Pedro Sánchez, un gran desconocido para la 
ciudadanía y la propia militancia socialista hasta hace escasas semanas,
 se ha convertido hoy en el nuevo líder del PSOE, tras ganar las 
primarias internas celebradas por su partido. En menos de un mes, 
Sánchez, "un tal Pedro", que cuando empezó a postularse apenas tenía 
opciones, ha sabido capitalizar a favor de su candidatura la retirada de
 Susana Díaz y el castigo de Andalucía y de otras federaciones a Eduardo
 Madina.
   Precisamente, la novedad y la no pertenencia a los aparatos del 
partido ha sido uno de los argumentos más explotados por Sánchez, 
reiterando constantemente su viaje iniciático a Don Benito, en diciembre
 de 2012, donde empezó en solitario a darse a conocer cuando era solo un
 diputado anónimo.
    Desde entonces, ha recorrido más de 45.000 kilómetros por todo el
 país que, según explica, le han llevado a conocer a fondo el partido y a
 sus militantes. Sin embargo, muchos de estos kilómetros los hizo a 
cuenta de la Conferencia Política del pasado noviembre, en la que tuvo a
 su cargo la coordinación de la ponencia política.
   Éste ha sido el único cargo relevante que ha tenido en el PSOE y 
el que comenzó a darle una cierta visibilidad. Hasta entonces, su 
currículum en el partido lo conforman sus dos legislaturas en el 
Congreso de los Diputados --en ambas 'repescado' tras sendas renuncias--
 y sus años como concejal en Madrid entre 2004 y 2009.
   "Soy un militante de base que quiere cambiar el partido desde 
abajo". Así se ha presentado Sánchez en las agrupaciones que ha visitado
 y así lo hizo en el debate que mantuvo el pasado lunes en Ferraz con 
sus contrincantes, Eduardo Madina y José Antonio Pérez.
   Y siempre insistía en que "hace un año y medio no estaba en 
política", una afirmación cierta, puesto que forma parte de la bancada 
socialista desde enero de 2013, cuando entró para sustituir a Cristina 
Narbona, con la que destaca su vida al margen de la política, en la que 
incluso ha "conocido el paro", como suele decir.
   Doctor en Economía y Empresa, da clases de Estructura Económica y 
Empresa en la Universidad Camilo José Cela. Fue asesor en el Parlamento
 europeo y trabajó en el gabinete del Alto Representante de Naciones 
Unidas en Bosnia y ha desempeñado labores de consultoría internacional 
en el sector privado.
   Su nombre comenzó a circular por los mentideros políticos a 
mediados de 2013 y fue tomando algo de fuerza según avanzaba el año. Sin
 embargo, el escenario que se vislumbraba entonces parecía dejarle pocas
 opciones, porque tenía enfrente a figuras consolidadas como Patxi 
López, Carmen Chacón y Eduardo Madina.
   No obstante, el resultado de las elecciones europeas del 25-M 
imprimieron un giro radical a la situación del PSOE y Pedro Sánchez ha 
sabido estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Primero fue el
 cambio de calendario que impuso el secretario general saliente, Alfredo
 Pérez Rubalcaba, con su renuncia y la convocatoria de un congreso 
extraordinario, que deja para después las primarias abiertas.
Esta alteración del escenario hizo que la exministra se descartara, 
muy airada por "la ceremonia de confusión" que, a su juicio, había 
provocado Rubalcaba. Y también lo hizo Patxi López, tras el mal 
resultado conseguido por el PSE en el País Vasco en las europeas.
   La siguiente circunstancia aprovechada por Sánchez fue la decisión
 de Susana Díaz de no concurrir como candidata, después de que fracasara
 la operación de varios barones territoriales para que fuera aclamada 
como nueva secretaria general. Esa operación fue abortada por la 
decisión de Madina de mantener su candidatura y por su exigencia de que 
el nuevo líder fuera elegido por el voto directo de todos los 
militantes.
   Sin embargo, la victoria táctica de Madina se convirtió en su 
principal enemigo, porque la renuncia de Susana Díaz a competir por la 
secretaria general, supuso que los partidarios de la dirigente andaluza 
se pusieran de parte de Pedro Sánchez, convirtiéndolo en el candidato 
favorito ya durante la fase inicial de recogida de avales.
   Todo esto provocó que Pedro Sánchez, que presumía de su militancia
 de base y de no haber pertenecido nunca a los órganos relevantes del 
PSOE, pasase a ser acusado de ser el candidato de los aparatos. 
Precisamente, la pelea de los primeros días entre Madina y Sánchez se 
centró en ver quién era más militante de base y menos aparato.
   Para reforzar esta 'etiqueta', algunos 'madinistas' señalaban al 
equipo más cercano de Sánchez, en el que situaban a los exministros José
 Blanco y José Bono, que en público siempre lo negaron, y a quienes se 
atribuía un trabajo 'en la sombra' a favor del madrileño. Sánchez 
trabajó para el exministro de Fomento, como parte de un equipo que se 
gestó en Bruselas y del que también formaban parte Oscar López y Antonio
 Hernando.
   Con todo, para los de Madina, esta pugna se decidió en el primer 
asalto de la batalla por la Secretaría General: la recogida de avales, 
en la que Sánchez arrasó al diputado vasco, con 41.338 frente a 25.338. 
La diferencia fue especialmente elocuente en Andalucía, donde el 
diputado madrileño sacó cinco veces más apoyos que el vasco.
   Sánchez ha evitado entrar en polémicas durante la campaña. "Mi 
aval es mi trabajo" y "Mi único aparato es mi Peugeot 407" eran sus 
respuestas cuando se le preguntaba por el apoyo orgánico que los de 
Madina veían inclinado hacia ese lado.
   Su equipo ha insistido en que su objetivo era hacer una campaña en
 positivo y proactiva. En público, las únicas pullas que ha lanzado a 
Madina fueron en el debate, cuando le echó en cara que se arrogue la 
apertura de este congreso a la militancia. "La democracia es patrimonio 
de todos y todas y no solo de uno", le dijo, defendiendo que el sistema 
'un militante un voto' no se ha introducido "como consecuencia de la 
petición de un compañero".
      Su campaña ha estado dirigida por el diputado autonómico e 
histórico dirigente del PSM José Cepeda y como jefe de prensa ha situado
 a José Luis Fernández Peña,
 'Chunda', que ocupó este puesto con Bono 
durante muchos años. En su equipo más próximo está también la veterana 
diputada catalana Teresa Cunillera.
   Durante estas semanas, su objetivo principal ha sido darse a 
conocer entre la militancia, buscando el contacto cercano en el que los 
suyos insisten en que se sabe mover, con una 'empatía' y un 'saber 
escuchar' que a algunos les recuerda al de José Luis Rodríguez Zapatero.
   Para ello, ha buscado una imagen cercana, de 'persona normal' que 
incluso ha 'presentado' a su mujer, Begoña, en un vídeo electoral en el 
que contaba el 'flechazo' que les unió y en el que pretendía explicar 
"quién es ese tal Pedro Sánchez", que desde hoy es el nuevo secretario 
general del PSOE.