SAN JUAN DE PUERTO RICO.-  El cónsul general de España en Puerto Rico, Eduardo 
Garrigues López-Chicheri, oriundo de Totana (Murcia), será homenajeado por el trabajo realizado 
para reforzar vínculos políticos, sociales y, particularmente, 
culturales entre ambos territorios durante los cuatro años en que ha 
ocupado este cargo.
"Siempre es agradable que a uno le reconozcan el trabajo que ha 
hecho", dijo el cónsul, que está a punto de concluir su etapa 
en Puerto Rico, para regresar en los próximos meses a España.
El homenaje ha sido organizado por Eduardo Bhatia, presidente del 
Senado de este Estado Libre Asociado a EE.UU., que ha querido así 
despedir a un cónsul que ha trabajado muy activamente por poner en valor
 y vigencia los lazos históricos y culturales entre España y Puerto 
Rico.
"Esta es la última etapa de cerca de veinte años de mi carrera 
profesional dedicados al mundo hispano", explicaba Garrigues, quien 
entró en el cuerpo diplomático en 1973 y, entre otros destinos, pasó 
cinco años en Nueva York, donde fue consejero en la Representación 
Permanente de España ante Naciones Unidas y asesor de su Consejo de 
Seguridad.
También fue director del Instituto de España en Londres y consejero 
cultural en la embajada en la capital británica, así como director 
general de la Casa de América en Madrid y embajador en Namibia, 
Botsuana, Noruega e Islandia, entre otros cargos.
"Mi interés por las comunidades hispanas en EE.UU. comenzó en Los 
Ángeles, donde viví entre 1989 y 1992", recordaba este licenciado en
 Derecho por la Universidad Complutense, que ha dedicado también gran parte de su vida a la literatura y
 el periodismo.
Desde entonces, "he dedicado muchos años a estudiar y conocer a la 
población hispana en EE.UU.", asegura quien también fuera secretario 
general de la Fundación Consejo España-EE.UU. (sigue siendo miembro de 
su patronato), convencido a estas alturas de que "los puertorriqueños 
son el centro de todo ese fenómeno".
Durante los cuatro años que ha pasado en Puerto Rico, Garrigues 
impulsó la celebración del bicentenario de las Cortes de Cádiz y 
organizó un congreso en octubre de 2011 sobre "la Constitución de 1812: 
La participación de los diputados de América".
Igualmente, durante su estancia en la isla Garrigues pudo encabezar 
los esfuerzos para que los restos de Ramón Power y Giralt, diputado por 
Puerto Rico en las Cortes de Cádiz celebradas en esa ciudad española en 
1812, se trasladaran a San Juan, coincidiendo con el bicentenario de su 
muerte.
Los restos del prócer puertorriqueño, que fue también capitán de la 
Armada de España, llegaron a Puerto Rico en abril de 2013 en el buque 
escuela Juan Sebastián de Elcano, desde Cádiz.
Power y Giralt llegó a la vicepresidencia de las Cortes de Cádiz 
cuando se buscaba en España una Constitución que cambiara el régimen 
político del país.
Así, fue uno de los firmantes de las once propuestas presentadas el 
16 de diciembre de 1810 a las Cortes de Cádiz de las reclamaciones 
colectivas hispanoamericanas en favor de igualdad entre peninsulares y 
las colonias.
Igualmente trabajó para que el Museo de Arte de la ciudad 
puertorriqueña de Ponce pudiera inaugurar una ambiciosa muestra con 
cuadros de la exposición permanente del Museo del Prado de Madrid, 
firmados por grandes maestros como El Greco, Velázquez y Goya.
"A través de actividades culturales he querido suscitar el interés de
 la clase política y empresarial", resumía así el cónsul, que dice dejar
 Puerto Rico con un grato sabor de boca.
A su juicio, esta isla es "la bisagra entre el mundo latino y el anglosajón", que "es la nueva frontera".
"Desde el primer día aquí me encontré como en mi casa", confiesa 
Garrigues ya más a nivel personal, porque "además del entramado 
histórico que aquí confluye, los estilos de vida, modos y costumbres son
 muy similares a los españoles".
En ese sentido, dice entre risas que "los puertorriqueños han sabido 
conservar muchas de las virtudes de los españoles, aunque también algunos defectos, como la impuntualidad".

 
 

