para completarlas".
Para PODEMOS, y ese es el 
espíritu que subyace en esta enmienda a la totalidad, las recetas 
económicas a aplicar son justo las contrarias: no puede ligarse la 
recuperación económica y mejora de la competitividad a la devaluación 
salarial, sino a un cambio de la demanda externa y a la búsqueda de 
nuevos mercados por parte de las empresas, así como a un incremento 
significativo en I+D+I en sectores estratégicos de ventaja comparativa.
La
 flexibilidad laboral no ha provocado un aumento mayor del empleo, el 
cual ha crecido en razón del crecimiento económico de los últimos años. 
Lo que sí ha conseguido esa flexibilidad laboral es precarizar 
completamente el mercado de trabajo. Nuestro crecimiento desde 2014 se 
ha apoyado en buena medida en los bajos tipos de interés pese a haber 
llegado la deuda al 100% del PIB- y en los precios bajos del petróleo; 
las reformas estructurales deberían haber servido para elevar el 
potencial de crecimiento y reducir el desempleo, pero si después de 
aplicarlas los organismos internacionales vienen a decirnos que auguran 
desaceleración e imposibilidad de reducir ese desempleo, ¿para qué 
aplicar más reformas estructurales de la misma naturaleza? Por último 
señalar que las políticas de recortes del gasto público insuflaron a la 
economía un factor depresivo ya que disminuyeron gasto e inversión, 
contribuyendo a aumentar exponencialmente el déficit público, en 
consecuencia.
En palabras de Álvarez y Uxó, el 
modelo aplicado ha fracasado dada "la poca relevancia teórica y práctica
 del concepto de NAIRU (la tasa de paro compatible con la estabilidad 
macroeconómica, y en particular con la estabilidad de la inflación), 
cuyo valor se habría incrementado supuestamente hasta el entorno del 15%
 a lo largo de la crisis. Utilizarlo para seguir insistiendo en las 
mismas políticas laborales que han institucionalizado la precariedad es 
francamente incomprensible."
Para nosotros los 
cambios que deben producirse en la economía actual van en sentido 
contrario a esas recomendaciones que nos han traído a esta situación de 
precariedad y riesgo de exclusión social, agudizadas en la Región de 
Murcia, dada la endeblez de su sistema productivo. En palabras del 
economista Larry Summers "No podemos confiar en la política de tipos de 
interés para garantizar el pleno empleo. Debemos reflexionar 
intensamente sobre las políticas fiscales y las medidas estructurales 
necesarias para apoyar una demanda agregada sostenida y adecuada".
En
 ese sentido, medidas como la elevación del Salario Mínimo 
Interprofesional (SMI) a 900 euros, que goza del visto bueno incluso de 
la OCDE o la inversión en políticas efectivas de transformación del 
modelo productivo que nos hagan menos dependientes de los sectores 
agrario y turístico forman el eje de nuestro programa presupuestario y 
de esta enmienda a la totalidad.
En atención a 
ello debemos desarrollar amplios programas de estímulo económico en 
sectores industriales, utilizando el potencial hoy desaprovechado- de la
 formación ocupacional, realizar una apuesta sin parangón por la 
implantación de las energías renovables de ahí la Ley de Autoconsumo 
impulsada desde el Grupo Parlamentario PODEMOS en la Asamblea Regional 
al Congreso de los Diputados- e incorporar todo el potencial del sector 
de los cuidados al circuito productivo, entre otras medidas 
transformadoras cuya ausencia brilla en los PGRM consensuados entre 
Partido Popular y Ciudadanos.
El estancamiento de 
nuestra economía no es un dato que ponga en valor PODEMOS realizando una
 tarea de oposición destructiva. Una institución tan poco sospechosa 
como CROEM, el pasado 27/11/2018 alertaba que "se va agotando el empuje 
del crecimiento regional".
Y es que no podemos 
obviar los datos macroeconómicos en los que se inspiran estos 
presupuestos, en los que pasamos de un crecimiento del 3,3% en 2017 a la
 previsión de un 2,3% en 2019. Un peligro se adivina en el horizonte y 
hay un gobierno que pretende combatirlo con las mismas herramientas con 
las que ha fracasado en los últimos años. Analizar los presupuestos de 
2019 es como volver a 2015. Son los mismos, con las mismas recetas, 
incongruencias, imperfecciones e incapacidades. Toda una revelación de 
impotencia sancionada por sus coautores políticos.
La
 coyuntura económica regional en la primera parte de 2018 recogida en 
los presupuestos reconoce la desaceleración fundamentalmente en el 
consumo privado (directamente relacionado con la disminución de los 
salarios) y de la demanda externa neta.
Los 
parámetros económicos que recogen los PGRM delatan su inconsistencia. El
 techo de gasto no financiero se ha fijado en 4.649 millones de euros, 
mientras la previsión de ingresos no financieros se sitúa en 4.513 
millones de euros, lo cual supone la asunción de un déficit de 136 
millones de euros que de antemano sabemos irrealizable, por cuanto ya en
 2017 el déficit público cerró en 457 millones de euros y esperamos una 
cifra parecida para 2018. Por tanto un ejercicio más, simplemente se 
trata de cuadrar unos números para cumplir con los parámetros marcados 
por el Ministerio de Economía y Hacienda, números que no gozarán de 
correlato real alguno.
¿Qué ocultan con artes impropias de quienes se denominan buenos gestores públicos?
-En
 primer lugar lo inconcebible de una rebaja de impuestos que resulta 
inconcebible en una Región en la que el déficit público en 2017 ascendió
 al 1,6% de su PIB (457 millones de euros) y en la que la deuda pública 
alcanza a junio de 2018 los 9.108 millones de euros y que alcanzará sin 
ninguna duda en 2019 los 9.700 millones de euros-. En otras palabras, 
las rebajas fiscales de hoy suponen una irresponsabilidad por cuanto 
implican endosar a las generaciones venideras el aumento de la deuda que
 las mismas van a provocar.
-Lo destructivo de los
 mecanismos de externalización y privatización de servicios implícitos 
en estos presupuestos que, como ya sabemos, conllevan el progresivo 
deterioro de los servicios públicos fundamentales. Esa práctica ya 
sabemos a dónde nos conduce a largo plazo: ruina de los servicios que 
tendrán que ser rescatados, creación de una ciudadanía dual (la que 
puede pagarse una sanidad y educación privada de un lado, y la que no 
puede por otro, agigantando la brecha social) y deterioro de las 
condiciones de trabajo de los trabajadores públicos.
Negro
 sobre blanco aumentan el presupuesto de la Consejería de Salud en un 
3,10% y el de la Consejería de Educación Juventud y Deportes en un 
3,89%, obviando un año más que el déficit estructural del Servicio 
Murciano de Salud oscila entre los 350 y 400 millones de euros. 
Reducirlo a costa de precarizar a su personal y externalizar los 
servicios que presta constituye una auténtica irresponsabilidad.
-La
 imposibilidad de acceder a los adelantos de los pagos a cuenta del 
sistema de financiación autonómica por importe de 120 millones de euros 
que consignan en la partida de ingresos, si no se aprueban los PGE 
propuestos y pactados por Unidos Podemos y PSOE.
-Que
 no se producirá la subida salarial a los funcionarios públicos del 
2,25% si no se produce la aprobación de los PGE pactados por Unidos 
Podemos y PSOE, que el Partido Popular y Ciudadanos van a votar en 
contra. Por tanto estos presupuestos no defienden a los trabajadores 
públicos murcianos, ya que en caso contrario el gobierno regional 
apostaría en su texto por la aprobación de los PGE.
-La
 ausencia de compromiso con la financiación local, al no blindar un 
fondo de cooperación local que contribuya al sostenimiento de desarrollo
 de nuestros Ayuntamientos.
Mientras se 
promocionan cifras macroeconómicas que pretenden traslucir la 
recuperación económica y del bienestar de los murcianos, se obvian datos
 escalofriantes de la situación social que subyace a más de veinte años 
de políticas nefastamente liberales. Se trata de los datos de la 
precariedad laboral, de los trabajadores cuyos salarios ya no son 
suficientes para subsistir con dignidad, de la miseria salarial extrema.
 95.000 murcianos sufren pobreza severa y viven con menos de 355 euros 
al mes. Para ellos no hay respuesta en estos presupuestos. Son los 
grandes olvidados de una política social asistencialista y miserable. 
Las partidas para renta de inserción aumentan en 20 millones. Y eso es 
todo. No está en la agenda de este gobierno una renta básica garantizada
 para todos los ciudadanos, ni un programa activo de formación para las 
personas en pobreza severa. No hay hoja de ruta para revertir la 
"moderación salarial" y la temporalidad. Solo la presión de las fuerzas 
políticas del cambio está provocando que pueda abrirse la negociación 
colectiva para esos 200.000 trabajadores cuyos convenios han expirado y 
que sobreviven ahora al albur de una negociación salarial individual que
 les priva de fuerza alguna.
La solución por tanto
 no puede pasar porque el gasto público del conjunto de administraciones
 públicas se sitúe por debajo del 40% del PIB, cuando en las economías 
de nuestro entorno el mismo supera entre 6 y 8 puntos de media esa 
cifra. Estamos privando a la administración pública del músculo 
necesario para asegurar la cobertura social de los ciudadanos con 
menores recursos y la inversión en políticas de aumento de la 
productividad. La traslación de esa dinámica presupuestaria a la Región 
de Murcia ha supuesto la incapacidad del gobierno regional para 
configurar un presupuesto que supere la limitación impuesta por los 
condicionantes que determina el actual sistema de financiación 
autonómica y el límite de déficit permitido. Ambos mecanismos 
económicos, austeridad y el control del gasto, forman parte del aparato 
ideológico del ultra-liberalismo, y nos han conducido al callejón sin 
salida actual.
La reforma del sistema de 
financiación autonómica resulta imperiosa. No obstante, este gobierno ya
 ha demostrado su incapacidad para reivindicar la misma con la 
intensidad necesaria después de siete años de gobierno "popular" en 
Madrid. Lo cierto es que no podemos seguir permitiéndonos más 
presupuestos ficticios, como los que año tras año presenta este 
gobierno, en los que el techo de gasto es una entelequia, el 
cumplimiento del objetivo de déficit una fantasía, y los recortes en 
servicios fundamentales se han convertido en una norma que tampoco evita
 el sobreendeudamiento gracias a la financiación del Fondo de Liquidez 
Autonómico. El gobierno de López Miras, como antes el de Pedro Antonio 
Sánchez, no podrían hacerlo peor en la Región de Murcia.
El
 techo de gasto, situado en 4.649 millones y que nace con 133 millones 
de euros de déficit, resulta una mera ficción. Si a esos 133 millones de
 euros, añadimos los 120 millones de euros presupuestados como ingresos 
del sistema de financiación autonómica que no llegarán al no aprobarse 
los PGE y la diferencia entre el déficit autorizado y el real, que 
rondará los 300 millones de euros, la conclusión es palmaria. Podemos 
asegurar ya que el ejercicio 2019 finalizará con un déficit de 553 
millones de euros como mínimo. Cerramos la legislatura como la 
iniciamos, esto es, el déficit no es realista y su fijación y 
cumplimiento obedece más a una representación del teatro presupuestario 
que a un límite técnico y vinculante que sirva de referencia para la 
acción política. Si a ello unimos los datos de ejecución presupuestaria 
de los últimos ejercicios el panorama solo puede calificarse de 
desolador. No en vano no dejamos de ser la comunidad autónoma más 
incumplidora en materia de déficit. Otro dudoso honor al que el gobierno
 del Sr. López Miras nos tiene acostumbrados.
En 
ese contexto ya hemos subrayado que las rebajas impositivas en materia 
de tramo autonómico de IRPF, Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y 
fiscalidad medioambiental y del juego solo contribuyen a deteriorar 
nuestros servicios públicos y a aumentar la brecha entre los ciudadanos 
que más y menos tienen. La práctica supresión del Impuesto de Sucesiones
 llevada a cabo en 2018 se cuantifica en estos presupuestos en 118 
millones de euros. La del Impuesto de Donaciones ni siquiera se 
cuantifica, evitando con ello poner cifras al elevado aumento de las 
"herencias en vida", pero fácilmente podemos aventurar que nos 
encontramos ante unos beneficios fiscales de otros 80 millones de euros.
 La rebaja del tramo autonómico del IRPF (16 millones de euros), la 
inexistencia de actuaciones inspectoras en la persecución del fraude 
fiscal sobre tributos propios y cedidos, y los beneficios fiscales al 
juego (7,4 millones de euros) nos ayudan a entender no solo el modelo de
 gobierno que tenemos, sino el caos presupuestario, la inmensidad del 
déficit y la necesidad de ordenar racionalmente tanto ingresos como 
gastos públicos, racionalización que obviamente deberá realizar otro 
gobierno, del que el Partido Popular no forme parte.
Y
 mientras todo esto ocurre, el problema del desempleo y la precariedad 
siguen ahí. La población activa de la Región de Murcia según la Encuesta
 de Población Activa del tercer trimestre de 2018 la componen 712.000 
personas, de las cuales 116.000 se encuentran en situación de desempleo 
(16,3%) y 170.000 personas tienen un trabajo temporal. Si a ello unimos 
que los contratos de tiempo parcial afectan a 81.000 personas parte de 
ellos forzosos- y que el 32% de los trabajadores a tiempo completo no 
llega a los 1000 euros de salario mensual, el mapa del mercado de 
trabajo regional resulta descorazonador.
Al menos 
el 47% de los trabajadores percibe 1.000 euros mensuales o menos. En un 
contexto de crecimiento de la economía regional del 3,3%, solo el 0,6% 
ha ido a engrosar la masa salarial del conjunto de trabajadores. Ese 
modelo de crecimiento solo puede calificarse como un modelo empobrecedor
 para los asalariados.
Hay otros datos que nos 
alertan de que estamos ante un mercado de trabajo dual, absolutamente 
precarizado como el del número de contratos temporales que se suscriben o
 la existencia de cientos de miles de trabajadores con sus convenios 
colectivos vencidos y por tanto sin actualización de sus tablas 
salariales. Pero cabe resaltar dos datos de enorme y sugestiva 
importancia:
-La brecha de género alcanza el 15%, 
una de las más elevadas del Estado, brecha que ha aumentado. Según datos
 del Consejo Económico y Social (CES), la tasa de empleo masculina se 
encuentra situada en el 67,1% mientras que la femenina se sitúa en el 
52,1%, 15 puntos porcentuales de diferencia cuando un año antes se 
rebasaba ligeramente los 13.
-La tasa de cobertura
 del desempleo se halla situada en el 50,9% de los desempleados. 
Prácticamente uno de cada dos desempleados carece de ingreso alguno, y 
no percibe una renta que le ayude al sustento vital y la evitación de la
 exclusión social.
En consecuencia, apoyar estos 
presupuestos supone seguir apuntalando las políticas que nos han llevado
 a este desastroso mercado laboral y esta acuciante disminución de los 
salarios (con una inflación en aumento) así como a instaurar la 
precariedad en el conjunto de la sociedad. Será responsabilidad de 
aquellas fuerzas políticas que los apoyen.
Desde 
nuestro nacimiento como partido político hemos reclamado la derogación 
de la reforma del artículo 135 de la Constitución y también de la Ley 
5/2012 y de las reformas laborales llevadas a cabo por los últimos 
gobiernos de PSOE y PP. Por ese motivo y bajo el prisma de un análisis 
objetivo de los presupuestos, desde nuestra posición política, la única 
alternativa coherente es la de presentar una enmienda a la totalidad.
Nuestra
 tarea como fuerza del cambio es la de promover que otras políticas 
públicas son posibles y así hemos actuado siempre dentro del marco 
institucional que nos viene dado y con las continuas dificultades que 
nos encontramos para acometer nuestra tarea. Sirva como ejemplo de ello 
que este año se ha vuelto a producir un déficit democrático en la 
tramitación de los presupuestos. En el 2016 se arrebató a la Asamblea 
Regional el debate sobre el techo de gasto. En la aprobación de los 
presupuestos de 2017 se produjo un injustificado acortamiento de los 
plazos de tramitación, incumpliendo el artículo 46 del Estatuto de 
Autonomía que establece un plazo de dos meses que deben transcurrir 
entre la presentación del proyecto de Ley y su entrada en vigor, y los 
artículos 152 a 156 del Reglamento de la Asamblea Regional que 
establecen en diez y treinta días los plazos de registro de las 
enmiendas total y parciales respectivamente. La tramitación de los 
presupuestos de 2018 llevó a cabo la práctica supresión de la actividad 
parlamentaria en relación a los mismos. Y en idéntica situación nos 
encontramos respecto de la tramitación de los presupuestos de 2019. A 
nuestro juicio esta es una forma de actuar que tiene poco de 
democrática, y que obstaculiza la debida conformación del análisis 
crítico que todo presupuesto debe implicar, en un contexto en el que 
además el gobierno regional quebranta continuamente las decisiones 
adoptadas en sede parlamentaria; recurre leyes, veta otras amparándose 
en motivos de índole presupuestaria, deja de ejecutar enmiendas 
aprobadas como bien han experimentado en sus carnes sus socios 
parlamentarios de Ciudadanos- y convierte en definitiva al poder 
ejecutivo en legislativo.
Nuestra praxis 
parlamentaria se ha guiado siempre por la honestidad y por eso, siempre 
en términos de exposición pública de nuestras propuestas, acudimos a 
este trámite formulando una enmienda a la totalidad que denuncie las 
inconsistencias del presupuesto regional y que plasme en su texto que es
 posible otra forma de componer las cuentas públicas. Una forma 
inclusiva, alejada de clientelismo y meritada en función de las 
necesidades de todos los murcianos.
II. ANÁLISIS CRÍTICO DE LA LEY DE PRESUPUESTOS DE LA COMUNIDAD AUTONÓMA DE LA REGIÓN DE MURCIA PARA 2019
El
 examen pormenorizado del presupuesto presentado no resiste un análisis 
riguroso en relación a su formulación técnica ni numérica, y de su 
expresión legal solo podemos concluir que estos presupuestos 
constituirán un lastre para un crecimiento económico que lleve aparejada
 la redistribución de la riqueza y la protección social. Tal como 
indicábamos en el texto de nuestra enmienda a la totalidad del ejercicio
 2018, el presupuesto 2019 en esto no ha variado nada con el cambio del 
consejero del ramo- resulta "políticamente estéril, económicamente 
infundado, técnicamente embarrizado y socialmente incapaz de revertir la
 brecha que la crisis ha abierto en una sociedad dual."
Esta
 Región necesita un presupuesto y una acción de gobierno capaz de 
promocionar un nuevo modelo productivo y de actuar de motor de una 
economía que languidece, de enhebrar políticas capaces de retejer el 
modelo social, y de formular unas cuentas públicas con todos los 
ciudadanos dentro, y que no ignoren y marginen a un tercio de la 
población de nuestra tierra.
Las deficiencias 
recurrentes del presupuesto han sido evidenciadas de forma sistemática 
por el Tribunal de Cuentas, el cual ha puesto de manifiesto, como cada 
ejercicio presupuestario, que que las cuentas generales presentadas no 
incluyen la justificación del coste de los servicios públicos ni el 
grado de cumplimiento de los objetivos programados conforme exige el 
artículo 108.6 del Texto Refundido de la Ley de Hacienda de la Región de
 Murcia. De igual forma no existe un reforzamiento del control de la 
Intervención General sobre la variedad de empresas públicas, 
fundaciones, consorcios y otros entes administrativos que pueblan el 
presupuesto escapando al control presupuestario general. En materia de 
contabilidad analítica tampoco se han introducido los mecanismos que 
ayuden a lograr la óptima eficiencia en la "presupuestación por 
objetivos".
Junto a estos aspectos y pese al 
anuncio del acometimiento de medidas de control de inventarios, todavía 
no existe un protocolo para los inventarios de bienes de empresas 
públicas, fundaciones y consorcios integrados en la Administración 
autonómica. De igual forma se adolece del control necesario -como 
denuncia el Tribunal de Cuentas- sobre la gestión de las subvenciones 
públicas, con cuestiones tan flagrantes como la inexistencia de un 
sistema de aviso a los gestores de subvenciones sobre plazo de 
prescripción relativo al reintegro de las mismas o la ausencia de un 
registro único centralizado que recoja los expedientes de reintegro en 
trámite. Una prueba de ese descontrol ha sido la gestión de los 
reintegros de subvenciones derivadas del terremoto de Lorca. Un prueba 
evidente de la incapacidad gestora de este gobierno.
En
 adelante pasamos a realizar un análisis detallado por Consejerías de 
las cuestiones impugnatorias esenciales que afectan a los presupuestos.
Consejería de Presidencia.
En
 relación a la confección presupuestaria de las áreas relacionadas con 
la Consejería de Presidencia, debemos iniciar referenciando que los 
presupuestos de 2019 representan el 1,18% del total, disminuyendo un 
0,79% respecto de los de 2018. Teniendo en cuenta que esta Consejería es
 la responsable de políticas como la seguridad ciudadana, coordinación 
de policía local, emergencias y protección civil, cooperación 
internacional al desarrollo o la dotación para las competencias de 
ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes, no parece que exista 
ninguna apuesta por mejorar sustantivamente ninguna de estas materias.
La
 seguridad ciudadana asiste un año más a la postergación de la 
aprobación de la Ley de Coordinación de Policía Local, un instrumento 
legislativo cuya finalidad iba a ser mejorar las condiciones en las que 
se prestan los servicios de policía y aumentar las sinergias de su 
trabajo conjunto. Con un aumento de apenas 7.571 euros para la partida 
de seguridad ciudadana no parece que el horizonte de esta ley se 
vislumbre para 2019 y desde luego, de aprobarse no contaría con fondos 
adicionales para su desarrollo.
El tratamiento 
presupuestario de Emergencias (112) nos remite al déja vu constante que 
denotan sus presupuestos. La adjudicación del servicio se realizó por 
una cuantía sustantivamente inferior a la que conformaba el concurso del
 citado servicio. Obviamente esa rebaja se traduce automáticamente no en
 un ahorro de costes sino en una merma en la calidad del servicio y en 
la externalización de personal que ve empeoradas sus condiciones 
laborales rozando la precariedad-. Esa externalización se valora en 
estos presupuestos en 2.634.206 euros, sin que exista ningún mecanismo 
de control de calidad y efectividad del servicio prestado. Un año más 
solicitamos que los servicios prestados por el 112 se asuman 
directamente por esta Consejería al entender que la seguridad y las 
vidas humanas deben gozar de una gestión pública y directamente prestada
 por la administración que evite disfunciones en un servicio de este 
calado y que mantenga en condiciones dignas a sus trabajadores.
Por
 lo que respecta al Consorcio de Extinción de Incendios y Salvamento de 
la Región de Murcia reiteramos, como hemos venido haciendo en todas las 
enmiendas a la totalidad de esta legislatura, que son los sindicatos del
 propio Consorcio los que alertan de la precaria situación en la que 
trabajan y el riesgo que esto implica para la ciudadanía. El propio CSIF
 en sus informes ha venido denunciando la infra-dotación de los parques 
de bomberos, parques con tres personas que cuando atienden una 
emergencia dejan el parque cerrado y vacío, ya que no hay retén, el 
abuso de las "guardias extendidas" (que no dejan de ser horas 
extraordinarias) ya que la falta de personal dejaría parques 
desatendidos en caso de establecer turnos y horarios normales atendidos 
de forma equitativa. Parques como el de San Pedro de nueva construcción y
 sin dotación de personal que se cubre con el escaso personal del resto.
 A ello debe sumarse la existencia de zonas de sombra donde los 
efectivos tardan cuarenta minutos en llegar en caso de aviso. La 
prometida reposición de plazas no se ha llevado a cabo y a ello hay que 
unir que un tercio del parque móvil cuenta con más de 25 años. Debe 
trabajarse en una gestión unificada de los parques y a tal fin sería 
necesario que la página web se actualizase ya que los datos que constan 
en la misma vienen referidos a 2015. Por último resulta imprescindible 
acometer un plan de reordenación de la plantilla a fin de su 
rejuvenecimiento apostando por la provisión de nuevos destinos para sus 
miembros y convocando oposiciones donde puedan acceder personas de menor
 edad.
En materia de cooperación internacional al 
desarrollo debemos denunciar el flagrante incumplimiento, un año más, 
del gobierno regional para con el "Pacto Autonómico por la Solidaridad y
 la Cooperación Internacional para el desarrollo de la Región de 
Murcia", que suscribieron todos los partidos políticos con el objetivo 
de destinar el 0,7% del presupuesto a estos fines. Las partidas que se 
destinan no llegan tan siquiera al 0,1% del presupuesto. No se trata 
solamente de un incumplimiento de la palabra política dada, sino de una 
falta de compromiso con la solidaridad rayana en el cinismo con el que 
luego fustigan la llegada "ilegal" de inmigrantes. La otra cara de esta 
falta de compromiso la tenemos en los CIES, auténticas cárceles donde el
 hacinamiento y la vulneración de derechos de las personas enseñan la 
peor cara de las políticas que presupuestos como estos esconden.
Nos
 remitimos, una vez más, a los ejes centrales fijados en la Agenda 2030 
de Naciones Unidas: planeta, personas, prosperidad, paz y alianzas. Para
 conseguir esos objetivos los presupuestos deberían contribuir de forma 
decidida en sus políticas públicas de conformidad con las siguientes 
demandas:
- El aumento de la partida presupuestaria para Proyectos de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
-
 El aumento de la partida presupuestaria de Ayuda Humanitaria y de 
Emergencia gestionada a través de las ONGD y entidades con implantación 
en la Región de Murcia.
- El aumento de la partida presupuestaria para Proyectos de Educación para el Desarrollo y Sensibilización.
-Dotación
 a la Coordinadora de ONGD de la Región de Murcia de un convenio de 
colaboración anual recogido en los Presupuestos Autonómicos con un 
importe suficiente para su funcionamiento, así como para la realización 
de actividades de formación y sensibilización, entre otras.
En
 cuanto al tratamiento que están realizando de los presupuestos 
participativos, nos preocupa enormemente el hecho de que estén 
convirtiendo una herramienta de participación ciudadana en un 
instrumento de competencia entre asociaciones que no redunda en 
beneficio general y que somete a ese tejido social una vez más a las 
estrictas normas de la concurrencia competitiva. Este gobierno ha 
entendido los presupuestos participativos como entiende toda su 
política: competencia o clientelismo. Esa forma de afrontar las 
herramientas de participación no solamente resulta nociva sino que 
además pervierte el espíritu democratizador que las inspira. Los 
presupuestos participativos se conforman sobre la idea de la 
concurrencia de las administraciones públicas, los técnicos en cada 
materia y los ciudadanos debaten y evalúan necesidades y proyectos. Por 
tanto, destinar aproximadamente el 0,3% del presupuesto total, que la 
administración seleccione a las organizaciones más "representativas" y 
reducir la participación ciudadana a una encuesta online no es la idea 
de presupuestos participativos que tiene PODEMOS. Nosotros apostamos por
 un modelo de diálogo y comunicación entre administración y ciudadanía, 
generando espacio de debate y donde sean los ciudadanos y el tejido 
social los que tengan la llave de decisión. En aquellos municipios en 
los que los hemos puesto en práctica bajo esta filosofía no cabe duda de
 que están resultando exitosos, baste citar los ejemplos de Madrid o 
Molina de Segura.
Por último y en lo referido a 
cooperación local, la prestación de servicios consorciados a municipios 
de menos de 20.000 habitantes (y en especial a los de menos de 5.000 
habitantes) conforme viene establecida en la Ley de Bases de Régimen 
Local, delata que el actual gobierno no invierte en políticas 
municipales y en la mejora de la financiación de los municipios, sino 
que utiliza el dinero que recibe del Sistema de Financiación Provincial 
para enjugar su monstruoso déficit y evidenciar su pésima gestión.
Consejería de Salud y Servicio Murciano de Salud.
En
 materia de Salud, la tónica presupuestaria de los últimos años no ha 
variado. Y por supuesto el mecanismo contable utilizado por el gobierno 
regional de mantener el Servicio Murciano de Salud (SMS) independiente 
de la Consejería se mantiene. Con ello se da pábulo a la ficción de 
encubrir el déficit estructural de las cuentas públicas de modo 
consentido por la administración central. El anterior consejero de 
Hacienda no tuvo reparos en reconocer en sede parlamentaria que 
utilizaba este método para no verse constreñido por el límite de 
déficit, sustrayendo además el control democrático de esa entidad 
pública administrativa. Un ejercicio presupuestario más, el presupuesto 
para el Servicio Murciano de Salud en 2019 asciende a casi 1.880 
millones de euros (1.879.846.473) frente a los 1.823 millones de euros 
de 2018, a sabiendas de que en los ejercicios anteriores la ejecución 
presupuestaria superó en al menos 400 millones de euros lo presupuestado
 (451 mil por ejemplo en el ejercicio 2016). En 2018 los datos de 
ejecución presupuestaria a septiembre indican que ya se llevan gastados 
más de 1.670 millones de euros. Ello quiere decir que en 2018 el déficit
 de SMS se situará nuevamente cerca de los 350 millones de euros 
(teniendo en cuenta que en diciembre hay que abonar la paga 
extraordinaria). Y en 2019, cabe presuponer que el déficit se situará 
próximo a los 300 millones de euros, al haber aumentado la dotación 
presupuestaria en 56 millones de euros. No se han adoptado medidas 
adicionales de ahorro de costes y, no solamente no se revierten los 
recortes practicados en nuestro sistema de salud sino que aumentan las 
externalizaciones. Tal como hemos denunciado en cada enmienda a la 
totalidad de las presentadas en esta legislatura, la infrafinanciación 
sanitaria se debe también a que no se destinan los recursos necesarios 
de forma consciente. Tenemos uno de los sistemas de salud más caros del 
conjunto estatal, y nuestros indicadores de salud son peores que en el 
resto de España (esperanza de vida, buena salud, tasas de mortalidad, 
mortalidad prematura, etc.). Esta situación no se produce porque el 
personal sanitario esté peor formado o trabaje peor que en otras 
comunidades autónomas. Esto se produce por la ineficiente gestión del 
gobierno regional en materia de sanidad durante los últimos 23 años. El 
experimento neoliberal debe terminar, y el SMS debe dejar de ser una 
entidad empresarial y volver a la Consejería de Sanidad, como sucede en 
todas las Comunidades Autónomas salvo la Región de Murcia y La Rioja.
En
 cuanto al análisis detallado del presupuesto, criticamos los siguientes
 aspectos: se deben reducir las partidas derivadas a la sanidad privada,
 y aumentar los recursos propios al establecer un turno ordinario de 
tarde y un incremento de plantilla, así como reducir las 
externalizaciones de servicios, llevando a cabo para ello una auditoría 
de todos los servicios sanitarios y no sanitarios prestados de forma 
indirecta, así como un informe jurídico y económico-financiero donde se 
acredite qué tipo de gestión, directa o indirecta, de estos servicios es
 más eficaz y eficiente.
A fin de reducir las 
listas de espera, destinan 84 millones para actividad concertada, 
habiendo aumentado en 20 millones esta partida en lo que va de 
legislatura, y a ello hay que unir la partida específica de 34 millones 
que se destinará a autoconcertación y más externalizaciones. Al cierre 
de ejercicio la ejecución real ascenderá, como viene ocurriendo en los 
últimos años, a unos 150 millones aproximadamente.
Por
 lo que respecta a personal estamos ante unas cuentas poco serias, ya 
que presupuestan la dotación de profesionales para servicios de nueva 
implantación, cuyas infraestructuras no estarán disponibles a lo largo 
de 2019, como es el caso de la UCI de Caravaca. Además, el aumento 
previsto de 49 millones se destina básicamente al incremento del 2,25% 
de las retribuciones, al pago pendiente de la paga extra de 2013, a la 
carrera profesional, y al cambio de las personas que están en 
contratación laboral que pasan a ser personal estatutario; por lo tanto,
 apenas habrá disponibilidad económica para aumentar las plantillas, 
continuando así el insostenible déficit de profesionales.
Un
 presupuesto que continúa con el impulso de la Atención Primaria de 
Salud que se traduce en proyectos de infraestructuras, en un reducido 
aumento de plantilla, y eso sí un aumento en la dotación para 
concertación de servicios como pruebas diagnósticas o fisioterapia, en 
el contexto de inexistencia de un plan que haga que la Atención Primaria
 sea la verdadera puerta de entrada al sistema de salud y deje de ser un
 servicio accesorio a la atención hospitalaria.
Otra
 cuestión importante en la Región de Murcia es la Salud Pública, a la 
que destinan un escuálido presupuesto de 25 millones, que básicamente se
 distribuye entre el gasto de personal y de vacunas, teniendo que hacer 
frente a unos datos que nos sitúan como una de las comunidades con mayor
 índice de obesidad en adultos, la primera en obesidad infantil, la 
primera en número de adolescentes embarazadas, donde han aumentado las 
enfermedades de transmisión sexual, el VIH, se han disparado las 
adicciones tanto a las drogas como a los juegos de azar, en la que han 
aparecido los primeros casos de Dengue -la primera comunidad autónoma 
del país-, y una de las regiones con peor calidad del aire.
Por
 último, criticamos con dureza que la partida que se destina al 
mantenimiento de consultorios locales a través de los ayuntamientos 
continúe mermada, así como que la dotación destinada al plan de mejora 
de centros disminuya en 9 millones de euros, recogiendo proyectos de 
centros de salud que no son demandas y olvidan demandas como el centro 
de salud de Molina Este o el centro de salud de San Cristóbal en Lorca. 
También señalar que este presupuesto vuelve a olvidarse de las zonas 
rurales alejadas de los entornos urbanos, clasificadas como "Puntos de 
especial aislamiento", no garantizando una atención continuada ni 
dotándolas de los recursos necesarios, como por ejemplo las pedanías de 
Moratalla, a las que sigue sin consignársele una ambulancia para atender
 las urgencias extrahospitalarias.
Como muestra 
del caos instalado en la gestión de esta Consejería, un botón, el 
Hospital de Caravaca, que da servicio a toda una comarca, está de obras,
 faltan especialistas, hay larga lista de espera... Ni las obras se 
terminan, ni se eliminan las listas de espera ni se invierte con 
contundencia para mejorar la calidad de un servicio esencial para la 
ciudadanía.
La Consejería obvia igualmente otros 
problemas que requieren de urgente atención, como los copagos, la 
pobreza farmacológica, la prevención de adiciones y un largo etcétera.
La
 crisis presupuestaria de la CARM ha arrasado la Sanidad y amenaza con 
deteriorarla aún más. En conclusión, un presupuesto sanitario que 
esconde al menos 300 millones de euros no declarados como gasto, pero 
que se van a gastar con seguridad no puede autodenominarse riguroso. El 
gobierno sabe de antemano que incumplirá los presupuestos ya que su 
confección es irreal y conlleva un constante recorte en Sanidad.
Consejería de Hacienda.
La
 Consejería objeto de análisis juega un papel esencial a la hora de 
evaluar el diseño de las políticas públicas del conjunto de la comunidad
 autónoma. Su importancia radica tanto en las partidas de gasto que 
incluye, como en la configuración de los parámetros básicos de los 
presupuestos, la fijación de los ingresos y los beneficios fiscales que 
aplica. Igualmente, este departamento es responsable de la deuda y de la
 cuenta financiera de la CARM, que este año se cuantifica en 1.220 
millones de euros. Por tanto, pende de esta Consejería el diseño del 
conjunto de la dirección política de la inversión pública, el impulso 
del modelo productivo y la situación de los trabajadores públicos.
En materia de diseño de los presupuestos cabe aducir los siguientes argumentos deslegitimadores de su eficacia:
-En
 una Región profundamente atravesada por la desigualdad y en la que el 
crecimiento económico no lleva aparejado su reducción, la contracción 
prevista del mismo (creceremos entre el 2,3 y el 2,5%), sin aumento de 
productividad, imposibilita reducir el desempleo, al menos creando 
empleo digno de recibir tal nombre.
-Los 
presupuestos asumen la pérdida de crecimiento, asumen la incapacidad de 
mejorar los servicios públicos y de aumentar la productividad de nuestra
 economía, fiando nuestro devenir a la continuidad de los bajos tipos de
 interés para el pago de la deuda (lo que hemos venido denominando la 
respiración asistida del Fondo de Liquidez Autonómica) y a que los 
precios de los combustibles continúen contenidos.
-Los
 presupuestos 2019 vuelven a dar la espalda a la inversión productiva en
 sectores de mayor valor añadido como el industrial, a la inversión en 
energías renovables y a la inversión en desalación. Igualmente fían toda
 la potencia inversora en materia de infraestructuras al Estado, 
desentendiéndose de la red de cercanías ferroviarias, la red de 
carreteras, la Zona de Actividades Logísticas o el Corredor 
Mediterráneo. Nos encontramos ante unos presupuestos "bajo mínimos" para
 impulsar los sectores que puedan sacarnos de la cola del desempleo y de
 la cola en todos los indicadores de renta del conjunto de comunidades 
autónomas.
-La economía murciana continúa 
instalada en la senda precaria de la terciarización. Agricultura y 
turismo constituyen la meliflua apuesta productiva de este gobierno. 
Estos presupuestos no contienen novedad alguna en relación a la 
elaboración de un Plan de Transición Energética que genere empleo de 
calidad y afiance un crecimiento sostenible y se apoye en la innovación y
 la digitalización.
-En definitiva y tal como 
sanciona la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), 
los presupuestos 2019 gozan de un problema de credibilidad por cuanto 
conocemos de antemano que contienen un déficit estructural no declarado 
que oscilará entre los 400 y los 600 millones de euros, en función del 
comportamiento que tengan los ingresos públicos de participación estatal
 y del "agujero" definitivo del Servicio Murciano de Salud.
Nos
 preocupan esencialmente dos cuestiones recurrentes en esta legislatura;
 la deuda pública y la caída de los ingresos públicos derivada de los 
beneficios fiscales que aplican en clave neoliberal.
-La
 deuda pública se situaba en junio de 2018 en 9.108 millones de euros. A
 fin de legislatura, la deuda habrá llegado a los 9.700 millones de 
euros como mínimo. Eso supone que tengamos que afrontar compromisos 
financieros por 1.220 millones de euros. La magnitud de la deuda pública
 es tal que no solo imposibilita la confección de unos presupuestos 
expansivos que incidan en el tejido económico regional, sino que 
garantiza la hipoteca para generaciones venideras de sus expectativas. 
En 2009 la deuda pública regional ascendía a 1.340 millones de euros, en
 2019 alcanzará los 9.700 millones de euros. Esto nos da una idea del 
desgobierno al que el Partido Popular ha sometido a la CARM en la última
 década.
-En un contexto como el descrito, la 
aplicación de los beneficios fiscales que estos presupuestos contienen 
en materia de Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, tramo autonómico 
del IRPF, e impuestos sobre el juego y medioambientales, supone medidas 
que implicarán una merma injustificada de la recaudación de más de 200 
millones de euros para las arcas regionales. Sin duda, se trata de una 
auténtica irresponsabilidad. La bonificación del 99% del Impuesto sobre 
Sucesiones y Donaciones ataca directamente a los principios de 
progresividad de los impuestos e impide de modo directo la 
redistribución de la riqueza, consagrando la agregación de los grandes 
patrimonios.
-Unos presupuestos que incorporan 120
 millones de euros procedentes de un adelanto de las entregas a cuenta 
de la participación en impuestos estatales que penden de la aprobación 
de un presupuesto estatal (el pactado por PSOE y Unidos Podemos) que el 
Partido Popular no va a apoyar, da una idea del desabajuste que 
contienen estas cuentas públicas.
La posición que 
nos sitúan los indicadores económicos nos aboca a una caída de la 
demanda externa, con un estancamiento de las exportaciones (ya se 
redujeron en un 2,9% hasta julio), mientras las importaciones crecen (un
 4,8%) en línea con el aumento del precio del petróleo. Con este 
panorama parece imposible que nuestro mercado laboral pueda abandonar la
 absoluta precariedad a la que está sometido.
La 
Consejería de Hacienda se enfrenta además a la obligación de luchar 
contra el fraude y la elusión fiscales. Si por vía impositiva directa 
vamos a dejar de ingresar más de 200 millones de euros, por vía 
indirecta de persecución del fraude dejaremos de ingresar entre 150 y 
200 millones para el conjunto de impuestos que nutren los ingresos 
públicos. Los cierto es que por más que se creen figuras como la Agencia
 Tributaria de la Región de Murcia, difícilmente van a verse mejorados 
los resultados con una unidad de Inspección infra-dotada y que cuenta 
solo con seis inspectores y sin unos planes claros de lucha contra el 
fraude. Los planes de choque de lucha contra el fraude abrazan idénticas
 inercias y las dinámicas de siempre y no contamos ni tan siquiera con 
una conexión de las bases de datos entre Agencias Tributarias, un 
instrumento que permitiría optimizar la recaudación con simples cruces 
de datos informáticos.
En materia de función 
pública debemos remitirnos al Informe sobre la Cuenta General de la CARM
 que realiza el Tribunal de Cuentas y que señala que prácticamente todas
 las unidades administrativas tienen menos trabajadores públicos de los 
que necesitan, lo que redunda en una pérdida de calidad de los servicios
 públicos. A fin de contener el descontento, la Consejería propone la 
creación de más de 8.000 plazas de funcionarios que no dejan de ser 
consolidación de puestos interinos, sin que el empleo público neto 
crezca. Cabe invocar aquí que la temporalidad del sector público alcanza
 el 24%. ¿Qué propone esta Consejería para combatir esa escandalosa 
cifra? La creación de un "Observatorio del Empleo Temporal" del personal
 al servicio del sector público. Las recetas que aplican siempre ante 
los problemas; crean un observatorio y creen que con eso el problema 
está solucionado.
Si a ello sumamos la aprobación 
de una subida salarial del 2,25% que no depende del gobierno regional 
sino de la aprobación de los PGE que el partido que sustenta al gobierno
 va a votar en contra, no resulta extraña la indignación mostrada por el
 colectivo de los trabajadores públicos. Y continúan sin dar una salida 
justa a la carrera profesional horizontal del personal de la 
administración regional, especialmente en lo referido a la homologación 
retributiva.
En lo que respecta a los departamentos que componen su Consejería:
-El
 programa de Comunicación Audiovisual nos enfrenta un ejercicio 
presupuestario más al contrato-programa que realiza el grupo Secuoya 
para la 7RM. Hemos solicitado hasta la saciedad su auditoría ya que no 
existe control alguno en la supervisión de la gestión indirecta del 
Servicio público de Radio Televisión. Continuamos sin una acción 
política que frene su incumplimiento y que haga valer los derechos de la
 ciudadanía a la prestación de un servicio que respete la pluralidad y 
los valores democráticos, frente a la instrumentalización de la 
televisión al servicio del ejecutivo y del Partido Popular. Carece de 
explicación el incremento de la dotación presupuestaria (desde 
12.212.189 euros de 2017 a los actuales 12.580.000 euros). La oferta 
presentada a concurso en 2014 de Securtel (ahora Secuoya o CBM) se 
comprometía a "reducir la aportación necesaria a partir del 4° año 
(adicional a planteamientos que pueda hacer la administración). Por 
tanto y a la vista de esa cláusula, no entendemos la razón por la que 
esta Consejería incumple las condiciones pactadas, aumentando año tras 
año la dotación presupuestaria (los datos de ejecución nos indican que 
realmente estamos aportando una cifra superior a los 14 millones de 
euros).
-En la misma línea expresada, debemos 
calificar como fracaso rotundo la gestión de las licencias de 
comunicación audiovisual radiofónicas para completar el mapa de la FM 
regional. Nos mantenemos en nuestra solicitud de suspensión del concurso
 resuelto y la convocatoria de uno nuevo que garantice la transparencia y
 la igualdad en el acceso a las diferentes opciones que concurran.
-En
 cuanto a Telecomunicaciones y Soporte Informático, resulta necesario 
abordar de una vez por todas la implantación efectiva de la 
administración electrónica, compatibilizando así la eficiencia con una 
política de transparencia y participación que se sitúen en un marco de 
seguridad informática y protección de datos. La implantación telemática 
de los procesos, además de mejorar la calidad de los servicios públicos,
 contribuirá a una mejor gestión económica que pueda tener alcance 
también a la administración local, en especial a los Ayuntamientos de 
menos de 20.000 habitantes. Este grupo parlamentario ha reiterado hasta 
la saciedad que no resulta suficiente priorizar la red ultrarrápida en 
la administración regional si no se cuenta con las herramientas 
tecnológicas necesarias para que funcionen correctamente. Es por esta 
razón por la que solicitamos mayor inversión presupuestaria que permita 
una administración electrónica eficiente en los centros sanitarios, 
educativos y del conjunto de la administración.
Sus
 presupuestos les delatan. Todas las deficiencias puestas de manifiesto 
en relación a la administración electrónica no les impide realizar una 
dotación presupuestaria para la creación de la "Carpeta Empresarial" en 
materia de digitalización de procesos para acelerar los trámites de la 
Ley de Aceleración de la Transformación del Modelo Económico Regional 
para la Generación de Empleo Estable de Calidad (Ley de Aceleración 
Empresarial), recientemente aprobada. La dotación para la creación de 
esta carpeta empresarial dice mucho de quién ejerce realmente la labor 
de gobierno de esta Región.
-Por lo que respecta a
 la Gestión del Patrimonio, este departamento evidencia la gestión 
negligente que este gobierno realiza de los recursos públicos. Este 
descontrol ha sido recurrentemente denunciado por el Tribunal de Cuentas
 tanto en materia de inventario de bienes públicos como en la gestión 
caótica del régimen de subvenciones públicas, como la existencia de 
maniobras contables para que no aflore el déficit encubierto que hay en 
las cuentas públicas que año tras año presentan para su aprobación por 
la Asamblea Regional.
-El Instituto de Crédito y 
Finanzas de la Región de Murcia (ICREF) apenas crece en su dotación y ha
 demostrado no ser un instituto de crédito público que impulse la 
economía regional. Quién más se resiente de la falta de apoyo al crédito
 por parte del Sector Público son las pymes, en las cuales sigue 
residiendo al menos un 75% del empleo. Su trayectoria a lo largo de esta
 legislatura les delata. Llevan toda la legislatura prometiendo dotar al
 ICREF de la solvencia suficiente para apoyar crediticiamente a las 
pequeñas y medianas empresas, y sin embargo el presupuesto 
administrativo les delata. Si en 2018 se redujo de 67,3 millones de 
euros (2017) a 57,4 millones de euros (2018), en 2019 vuelve a reducirse
 hasta 56,05 millones de euros. En este dato se comprueba con claridad 
que su apoyo al tejido de pymes solo puede calificarse como brindis al 
sol.
Consejería de Fomento e Infraestructuras.
Los
 presupuestos de 2019 han vuelto a ser calificados por el presidente de 
la CARM como una "expansión del gasto responsable". En el caso de esta 
Consejería no vemos ni una cosa ni la otra. Ni es una propuesta 
"expansiva", ni es una propuesta "responsable". En primer lugar porque 
el presupuesto de 2019 asciende a 175.464.608 euros, lo cual representa 
el 3,04 del presupuesto regional y es del -6,66% respecto al de 2018, 
esto es, se reduce en un 6,6%. Nuevamente, como en tantas otras áreas de
 gobierno, nos encontramos ante una legislatura perdida. La cartera de 
Fomento constituye un instrumento esencial para ordenar el territorio, 
vertebrar la movilidad, planificar el desarrollo económico y además 
prevenir las inundaciones que vemos en el Mar Menor cada vez que llueve.
 El balance de la legislatura es que han despilfarrado dinero público en
 tanques de tormenta que no han servido para nada, han sido incapaces de
 mejorar la red de cercanías, de concluir una red viaria que evite los 
atascos y solo la respuesta social ha evitado que consumaran una 
auténtica tropelía contra la movilidad de las personas con la llegada 
del AVE en superficie a la ciudad de Murcia.
Igualmente,
 esta cartera resulta decisiva en materia de vivienda, imprescindible 
para que los jóvenes puedan acceder a una vivienda y poder emanciparse, o
 para que no haya familias que sufran un lanzamiento hipotecario o sean 
desahuciadas sin una alternativa habitacional. Y sin embargo este 
presupuesto carece de una política pública de vivienda digna de tal 
nombre. Evidentemente el gobierno regional no entiende ni asume que la 
vivienda es un derecho constitucional, ya que ha dedicado décadas a 
alimentar burbujas inmobiliarias y financieras especulativas.
De
 igual forma, esta cartera es muy importante para hacer realidad el 
derecho a la movilidad de las personas, pero la Consejería también hace 
absentismo respecto de lo que significa ese derecho como se acredita con
 la falta de modernización de las líneas de autobuses interurbanas y las
 conexiones con los núcleos poblacionales menos habitados, que además 
cuentan con unas carreteras desatendidas.
Por la 
misma razón, esta cartera es muy importante para hacer las 
infraestructuras logísticas que requiere nuestra industria. Y 
presupuesto tas presupuesto seguimos viendo las mismas tristes líneas 
que dedican a las ZAL.
La Consejería de Fomento 
continúa siendo -presupuesto tras presupuesto- una ficción plagada de 
maquillaje y de incumplimientos. Este 2019 la Consejería dedica un 
presupuesto raquítico a un capítulo trascendental para la Región y que 
avalará la desatención de infraestructuras estratégicas para la igualdad
 social y el bienestar de la Región. Un presupuesto raquítico que 
desprecia el derecho a la vivienda o el derecho a la movilidad de las 
personas no cabe adjetivarlo como "expansivo" o "responsable", sino todo
 lo contrario.
Las inercias se repiten y nos 
volvemos a encontrar algo que ya viene siendo habitual en los 
presupuestos de fomento e infraestructuras como es la reproducción de 
cantidades presupuestadas en el ejercicio anterior no ejecutadas. Según 
la liquidación del Presupuesto de Gastos del ejercicio 2018, el gasto 
ejecutado por Secciones a fecha de septiembre apenas alcanza el 44%. El 
44%. De esas inejecuciones sabe mucho el partido Ciudadanos, al que el 
gobierno regional marea los reiterados incumplimientos de las partidas 
que pacta con ellos.
Podemos asegurar que estos 
presupuestos no nos van a traer mejores carreteras, ni van a solucionar 
el problema del transporte de autobuses inter-urbano, ni tampoco el de 
los trenes de cercanías. Tampoco habrá soluciones para el incremento de 
los alquileres de vivienda ni habrá alternativas habitacionales para los
 desahucios. En su lugar habrá más deuda.
Analizando
 detalladamente los presupuestos, decir que la Dirección General de 
Ordenación del Territorio, Arquitectura y Vivienda cuenta con un 
presupuesto para el año 2019 de 46.635.641 euros, con una disminucio´n 
del 21,9% respecto a 2018. De este presupuesto, 20,42 millones de euros,
 se destinan a dotar el nuevo Plan de Vivienda 2019-2021. Si además 
tenemos en cuenta que esta dirección a fecha de septiembre solamente 
había ejecutado un 47,7% del presupuesto del pasado año, pues ya tomamos
 conciencia de qué va esto. Tendremos que esperar a que ese Plan de 
Vivienda contemple de verdad ayudas a las familias desahuciadas, ayudas 
de alquiler, lucha contra el chabolismo y personas sin hogar, viviendas 
para jóvenes, etc.
Lo más triste es que esta 
Consejería no ha demostrado ningún interés en desarrollar la Ley 10/2016
 de Vivienda, tal como hemos podido comprobar con un borrador de 
reglamento, incompleto e insuficiente y sin participación social. Los 
desahucios continúan y la carestía de los alquileres también. Y 
mientras, el 100% de la ley 10/2016 se está incumpliendo. Y lo que 
resulta más escandaloso, pese a disponer año tras año de partidas 
destinadas a alquiler de viviendas sociales para conceptos regulados por
 la ley como ayudas al alquiler o subvenciones al pago de recibos de 
suministros básicos, sin embargo, no se han desarrollado los convenios y
 reglamentos necesarios a los que la ley obliga. Nuestra obligación, y 
también nuestra convicción, va a consistir en seguir insistiendo en el 
desarrollo de esta ley y el incremento de las partidas presupuestarias 
para atender a las familias desahuciadas. Vamos a seguir presentando 
nuestra enmienda para demandar un Servicio de Orientación y Mediación 
Hipotecaria que regule 1°) El procedimiento de mediación entre la 
familia desahuciada y el banco; 2°) La creación y regulación de las 
comisiones de sobreendeudamiento, incluyendo representación de la 
Plataforma de Afectados por la Hipoteca; 3°) La creación de convenios de
 adhesión para los grandes tenedores de vivienda y 4°) La creación de 
convenios con las compañías suministradoras (añadimos luz, agua y gas) 
para evitar pobreza energética.
En esta Región la vivienda pública ni se la ve ni se la espera. Podría incluso declararse una especie en peligro de extinción.
Un
 ejercicio presupuestario más vuelven a consignar la erradicación del 
chabolismo dotada con 2.100.000 euros, y de la que tenemos la convicción
 de que quedará sin tocar. Destinan a alquiler social 95.000 euros (que 
se reparten Cáritas, Columbares y la Bolsa de alquiler social) y eso sí 
recogen 568.320 euros, que proceden del Ministerio (Plan Alquiler Social
 2018/2021). Toda la política de alquileres sociales con fondos de la 
CARM se reduce a 95.000 euros. El presupuesto para el conjunto de 
actuaciones en materia de vivienda dependientes de Fomento (Plan Lorca, 
Rehabilitación de vivienda, Eficiencia energética, Arrendamiento para 
jóvenes, Instalaciones de renovables, subvenciones al Arrendamiento, 
Renovación urbana, subvenciones a la Adquisición de vivienda, fomento 
del Parque Público de vivienda, subvenciones a la seguridad y 
accesibilidad y ayudas al Arrendamiento para mayores y discapacitados), 
asciende a 22.230.499 millones de euros. De esa cantidad el Ministerio 
aporta 15.139.680 euros. Para ese inmenso conjunto de actuaciones la 
CARM apenas tiene respuesta presupuestaria y es el Ministerio el que 
asume la inmensa mayoría de las políticas de vivienda que se hacen en la
 Región. Así nos va.
Una Región del siglo XXI 
debería tener un compromiso claro con el derecho a la vivienda para la 
erradicación absoluta del chabolismo y la infravivienda. Pero a este 
ritmo presupuestario dudamos de si podremos llegar a ver cumplida esa 
aspiración civilizatoria con estas políticas.
La 
Ordenación del Territorio está año tras año cuantitativamente más 
raquítica. Un año de estos nos encontramos que desaparece del 
presupuesto. Con estos presupuestos tan menguados sí que al menos nos 
explicamos que no se hayan desarrollado la mayor parte de las 
directrices de ordenación del territorio que deben estar durmiendo una 
larga siesta en algún despacho, a pesar de que se ha aprobado una ley 
que marca el camino sobre la mejor forma de planificar la Región. Así, 
no es de extrañar que veamos año tras año las inundaciones de las 
poblaciones del Mar Menor. Cuando no se planifica, pues ocurre la 
inundación.
En el capítulo de carreteras, nos 
encontramos con que presuntamente crece un 6% en capítulo de 
inversiones. Pero claro, es que muchas de las cuantías presupuestarias 
provienen del anterior ejercicio, pues en 2018 a fecha de septiembre, un
 60% del presupuesto dedicado a carreteras se quedó sin ejecutar.
Nos
 llama la atención los 13.363.894 euros destinados a "Construcción y 
mantenimiento de Autovía del Noroeste" (¿han quitado por fin Vds el pago
 del peaje en sombra de la partida destinada a "familias y otros entes 
sin ánimo de lucro"? ¿nos van a decir por fin cuanto ha supuesto a las 
arcas públicas esta infraestructura? ¿O temen que eso les delatara como 
los pésimos gestores que son?).
En cuanto a 
transporte: la nada, el puro desierto. Se encuentra dotada con 23,53 
millones de euros en su capítulo VII y la mayor parte de su presupuesto,
 21,4 millones de euros, está destinado a las obras de la llegada de la 
alta velocidad a Murcia. La realidad es que no existe una política de 
transporte, este gobierno ha llevado a cabo una auténtica dejación de 
esta política. Los presupuestos ignoran los trenes de cercanías o el 
FEVE, siendo el transporte público que más utilizan las clases 
desfavorecidas. Seguimos sin ver una política regional de transporte 
inter-urbano que modernice las líneas de autobuses e integre el 
territorio regional con prestaciones adecuadas. ¿Y el Plan Director de 
Transporte? ¿Para qué les sirve ese documento si luego no se concretan 
actuaciones para tener un transporte interurbano digno. Los 27 millones 
de usuarios del transporte público regional van a tener que seguir 
esperando un transporte del siglo XXI.
Por lo que 
respecta a las partidas dedicadas a las Zonas de Actividad Logística 
(ZAL), se dedican a la de Murcia 300.000 euros para proyectos como todos
 los años- y 300.000 euros para Cartagena. Lo que subyace bajo estas 
erráticas partidas presupuestarias es la ausencia de una planificación 
rigurosa de las ZAL.

 
 


