MADRID.- 335 millones de euros. Esta es la cifra oficial del dinero que la 
Iglesia española recibe como donativos de parte de los fieles cada año, 
lo que supone el 36% de la financiación de las diócesis, según la 
Memoria Anual de Actividades de la Iglesia en España, que recoge www.eldiario.es.  
Una cantidad sin 
control fiscal alguno -el dato ofrecido es de parte-, a la que hay que 
sumar otros 193 millones (el 20% de su financiación) en concepto de 
'Otros Ingresos Corrientes', como por ejemplo pagos de expedientes 
matrimoniales, de bautismos o misas. 
¿Qué
 es un donativo? Es toda "aportación directa voluntaria de los fieles a 
las diócesis", según explican desde la Conferencia Episcopal, que añaden
 que se trata "del modelo más deseable de autofinanciación de la 
Iglesia" y "la principal fuente de financiación de las diócesis, más de 
un tercio de los recursos disponibles". 
Bastante más, en todo caso, que 
lo recibido en la polémica casilla de la Renta, y que en 2018 supuso 270
 millones de euros.
Colectas, cepillos o herencias sin control
¿Qué se incluye en
 ese concepto? En primer lugar, las clásicas colectas en las misas, cada
 domingo o siempre que la Iglesia lo decida, ya sea para financiar unas 
obras, un proyecto solidario o un regalo para el seminarista que va a 
ordenarse sacerdote.
También las aportaciones a los cepillos de 
las parroquias. En este sentido, la Iglesia se está profesionalizando, y
 el clásico cajón con llave que sólo tenía el párroco está siendo 
sustituido, en decenas de templos, por 
'cepillos digitales'
 promocionados por distintas entidades bancarias y que permiten cierto 
control del importe real, así como la posibilidad de aportar con tarjeta
 de crédito.
Legados, herencias y similares también forman parte 
del concepto 'donativo', al que hay que sumar la suscripción periódica 
(mensual, trimestral, semestral o anual), que permite a los gerentes de 
las diócesis "administrar el presupuesto de forma más eficaz para ir 
afrontando los distintos problemas que día a día van surgiendo en las 
distintas diócesis de nuestro país".
"Una ayudita" para el sacristán o para el cura
Sin
 embargo, la cifra aportada por la Conferencia Episcopal -335 millones 
de euros- dista de ser la real. "El importe es mucho mayor", admite un 
eclesiástico consultado por 
eldiario.es. "Nunca sabremos qué cantidad de
 lo que se recoge en todos los cepillos de todos los templos se envía a 
las diócesis, o se consigna en los libros de cuentas de las parroquias".
Al
 menos una parte no cuantificable va para "pagar una ayudita" al 
sacristán o a la señora que abre y cierra la puerta, o a las mujeres que
 barren y limpian los templos de forma voluntaria. 
Y, admite, "todos los
 curas nos quedamos con alguna cantidad para imprevistos: desde el pobre
 que llega a tu puerta de noche, a la familia que no tiene con qué pagar
 la luz o qué llevarse a la boca". O para que los párrocos -que cobran 
de media en España unos 900 euros- "lleguemos a fin de mes".
Pese a
 que desde la Conferencia Episcopal se está trabajando desde hace años 
para sistematizar el modelo de recuento de donativos, todas las partes 
consultadas admiten que es "casi imposible" saber cuánto dinero se queda
 en el camino. Una cantidad que ni la Iglesia controla, y que se suma a 
los millones que sí reconoce, pero que tampoco pasan ningún control 
fiscal.
El Papa: "La misa no se paga"
A los donativos se 
unen los 193 millones que la Iglesia recibe de los fieles en concepto de
 pago por expedientes de bautismo, matrimonio, misas exequiales (de 
difuntos), etc... Una cantidad que sí está controlada por cada diócesis,
 que publica sus tasas administrativas, pero que cuestionan 
instituciones como Redes Cristianas y, en algunos casos, hasta el 
mismísimo Papa Francisco. ¿Se debe pagar por recibir los sacramentos, 
por casar a unos fieles, darles la primera comunión o bautizarles? ¿Debe
 costar dinero un funeral católico?
Durante una audiencia, en 
marzo del año pasado, Bergoglio era sumamente crítico con la costumbre, 
extendida en todo el mundo, de cobrar por las misas de difuntos, en las 
que se nombra al fallecido y se pide por su alma. 
"Nadie debe cobrarte 
por nombrar a tu familiar", aseguraba Francisco. "Nada. ¿Lo habéis 
entendido? ¡Nada! La misa no se paga. La misa es el sacrificio de 
Cristo, que es gratuito. La redención es gratuita. Si quieres hacer una 
oferta, hazla, pero no se paga. Es importante entender esto".
Sin 
embargo, la realidad es bien distinta, y varía según la diócesis. Así, 
la diócesis de Málaga publica en su web las 'Tasas y estipendios' de 
todos los obispados de Andalucía, con cifras concretas, basadas en una 
normativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1991. Así, los
 estipendios de las 'misas manuales' (normales) es de 10 euros, mientras
 que el de las 'misas gregorianas' asciende a 330 euros. Una "cifra 
indicativa para la aportación de los fieles como signo de su gratitud a 
Dios y a la Iglesia", apunta el decreto, vigente desde 2012.
Una boda, 150 euros; un bautizo, 40; un funeral, 90
Todos
 los decretos a los que ha tenido acceso este diario (Andalucía, Madrid,
 Barcelona, Santander, Zaragoza o las diócesis vascas) prohíben al 
sacerdote quedarse con más de un estipendio por cada misa, aunque se 
nombre a varios fieles.
En el de Madrid (que cobra 8 euros por 
misa, y 300 en el caso de las gregorianas), se deja claro que "la 
acumulación de intenciones y estipendios en una única celebración de la 
Eucaristía constituye una excepción, que sólo está permitida si los 
fieles han sido advertidos y consienten en ello, y está limitada a un 
máximo de dos veces por semana en cada lugar de culto; en estos casos, 
el sacerdote sólo puede hacer suyo el estipendio fijado en la diócesis, 
debiendo entregar la cantidad restante a los fines determinados por las 
normas diocesanas". Una norma que se hizo para evitar que algunos curas 
se dedicaran a las misas de difuntos, ganando mucho más dinero que el 
párroco que se dedica a las misas del día a día, que son gratuitas.
En
 cuanto a los sacramentos, las tasas medias de las diócesis (sin control
 alguno por parte de las autoridades públicas) son las siguientes. Los 
bautismos son 40 euros; los matrimonios, 150 euros; 70 euros por misa en
 fiestas especiales, 90 euros por las exequias; y los funerales de 
primer aniversario, 30 euros. 
Los 'devocionales' (misas que se dan antes
 o durante las fiestas), tienen otro coste. Así, los triduos o quinarios
 cuestan 35 euros por día, mientras que las procesiones se pagan a 100 
euros.
A ello hay que sumar otros costes que, si bien no están 
regulados como obligatorios, en la práctica sí lo están. Casarse por la 
Iglesia no sólo cuesta los 150 euros de media por 'sacramento'. 
A ello 
se suele sumar la decoración del templo o el fotógrafo oficial, que 
tiene un acuerdo con cada parroquia. En muchos casos, especialmente en 
los templos históricos, los párrocos prohíben a los fieles aportar la 
decoración de las flores y plantas, o contratar un equipo fotográfico 
para la ocasión.
(En la imagen Juan Tudela, canónigo de la SIC de Murcia y vicario general de la Diócesis)