A petición del Rey, Sánchez se dispone a hacer un gobierno de coalición de perdedores, según fabula el ABC.
 Es verdad, es curioso que quienes perdieron las elecciones acaben 
formando gobierno. Eso da una idea de cómo será el que las ganó. 
El
 socialista se ha tirado a la piscina y ha desbaratado la primera parte 
del plan marrullero del Sobresueldos, a ver si podía tener el país 
cuatro años sin gobierno, como lo tuvo sin Tribunal Constitucional y 
siempre por motivos de típico ruiz. Pero queda la segunda: 
esperar que la izquierda no pueda formar gobierno y haya elecciones, la 
única posibilidad que le queda de seguir en La Moncloa atendiendo a su 
padre dependiente con el dinero de todos, incluidos quienes tienen 
dependientes en su casa y no reciben prestación alguna porque él se la 
ha quitado. 
¿Será
 posible que la izquierda no forme gobierno? Por supuesto. Es la 
izquierda española. Antes incluso de que Sánchez compareciera en rueda 
de prensa, Iglesias dio otra con esa actitud tan carpetovetónica de 
atosigamiento y perdonavidas que suena a bullying y no pasa de ser bullshit.
 Quien se lanzó a conquistar los cielos y, como Ícaro, se dio una 
castaña que se cura hoy en el gallinero, quien -tic-tac mediante- iba a 
echar del mundo a la casta y a gobernar desde la centralidad política
 se encuentra ahora tuiteando el precio del desayuno en el bar del 
Congreso. Y es comprensible que esté descompuesto e irritado al ver que 
el Rey no le ha devuelto el detalle de juego de tronos 
encargándole formar gobierno y que la centralidad política corresponda 
al fementido PSOE, el corrupto PSOE, al casta PSOE, al PSOE = PP, pero 
al que se urge a pactar y al que se le imponen condiciones pintorescas. 
Realmente,
 creo que estos de Podemos debieran llevar una L cosida en la espalda, 
mientras toman nota de los usos mundanos y dejan de hacer el ridículo. 
Considérese la última advertencia: será imposible un gobierno PSOE 
Podemos IU y C's. Eso es una necedad. Claro que es posible, 
perfectamente posible, tendría 199 diputados y funcionaría muy bien. Y 
también es posible uno del PSOE Podemos IU con la abstención de C's. 
Pero la actitud es "no". Como también la de C's: "no" a un gobierno con 
Podemos. Es el odio de los gemelos univitelinos. 
Ya
 se les pasará a ambos sobre todo porque, si se empecinan, aparecerán 
como responsables de las elecciones nuevas y, si las hay, mi intuición, 
contraria a las encuestas al uso, es que perderán todos, especialmente 
Podemos y el PP, cuyos votos se irán a C's. Y el PSOE remontará mucho.
Sánchez,
 que hizo un lindo discurso pidiendo a los demás que depusieran sus 
vetos, arranca sus negociaciones con dos. Uno es bastante lógico: no al 
PP. Por supuesto, no cabe seguir con la superchería y el engaño de que 
esta presunta banda de ladrones con el sobresueldos a la cabeza sea en 
verdad un partido político. El otro, en absoluto: diz que hablará con 
los independentistas catalanes para hacerles saber que es contrario a 
sus pretensiones. Pues o dice algo más o puede ahorrarse (y ahorrarnos) 
la llamada. Cree que este españolismo de cuarto de banderas lo beneficia
 y no es así, sino al contrario. Basta ver las tribulaciones del PSC.
Aparte
 de las bravuconadas de Podemos, que no hacen daño, el peor enemigo de 
Sánchez está entre su gente. Si va al congreso del PSOE sin haber 
formado gobierno, la baronías territoriales y los mastines desdentados 
de las viejas glorias dejarán de él menos de lo que queda de un burro 
comido por pirañas. Si, en cambio, se presenta como presidente recién 
electo, todo serán parabienes y apoyos inquebrantables. La victoria 
tiene siempre muchos padres y la derrota, muchos cuñaos. 
 
Para luego es tarde 
España es un sistema parlamentario. En 
este sistema, el Parlamento es la más alta instancia de poder del 
Estado. Depositario de la soberanía popular. Con monopolio legislativo 
supremo. Conviene recordarlo porque el sainete que ha montado el de los 
sobresueldos con su no-candidatura a la presidencia del gobierno, además
 de ser propia de Alicia en el país de las maravillas, es un 
anacronismo.
El
 Rey aquí no pinta nada (en opinión de Palinuro, tampoco lo hace en 
ningún otro punto del planeta... como Rey) y la investidura del 
presidente del gobierno debiera hacerse sin contar con él. Que el Rey 
proponga un candidato es una reliquia de los tiempos de liberalismo 
doctrinario, cuando los gobiernos tenían que tener la doble confianza, 
del Rey y del Parlamento porque ambos compartían la soberanía. Pero eso 
se acabó. La soberanía reside solo en el Parlamento y debiera ser este 
quien, a través de su presidente, que ya está ejerciendo, propusiera un 
candidato a la presidencia del gobierno. Así se visualizaría el carácter
 "civil" de la investidura y el Rey podría dedicarse a dar de comer a 
los patos de la Casa de Campo. 
Si
 no pasa así es porque la clase política española es un manojo de 
pusilánimes que no se atreve a poner la dignidad del legislativo por 
encima de los demás poderes del Estado, como le corresponde. 
Sin
 embargo, con esta medida que el Congreso anuncia de iniciar la 
derogación de las leyes más arbitrarias, injustas, antipopulares y 
estúpidas de Rajoy, en especial, la Ley Mordaza, la LOMCE, la 
reforma laboral, aunténticos atropellos basados en el abuso de poder de 
los últimos cuatro años, puede estar recuperando algo de la autoridad y 
el prestigio perdidos. Y eso no es más que el comienzo. Conviene, sin 
embargo, que la labor derogatoria sea rauda pues, si se retrasa, se 
corre el peligro de que en las próximas elecciones gane lo más 
retrógrado y nacionalcatólico que enseguida pondrá de nuevo en vigor 
estas barbaridades.
Por
 cierto, aprovecho la situación para apoyar una reivindicación gremial 
que considero justa. Según la normativa vigente (sin duda impuesta por 
la banda de presuntos malhechores que ha desgobernado este país) los 
escritores, los intelectuales, los artistas jubilados no pueden 
compatibilizar sus magras pensiones con sus ingresos por derechos de 
autor. Dos consideraciones al respecto y una petición urgente al 
Congreso:
1ª consideración: Hacienda persigue, como siempre, a 
los trabajadores y gente menuda, pero tolera y ampara la corrupción 
general, con políticos con pensiones increíbles, que compatibilizan con 
todo.
2ª consideración: los carcundas del PP no solo han 
desmochado la investigación científica en España, descapitalizándola, 
sino que también impiden la labor creativa. Que la gente no pueda 
disfrutar de una novela o una composición musical o una pieza de teatro 
porque, al estar realizadas por jubilados, lo prohiben los inspectores 
de Hacienda.
Petición urgente al Congreso: incluyan en la 
obligada derogación las normas que contribuyen a esta barbaridad 
autoritaria, muy propia del páramo intelectual del presidente de los 
sobresueldos, lector del Marca.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED