MADRID.- La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz  de Santamaría, ha avisado este viernes de que el paquete de medidas  aprobado este viernes por el Consejo de Ministros es "el inicio del  inicio" y ha insistido en que el Ejecutivo se ha visto "obligado" a  tomarlas ante una situación "extraordinaria y no prevista".
 
   Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros,  Sáenz de Santamaría ha explicado que el Gobierno de Mariano Rajoy se ha  encontrado con una cifra de déficit público "mucho más elevada" de la  que había "comunicado y comprometido" el Ejecutivo de José Luis  Rodríguez Zapatero y que se ha estimado en el 8%, una desviación  presupuestaria "elevada" que ha obligado a tomar "decisiones  extraordinarias".
   La 'número dos' del Gobierno ha explicado que el Ejecutivo tiene  el "compromiso" de "decir la verdad" y, por eso, ha asegurado que  quieren afrontar "con realismo la situación económica", lo que les ha  conducido a tener que "adoptar medidas extraordinarias y no previstas".
   Entre este primer paquete de medidas se encuentra el acuerdo de no  disponibilidad de gasto que se ha fijado en 8.900 millones de euros que  afectará a los distintos ministerios, principalmente a Fomento,  Industria, Economía y Asuntos Exteriores.
   Además, se ha decidido la congelación de los sueldos de los  funcionarios públicos y el aumento de su jornada laboral, hasta las 37,5  horas. También se ha establecido una tasa de reposición cero para la  Administración pública, a excepción de los empleados públicos del sector  de la Educación, Salud, Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de  Seguridad del Estado.
   A esto se añade que no se ha prorrogado la renta básica de  emancipación, la congelación del salario mínimo interprofesional, el  retraso de la introducción de nuevas categorías de beneficiarios de la  ley de dependencia y la prórroga un año más de la ampliación del permiso  de paternidad.
  
   Una vez anunciadas estas medidas, Sáenz de Santamaría ha vuelto a  insistir en que la situación es "extraordinaria" por el desfase "no  previsto" del déficit y ha remachado que esto ha "obligado" al Gobierno a  "adoptar otras medidas que no tenía previsto adoptar y que no hubiera  adoptado si se hubieran cumplido los compromisos del déficit".
   En este punto, ha anunciado que el Gobierno "se ve obligado a una  subida temporal de determinados impuestos", que ha fijado para los  próximos dos años. En concreto, se ha establecido un "gravamen  complementario" en el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas  (IRPF), se ha eliminado la bonificación del gasóleo profesional y se  aumentará el Impuesto de Bienes Inmuebles. 
   "Son medidas extraordinarias, temporales, excepcionales e  imprevistas", ha remachado Sáenz de Santamaría, quien también ha hecho  hincapié en que la subida de impuestos se ha querido hacer según  principios de "justicia y equidad" y, por eso, un "esfuerzo" a los  ciudadanos "que más ganan o que más tienen".
   Los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro, y de Economía, Luis  de Guindos, han explicado después que el aumento del IRPF se va hacer de  manera progresiva, de modo que "la proporción de aportación por parte  de los que mayor renta tienen es muy grande". 
  
   El Partido Popular se había comprometido a modificar el IRPF en su  programa electoral, pero el cambio previsto estaba destinado a  "favorecer el ahorro" y crear una "nueva deducción" que redundase en  este objetivo. En ningún momento habló de incrementar las cuotas de este  ni de ningún otro impuesto.
   Una vez ganadas las elecciones, el presidente del Gobierno no se  quiso pronunciar sobre esta cuestión cuando se le ha interrogó al  respecto, con o sin micrófonos. Ha eludido la cuestión alegando que no  podría anunciar sus medidas hasta conocer el "estado real" de las  cuentas del Estado.
   Durante el debate de investidura en el Congreso de los Diputados, y  al ser preguntado al respecto por el presidente del Grupo Socialista,  Alfredo Pérez Rubalcaba, Rajoy aseguró que su intención era "no subir  los impuestos" porque no le parecía "lo más razonable". 
   En la rueda de prensa, Sáenz de Santamaría ha reconocido que el PP  "no es partidario de subir impuestos", pero ha insistido en que la  situación es "extraordinaria y no prevista" y ha "llevado a adoptar  medidas extraordinarias, no deseadas" y "obligadas por el agujero del  desfase en el déficit público".
   Este desfase, ha dicho, ha hecho "necesario adoptar otro tipo de  medidas que en circunstancias normales, si se hubieran cumplido el  compromiso del déficit público, si se hubiera limitado a 16.500 millones  de euros, no se hubieran adoptado". "Estamos hablando de otras  magnitudes y magnitudes de esta naturaleza obligan. Las circunstancias  obligan y son duras, difíciles", ha recalcado". 
   A pesar de que la ministra de la Presidencia ha asegurado que el  anterior Gobierno no les avisó de cuál iba a ser el dato de déficit de  2011, Sáenz de Santamaría no ha incidido en las críticas al PSOE y ha  asegurado que al Ejecutivo de Rajoy lo que le "importa" ahora es "tomar  decisiones que se han empezado a tomar y se seguirán tomando".
   Dicho esto, la vicepresidenta ha insistido en que aunque la  situación es "difícil", el Gobierno está "dispuesto a tomar decisiones" y  a "afrontar" la situación "como viene" y a "dar la cara ante los  ciudadanos".    
    Además, ha asegurado que, en esta tarea, va a "decir la verdad" y a  "procurar ser justo a la hora de exigir esfuerzo y sacrificios". "Es un  momento difícil, pero con medidas y reformas, estamos seguros de que  España puede salir de la crisis y se puede volver a generar empleo", ha  remachado.