MURCIA.-  El Ministerio Fiscal, la acusación particular y el abogado defensor  de la ex concejal de Empleo del Ayuntamiento de Fortuna han hecho  referencia, en su exposición final, a las declaraciones de los testigos  que han prestado declaración en el juicio que ha concluido este viernes,  en la Audiencia Provincial, contra el alcalde de la localidad, Matías  Carrillo; esta ex edil, María Dolores Sánchez; y el fuera concejal de  Economía y Hacienda, José Antonio López.
 
   Para el representante del ministerio público, que ha sustituido la  pena de arresto de 12 fines de semana por la privacidad de libertad  durante 24 días, "nos hemos visto en la tragicomedia" por la calidad de  algunas declaraciones de testigos que han intervenido en la vista oral,  que comenzó este martes.
 
   "Es inmoral, ha declarado, que se basterdeé el voto de la  ciudadanía, como se ha hecho en este caso, aprovechando de la necesidad  de las personas", por lo que, haciendo referencia a una cita teatral,  advierte que "algo huele a podrido" porque la compra de votos "se  efectuó y existen pruebas" respecto de la ex concejal, cuyo testimonio,  considera, hubiera sido más fiable "si en lugar de inculpar a todos los  de la lista del PP, ella también se hubiera inculpado".
 
   Mientras que para la acusación particular, que ejerce a instancia  de IU, el perfil de los testigos "no pasa desapercibido", ya que  responde a "gente con mucha necesidad, en muchos casos desarraigada y  con un nivel cultural muy bajo, además de problemas físicos y  psíquicos".
 
   La acusación particular ha reconocido que a la ex concejal "le han  llovido las acusaciones en este proceso y era el último eslabón de la  cadena si participó en los hechos, teniendo la valentía de llevarlos a  juicio y no dejarse llevar por el alcalde", lo que pide valorar como  atenuante de confesión.
 
   Llegado el turno de intervención del letrado que defiende a la ex  edil María Dolores Sánchez, éste ha denunciado públicamente que da la  impresión de que "parece que se va contra una única persona", apoyándose  en las manifestaciones de cinco testigos que "han ido contra ella, no  existiendo evidencia alguna" de que pudiera haber incurrido en un  presunto delito electoral. 
 
   La ex concejal "se ve envuelta en un proceso, por desgracia, donde  los vecinos no querían acudir a declarar porque hay una ley del  silencio, hay miedo", ha expuesto el abogado Antonio Pagán.
 
   Precisamente, se ha referido a la "amnesia" que parecía tener uno  de los testigos y el interés de "incriminar" a su defendida, "quizás  porque debían necesitar algo del Ayuntamiento por sus necesidades,  porque trabajan en cosas municipales y son pensionistas".
 
   A lo que se une "las ganas de venganza" de dos testigos con  respecto a María Dolores Sánchez, que "incluso antes de sentarse, una de  ellas ya se dirigió a la ex edil y cambió su declaración,  contradiciéndose".
 
   Por ello, la estrategia del letrado que defiende a la ex concejal  ha sido la de desmontar las acusaciones de cinco testigos que han  declarado en el juicio, al no "haber ni recompensa ni dádivas" de su  defendida a cambio del voto. "No hay delito y todos los indicios del  auto contra ella han quedado desmoronados con la infinidad de  contradicciones", ha manifestado el abogado Antonio Pagán.
 
   Esto se fundamenta en el hecho de que cuatro de los cinco testigos  a los que se ha referido "acudieron a pedirle trabajo a María Dolores y  no se ha probado que ella pidiera los DNI" para comprarle el voto,  además de que la última decisión, ha enfatizado, correspondía a la  persona del alcalde.
 
   También ha criticado el testimonio del joven que aseguró que la ex  concejal le abordó en plena calle para pedirle el DNI, desconociendo  que su madre era concejal de la oposición. En opinión de Pagán, "se  contradijo, ya que en una primera declaración en instancias judiciales  dijo que venía de casa de su tía y aquí dice que iba", además de que hay  que tener en cuenta que ese día precisamente, la ex edil estuvo en casa  todo el día porque no se encontraba bien, tal y como ha corroborado una  amiga que la acompañó en el domicilio.
 
   Por esta razón, considera que la versión de este joven "es más que  discutible", al igual que la del empresario que declaró este jueves,  "que tiene un negocio con el alcalde e interés, ya que es de un partido  afín".
 
   Se la juzga, según ha señalado, "por unos indicios" pero "nada de  lo que se ha dicho contra ella ha sido probado y no firmó ningún  contrato ni ninguna solicitud" en la compra de votos en Fortuna en las  elecciones de 2003.
  
   Una afirmación en la que no está de acuerdo Jaime Peris, el  abogado defensor del alcalde y el ex edil, dejando claro que en este  juicio "solo se puede hablar de pruebas y datos fehacientes, y no de  historias ni de indicios", descartando, en todo momento, hablar de  argumentaciones políticas.
 
   Su exposición se ha basado en los siete "pretendidos" indicios que  las acusaciones y defensa han mantenido, entre ellos, el aumento del  voto por correos y las declaraciones inculpatorias.
 
   Así, ha defendido que "no hay ni un solo indicio, ya que los datos  no son contrastados ni fehacientes, sino interesados y sesgados". 
 
   Ha llamado la atención sobre el hecho de que el procedimiento se  inició con una denuncia de un concejal en un Pleno, "cuyo padre es el  protagonista estelar y tiene el estómago de hacer declaraciones en ese  Pleno sin comprobarlo ni hablar con su padre, como manifestó aquí".
 
   Así como que en la instrucción inicial no sale el nombre de sus  dos defendidos, que es posterior una vez que la ex edil los "inculpa",  por lo que la Sala, a su entender, "sólo podría dictar sentencia  condenatoria" respecto del alcalde y el ex edil por la declaración de  una de las testigos, que cambia su versión de los hechos y se  contradice.
  
   El juicio ha quedado visto para sentencia. El fiscal considera que  los hechos son constitutivos de un delito electoral y pide para cada  uno de los acusados la privación de libertad durante 24 días, multa de  seis meses con una cuota diaria de seis euros, y la inhabilitación  especial para el cargo de concejal y para el ejercicio del derecho de  sufragio pasivo durante cinco años.
 
   Por su parte, la acusación particular, representada por el letrado  Joaquín Dólera, considera que los hechos, además de un delito  electoral, son constitutivos de malversación de caudales públicos y  prevaricación; este último por el hecho de que hubieran 49 contratos que  "no pasaran ningún tipo de selección". 
    Pide para el alcalde y el ex concejal 17 años de inhabilitación y  20 fines de semana de arresto por los tres delitos; y para la ex edil,  dos meses de multa al considerar que incurrió únicamente en delito  electoral.