CARTAGENA.- Voluntarios de la Asociación de Naturalistas  del Sureste están trabajando en Isla Grosa estudiando el fenómeno de la  migración de las aves en el Mar Mediterráneo, según han informado  fuentes de la organización naturalista en un comunicado.
   Así, desde el pasado 30 de marzo tres investigadores de ANSE se  encuentran en Isla Grosa realizando una campaña de anillamiento  científico de pequeñas aves paseriformes a su paso por la isla y está  previsto que permanezcan allí hasta mediados de mayo. 
   Durante este tiempo se capturarán diariamente numerosas aves a las  que se colocará una anilla metálica con remite del Ministerio de Medio  Ambiente antes de volver a ser liberadas.
   Por su situación geográfica, Isla Grosa posee un gran potencial  para estudiar el fenómeno migratorio. Su situación estratégica en las  proximidades de Cabo de Palos hace que lleguen numerosas aves tras pasar  el invierno en África, desde un amplio sector de la costa argelina y  marroquí. 
   Las pequeñas aves paseriformes, después de cruzar el desierto se  enfrentan a otra gran barrera geográfica que es el Mar Mediterráneo.  Para superarla deberán volar largas distancias sobre el mar de cientos  de kilómetros, y es entonces cuando las islas adquieren un papel  fundamental como lugar de parada siendo probablemente los mejores sitios  donde estudiar el fenómeno migratorio.
   ANSE lleva estudiando la migración en Isla Grosa desde 2007 y esta  es ya la quinta campaña que se realiza en primavera. En campañas  anteriores se han capturado un total de 8395 aves de 63 especies  distintas. 
   Y es que, se han recuperado aves anilladas en Bélgica, Suecia o  Noruega mientras que otras anilladas en Isla Grosa han sido recuperadas  sitios tan distantes como Alemania, Escocia, Suecia o Rusia.
   Los resultados son incluidos dentro del proyecto 'Piccole Isole'  de anillamiento en pequeñas islas del Mediterráneo, en el que participan  numerosas estaciones de anillamiento de diversos países ribereños, y  que tiene como objetivo el estudio de la migración de los paseriformes  europeos.
   Isla Grosa tiene además un gran valor por sus colonias de aves  marinas reproductoras. La presencia de miembros en ANSE contribuye a que  se conserven estas poblaciones evitando las posibles molestias humanas  que podría causar la llegada incontrolada de embarcaciones a la isla. 
   Asimismo, la isla está declarada Zona de Especial Protección para  las Aves (ZEPA) y recientemente se ha aprobado su plan de gestión.
    Los trabajos se realizan por anilladores y colaboradores,  principalmente de ANSE, de forma totalmente voluntaria, y cuenta con la  autorización de la Dirección General de Patrimonio Natural y  Biodiversidad de la Región de Murcia así como de la Dirección General de  Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Agricultura y  Medio Ambiente. La campaña está financiada por ANSE y por los mismos  voluntarios.
 
 
