MURCIA.- El bloqueo se mantiene en la Región de 
Murcia. La amenaza de una repetición electoral crece cada día un poco 
más. Todo ello a pesar de los recientes intentos del PP de buscar un 
acuerdo y todo ello a pesar de que Vox sigue extendiendo su mano. Los 
contactos se reanudaron este martes tras quince días sin entendimiento, 
inmersos ambos en la campaña electoral tras la segunda y fallida votación de investidura del 10 de julio. Desde entonces nadie rompió el deshielo ni mucho menos nadie dio su 
brazo a torcer. Todo quedó emplazado para después de las elecciones 
nacionales. Y ahora, conocido y analizado -de sobra- el resultado de las
 urnas, los primeros movimientos para desbloquear la situación han 
quedado en saco roto.  
Vox rechaza la última oferta del PP:
 no quiere cargos institucionales como senadores o puestos en la Mesa de
 la Asamblea. Tampoco quiere un mero acuerdo programático sin 
responsabilidades de Gobierno. Quieren formar una coalición, tal y como 
llevan pidiendo desde el 28M, tal y como lleva negándose el PP desde 
aquella noche electoral.
Fernando López Miras
 no quiere una repetición de las elecciones. Lo trasladó el lunes en el 
seno de Génova, en la reunión que mantuvo el PP para diseccionar la 
amarga victoria -por insuficiente- de Alberto Núñez Feijóo.
 El lorquino está dispuesto a intentarlo hasta el final. Y ordenó mover 
ficha este martes, a su regreso de Madrid. 
Su hombre de confianza en la 
negociación, Joaquín Segado, portavoz parlamentario del PP, llamó a uno de los escuderos de José Ángel Antelo y portavoz adjunto en la Cámara, Rubén Martínez Alpañez. Segado le ofreció celebrar este miércoles una reunión con los equipos negociadores -López Miras incluido- para avanzar y desbloquear la investidura, explican fuentes populares a Murcia Plaza.
El PP vuelve a plantear un acuerdo programático, como el que lleva proponiendo desde junio
 y que ya presentó formalmente en la Asamblea en la primera sesión de 
investidura. Un pacto de medidas, con actuaciones y políticas concretas.
 Pero no incluye Consejerías ni Vicepresidencias. 
A esa exigencia no 
está dispuesto López Miras a 
claudicar. Considera que sería faltar a su principal compromiso de la 
campaña autonómica: prometió una mayoría suficiente para gobernar en 
solitario y considera que la tiene, por lo que se niega a compartir el 
Consejo de Gobierno con Vox. Es su barrera roja. 
En cambio, sí se abre a
 otras posibilidades como "prueba de su voluntad de desbloquear" la 
investidura. Vería factible que se ponga encima de la mesa la opción de 
ofrecer cargos políticos de representación parlamentaria e 
institucional, como sería entregar un senador autonómico
 a Vox. 
Cabe recordar que en esta incipiente legislatura la Asamblea 
Regional tiene que nombrar a dos de los seis senadores que le 
corresponden a la Región (los otros cuatro parlamentarios fueron designados en las elecciones de forma directa). 
Y no sólo un senador. El PP incluso estaría dispuesto a valorar la idea de renunciar
 a un puesto de la Mesa de la Cámara. Las mencionadas fuentes aducen a 
este diario que la idea de entrar en la Mesa era una reivindicación "muy
 demandada por Vox"; por eso no descartan ceder un asiento a cambio de 
la investidura.
 Este gesto sería un paso significativo, porque el PP 
perdería el control del órgano de gobierno de la Asamblea. Recordemos 
que los populares se hicieron con tres puestos, Presidencia incluida (en
 poder de Visitación Martínez), mientras que los otros 
dos quedaron en manos del PSOE, la segunda fuerza del Parlamento. 
Aquella jugada provocó la indignación de Vox. 
Fue el primer choque 
sonado entre ambos partidos y fue la primera vez que se deslizó el temor
 de una repetición electoral: "Génova ha decidido que en la Región de 
Murcia hay que ir a elecciones", dijo un "perplejo" Antelo. 
Sin
 embargo, ninguno de estos gestos colma a Vox, que continúa sin ceder 
sus pretensiones: quieren formar una coalición, ni más ni (tampoco) 
menos. "Sólo nos sentaremos para formar Gobierno de coalición", explican
 fuentes de Vox ante la invitación del PP de sentarse en una 
negociación. No gustó además en Vox que la llamada no se dirigiera a Antelo, que es "el interlocutor". 
Denuncian que se han enterado por los medios pese a que el PP insiste en que llamó a Martínez Alpañez. "A Antelo no
 le han llamado y si quieren reunirse para hablar del Ejecutivo deben 
llamarlo a él", insisten desde Vox. La llamada tampoco se produjo en la 
noche de este martes, por lo que Vox no cambia sus actos previstos para 
este miércoles. "No nos damos por enterados por lo que aparezca en 
medios y por lo tanto este miércoles Vox sigue con su agenda", exponían.
Es
 la segunda vez que Vox vuelve a rechazar una propuesta del PP. Dio 
calabazas a un acuerdo programático y las vuelve a dar ahora. Su líder 
nacional, Santiago Abascal, dio su palabra en Murcia ante miles de afines
 y reafirmó su compromiso de mantenerse firme una vez que han 
transcurrido las elecciones. O coalición o nada. 
Es la gran línea que 
separa a las dos formaciones, junto con la Ley de Protección y Recuperación del Mar Menor. El PP se niega a modificarla -"ni un paso atrás en la protección de la laguna"- y Vox quiere derogarla o al menos retocarla. 
La
 oposición (PSOE y Podemos Izquierda Unida), mientras tanto, observa 
incrédula todos los dimes y diretes. Está convencida de que es un 
teatrillo. Con todo, lo cierto es que PP y Vox tardaron en sentarse de 
manera oficial. No lo hicieron hasta el 5 de julio, un mes después de las elecciones autonómicas. 
Sí hubo un acercamiento oficioso días antes de la constitución de la Asamblea, que tuvo lugar el 14 de junio. Segado aseveró que Vox les había pedido la Presidencia de la Asamblea para Alberto Garre (el
 expresidente de la Comunidad, fichaje de Vox y su hombre más 
experimentado en la Cámara), mientras que Vox lo niega y, según la 
versión de Antelo, el PP no ofreció nada y sí "pidió todo a cambio absolutamente de nada".
En aquella reunión en la sala Narciso Yepes de la Asamblea, que duró más de una hora,
 hubo "puntos en común", pero no un gran acuerdo. Ambos llegaron 
enfrascados al debate de investidura, que se saldó con sendos fracasos. 
Vox incluso ofreció in extremis un pacto con 12 medidas, una 
Vicepresidencia y dos Consejerías (de las que se ha especulado que 
podrían ser Familia y Agricultura, un extremo no confirmado oficialmente
 por Vox). Aquella propuesta fue rechazada de plano por el PP. 
"No es 
negociable la protección del Mar Menor", alegaban sobre el primer punto,
 que pedía derogar o modificar la norma. El propio López Miras la tachó de "inasumible" porque contiene una "barbaridad" como sería a su juicio derogar la Ley del Mar Menor. Lo dijo en un acto con Alberto Núñez Feijóo y José María Aznar. 
El
 guion, por tanto, no varió en las dos votaciones de investidura: Vox 
cumplió su palabra y votó en contra, junto con el PSOE y Podemos 
Izquierda Unida. Y el proceso volvió a reiniciarse, regresó al punto de 
partida. 
El Parlamento está facultado para cursar tantas propuestas de 
investidura considere, siguiendo el procedimiento (ronda de contactos 
con los portavoces parlamentarios, propuesta de investidura de la 
presidenta de la Cámara, reunión de la Junta para ordenar una fecha), 
pero, eso sí, nunca podrá exceder el plazo de dos meses marcado desde la
 primera votación investidura. Es decir, tienen tiempo hasta el 7 de 
septiembre. 
Agosto no es hábil, aunque la Diputación Permanente, que se 
este lunes se reúne, puede habilitarlo para dar más oxígeno.
El
 23 de julio tampoco ha ayudado a despejar el escenario. Desde el PP 
sostienen que las elecciones generales demostraron que son el partido 
más votado en la Región, con más de 300.000 apoyos murcianos, mientras 
que Vox es ahora la tercera fuerza, como así deslizó López Miras. 
Y desde Vox argumentan que su formación creció en 43.000 votos (pasó de
 118.546 sufragios el 28M a 162.481 el 23J). Si esos votos se extrapolan en escaños en la Asamblea,
 Vox ganaría un diputado y el PP perdería dos escaños. Todo ello se 
añade a la lista de argumentos esgrimidos desde el primer día: el PP 
defiende que está avalado por la legitimidad del 42,84% de los votos del
 pasado 28 de mayo; Vox arguye que Ciudadanos, con el 12%, obtuvo cuatro
 Consejerías mientras que ellos lograron el 17,72%, su mejor porcentaje 
de todo el país.
El bloqueo permanece. Y mientras tanto el Gobierno regional (y todo su ramillete de altos cargos) continúa en funciones.