MADRID.- Es el aspecto que mejor refleja la ambición por crecer sin la prudencia que siempre debe acompañar al negocio financiero: las hipotecas que se concedieron por más del 80% y del 100% del valor de tasación de  los pisos. 
Los préstamos con estas arriesgadas  características suman 89.819 millones de euros, pero faltan importantes  entidades con las que la cifra sobrepasaría de largo los 100.000  millones. Representan casi una de cada cinco de las concedidas por las  cajas y los principales bancos para la compra de vivienda y su morosidad  es del 6,1%, lo que triplica la media del sistema.
Estas hipotecas son  lo más parecido a las subprime de Estados Unidos,  como las definió Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del  Santander. Los expertos apuntan al sector de los inmigrantes y de los  jóvenes con contrato temporal, como los principales clientes de las hipotecas-bomba. El Banco de España. más allá de realizar avisos públicos y privados, no impidió esta dudosa práctica bancaria.
Entre las entidades ausentes (o que no ofrecen la información completa) están: la fusión de Caja Madrid-Bancaja y cinco pequeñas entidades más; Banco Mare Nostrum (Caja  Murcia, Caja Granada, Caixa Penedès y Sa Nostra); Caja 3 (Caja  Inmaculada de Zaragoza, Caja Badajoz y Círculo Católico de Burgos) y  Unicaja, que no han facilitado la información de manera homogénea con la  plantilla del Banco de España y dificulta su comparación, según revela el diario 'El País'.
"Compre  un apartamento en Ampuria Brava y con el dinero de la hipoteca podrá  adquirir un amarre y una embarcación".
Este fue el eslogan de una  entidad financiera en los años de la abundancia. Un kit completo y  sugerente, pero basado en una ilusión que podía convertirse en  pesadilla. Primero para el que lo aceptara si ha tenido algún problema  laboral porque habrá arrastrado a todos sus avalistas y aún se puede  haber quedado con una deuda de propina. 
En segundo lugar, para la  entidad que se puede haber convertido en dueña del apartamento, el  amarre y el barco (tres bienes en depreciación) que generan gastos de  mantenimiento. Los banqueros y cajeros dieron por buena la ilusión de  que los pisos no podían bajar, incluso algo peor: que no dejarían de  subir.
Así que casi daba lo mismo cuánto dinero se le prestara a un  cliente por su vivienda (que debe ser la principal garantía del  crédito), porque el piso siempre sería suficiente para resarcir el  préstamo. Pero se pinchó la burbuja y estalló el lío.
Los datos pedidos por el Banco de España a las entidades reflejan una regla de tres: la morosidad sube a  medida que el crédito es más alto sobre el valor de la vivienda. En  concreto, hay seis veces más morosidad cuando se da un crédito por más  del 80% que cuando supone menos del 50%. Con las hipotecas de más del  100% del valor, los impagados se multiplican por 10. 
Entre las entidades  que destacan por su arriesgada concesión, a partir del 80% del valor de  tasación, están: Caja Madrid-Bancaja, con 19.221 millones; el BBVA, con  15.556 millones; el Santander, con 9.286 millones; La Caixa, con 9.232  millones; Caixa Catalunya, con 6.528 millones y Banco Base (Cajastur,  CCM, CAM) con 5.810 millones. 
Por morosidad en esta franja, los peores  son Caja Duero- España, Unnim y la Kutxa de San Sebastián. Entre los  bancos, el Sabadell y el BBVA. En total las cajas suman 56.000 millones  en créditos problemáticos frente a los 27.650 millones de los seis  bancos principales. El resto de hipotecas, bien concedidas, suman más de  437.000 millones, cuatro veces más que las malas. Pese a la gran  diferencia, sólo suman morosos por 5.801 millones.
José Ignacio  Navas, notario y coordinador del Observatorio de la Vivienda, critica  las hipotecas arriesgadas. 
"Es un espanto que muchas hipotecas se hayan  valorado por encima del precio de mercado, que es el pactado entre  comprador y vendedor. Creo que algunas tasaciones no se han hecho bien.  Las tasadoras recibieron presiones de las entidades para elevar la  valoración de la vivienda y así poder conceder un dinero que  representara, entre comillas, el 80% de la tasación. 
Al final se  convirtieron en préstamos de altísimo riesgo". En su opinión, la razón  de que las normas digan que no se debe dar más del 80% del valor de  tasación es que "los intereses del préstamo van a costar, como mínimo,  el 20% restante".
Navas critica una modalidad típica de una  burbuja: los créditos que se actualizaban constantemente, a medida que  se amortizaban, para prestar dinero para viajes, muebles y otros  destinos, con el piso como garantía. El coordinador del Observatorio  recuerda que ya en 2004 advirtieron al sector financiero que la vivienda  estaba sobrevalorada. En su opinión, la combinación de la caída de los  precios con los créditos mal concedidos a clientes que "casi no tenían  que hacer ningún desembolso inicial, han multiplicado los problemas".
Sin  embargo, Navas no es pesimista porque sostiene que el sector ya ha  reducido sensiblemente los precios de los pisos y pronto pueden volver a  encontrarse la oferta y la demanda. "No habrá una hecatombe".

 
