El líder de los  conservadores volvió a hacer gala de esta actitud. En una entrevista  concedida a Europa Press desde Sanxenxo (Pontevedra), donde permanece de  vacaciones desde el mes de julio, insistió una vez más en que su objetivo es reducir el déficit  sin cargar el coste sobre los ciudadanos. "Yo, en este momento, no  tengo previsto subir ningún impuesto", sostuvo, fiando a la recuperación  de la actividad económica y al crecimiento cerrar las cuentas públicas  con el saldo negativo comprometido. También rechazó tener pensado hacer  recortes. 
"Ese es el reto más duro", apunta The Economist,  que se pregunta cómo logrará recortar el déficit si el crecimiento no  repun-ta. En ese caso, augura la revista, Rajoy "deberá cortar los  gastos". Él, en su entrevista, apuntó a la reducción de un "sinfín" de  organismos públicos "sin utilidad" y la eliminación de duplicidades  entre administraciones. También anunció una oferta de empleo público "bien estudiada". 
Para  cumplir el objetivo de déficit, Rajoy señaló que pondría en marcha  inmediatamente un "plan de choque". Este incluye las tres iniciativas  que presentó en el debate sobre el estado de la nación y que fueron  registradas por su partido el mismo día: la modificación de las leyes de  estabilidad presupuestaria para establecer un "techo de gasto a las administraciones", una ley de Transparencia y otra de apoyo a los emprendedores.
En el neoconservador The Wall Street Journal, Simon Nixon  escribía el miércoles que "la mejor esperanza para España está en el  líder de la oposición". Ahora bien, ponía una pega: "Faltan cuatro meses para las elecciones y no hay señales de que Rajoy vaya a mandar el mensaje que los mercados quieren oír" antes de esa fecha. 
En  su opinión, Rajoy podría "calmar a los mercados", como hizo David  Cameron antes de llegar a Downing Street. Si establece "una agenda de  reformas atrevidas y se compromete a ponerlas en marcha rápidamente,  incluyendo una recapitalización rápida de los bancos y reformas  estructurales mucho más duras, los mercados le darán el beneficio de la duda". 
A falta de precisión, Leo Wieland insiste en el conservador  Frankfurter Allgemeine  que el líder del PP "está obligado ahora a definir su programa. Debería  presentar un plan coherente que le permita ganarse un perfil más  nítido". Rajoy, sin embargo, está más en el discurso de pedir "un cambio  de Gobierno". Y cuanto antes, mejor, reclaman desde el partido. La  situación actual, asegura, es propicia para "gobernantes de cuajo", con un "liderazgo claro", "determinación y coraje" para afrontar la crisis. 
El pasado lunes, el Süddeutsche Zeitung publicó  un perfil de Rajoy. Su autor, Javier Cáceres, destacaba que el  presidente del PP "prefirió no cargar con el coste político" de las  reformas estructurales de 2010 y los recortes. También recordaba que el líder del PP fue elegido a dedo por José María Aznar, que el "ala de la ultraderecha" del PP le critica" por su moderación y que no es amigo de las ruedas de prensa.
 
