MADRID.- Murcia comienza a ver la luz al final del túnel una década después del estallido de la burbuja inmobiliaria
 que dejó por el camino un reguero de cadáveres urbanísticos erigidos en
 medio de la nada y que prometían una vivienda junto a un campo de golf.
 Muchos de esos resorts, popularizados por Polaris Word, acabaron en 
manos de la banca, primero, y la Sareb, después, paralizados y a medio 
terminar, con un futuro tan incierto que incluso en los foros 
inmobiliarios llegó, incluso, a plantearse la posibilidad de que fueran 
demolidos, recuerda El Confidencial. 
Ahora, diez años después, la recuperación inmobiliaria iniciada
 en Madrid, Barcelona y las Islas Baleares se ha ido extendiendo poco a 
poco como una gran mancha de aceite hacia otras zonas de la geografía 
española hasta llegar a una región muy castigada por los excesos inmobiliarios cometidos
 durante los días de vino y rosas del 'boom' propiciando la resurrección
 de algunos de esos proyectos que quedaron en el aire y el regreso de 
las grúas a zonas mucho más consolidadas.
Así, por ejemplo, mientras 
Sareb acaba de relanzar un megaresort
 que heredó hace cinco años de Caixa Catalunya en Fuente del Álamo, los 
empresarios catalanes propietarios desde 2004 de La Manga Club —
Arum 
Group, antigua 
Medgroup—, el resort más antiguo (1972), consolidado 
(2.100 viviendas construidas) y lujoso (propiedades de hasta 3 millones 
de euros) de todo Murcia, han salido del largo letargo en el que 
decidieron refugiarse desde que explotó la burbuja cuando
 se paralizó por completo la construcción de viviendas, se frenaron las 
compras y los precios comenzaron a caer en picado, hasta hundirse un 50%
 desde los máximos de 2007 en toda la región.
Desplome de precios del 50%
Según
 datos de Tinsa, el mercado tocó fondo en el conjunto de la comunidad en
 el tercer trimestre de 2017, cuando el precio del metro cuadrado cayó 
hasta 890 euros, casi un 50% por debajo los máximos registrados una 
década antes, cuando los precios alcanzaron el nivel más alto de su 
historia: 1.743 euros. Situación muy similar se vivió en la capital, 
donde los 1.779 euros del cuatro trimestre de 2007 se transformaron en 
978 euros, casi nueve años después, y tras desplomarse un 45%.
En La Manga, como sucedió en toda la región, toda la actividad inmobiliaria se
 paralizó a partir de 2008. 
"Paramos la producción y apenas se ha 
construido obra nueva en los últimos años", reconoce a El Confidencial 
Manuel López Gilabert, director de proyecto de La Manga Club. "Durante 
los últimos años hemos estado desarrollando y gestionando suelo para
 poder sacarlo adelante cuando la situación económica mejorase. En 2017,
 vendimos 24 unidades, entre viviendas y parcelas, y este año llevamos 
12. Para el próximo ejercicio, esperamos mantenernos o incrementar 
ligeramente las ventas".
La Manga Club es un complejo de 566 hectáreas cuya construcción arrancó 
en los años 70. Desde entonces se han levantado cerca de 2.200 viviendas
 y un hotel de 192 habitaciones. Su principal impulsor hasta el cambio 
de siglo fue, curiosamente, una naviera angloestadounidense, The 
Peninsular & Oriental Steam Navigation (P&O), que en 2004 
decidió vender este negocio inmobiliario no estratégico para la compañía
 a la promotora Medgrup, controlada por Jordi Robinat. 
El ámbito, tal y 
como contempla el plan parcial aún dispone de suelo desarrollado para
 la construcción de otras 300 viviendas más, entre ellas 145 'bungalows'
 o apartamentos turísticos en torno a una gran playa artificial de hasta
 4.000 metros cuadrados. Sin olvidar, además, otros 40.000 metros 
cuadrados adicionales de suelo rústico para poder desarrollar en el 
futuro. "El futuro oasis de La Manga Club".
"Es la joya de la corona de Murcia, una de las 
mejores urbanizaciones de lujo de España", asegura a El Confidencial 
Francisco Dolcet, técnico de Tinsa con un gran conocimiento del mercado 
murciano. Para que nos hagamos una idea, en Las Acacias, la zona más 
lujosa del resort, las viviendas unifamiliares pueden alcanzar los 
900.000 euros.
No obstante, también ofrece producto para todos los
 bolsillos, especialmente de inversión. En Las Lomas, una de las zonas 
del ámbito dedicada a apartamentos turísticos, los precios de las 
viviendas oscilan desde 85.000 euros hasta 230.000 euros, y ofrecen a 
los compradores una rentabilidad anual asegurada entre el 5% y el 6% 
asegurada durante los cuatro primeros años, en línea con las cifras que 
maneja Solvia. 
Eso sí, a cambio, su vivienda debe estar disponible para 
el alquiler entre 11 y 9 meses al año, una modalidad de inversión que 
empieza a ganar popularidad en España y con gran aceptación entre el 
público extranjero. De hecho, los futuros apartamentos asociados al Four
 Seasons de Marbella se venderán bajo este modelo que, aunque limita el uso de la vivienda por parte del propietario, le asegura una rentabilidad anual y una ocupación constante en el resort a lo largo de todo el año.
Los datos confirman esta tímida recuperación. Las ventas de viviendas crecen
 de manera sostenida desde 2015 gracias, en gran medida, a la demanda 
extranjera, especialmente británicos. Si bien, el impacto del Brexit se 
ha dejado sentir en las transacciones.
 "Nuestro público es 99% 
británico, lo que nos ha obligado a abrirnos a otros mercados", reconoce
 López Gilabert.
A pesar de ello, los compradores extranjeros 
siguen teniendo un peso fundamental en las transacciones. Para que nos 
hagamos una idea, el 18% de las compras que se registran en Murcia la 
protagonizan compradores extranjeros, uno de los porcentajes más 
abultados de España, solamente por debajo de Islas Baleares (27%), 
Canarias y Comunidad Valenciana, ambas con un 25% del total de 
transacciones. 
La construcción de viviendas también comienza a salir 
poco a poco de su letargo, con un pequeño aumento de los visados desde 
hace tres años.
La Manga Club es un desarrollo consolidado, pero ¿qué ha pasado con 
los cadáveres inmobiliarios repartidos por el resto de la comunidad? "La
 actividad ha regresado solamente a aquellas zonas donde había promociones iniciadas,
 el resto está paralizado", explica Dolcet. Muchos de ellos llevan el 
sello de Polaris World, la promotora que popularizó el concepto de 
megaurbanizaciones vinculadas a un gran campo de golf. 
Los cadáveres de Polaris World
Con
 una extensión de 9 millones de metros cuadrados, Condado de Alhama, fue
 su mayor apuesta. Se trataba de un resort con hoteles de 5 y 4 
estrellas, centros comerciales, 12.000 casas y seis campos de golf 
diseñados por la empresa del jugador más grande de todos los tiempos, 
Jack Nicklaus, cuya firma está presente en la inmensa mayoría de campos 
de golf de toda la región. 
Lo más llamativo de este proyecto fue el 
momento de su presentación, en 2006, cuando el mercado inmobiliario ya 
había comenzado a dar las primeras señales de agotamiento.
"La fase inicial contemplaba más de 3.000 viviendas y este fue el 
proyecto que marcó la pauta en Murcia sobre cómo debía ser el modelo de 
urbanización más campos de golf. A raíz de su modelo nacieron otros 
proyectos que se quedaron a medias, sin terminar, en manos de las 
entidades financieras que los financiaron, recuerda Dolcet. 
Aquella 
operación de Polaris World costó a Bancaja, CAM, Cajamurcia y Banco 
Popular, principales acreedores, unos 100 millones de euros.
Polaris World llegó a tener sobre la mesa los proyectos de siete resorts de calidad repartidos por toda Murcia,
 en los que pensaba invertir más de 3.500 millones de euros: Mar Menor 
Golf Resort, La Torre Golf Resort, El Valle Golf Resort, Hacienda 
Riquelme Golf Resort, Terrazas de La Torre Golf Resort, en la zona del 
Mar Menor y La Isla del Condado Golf Resort, Los Naranjos de Alhama Golf
 Resort y Jardines de Alhama Golf Resort en la zona Alhama-Mazarrón. 
En 
2009, el grupo se declaró insolvente y muchos de ellos quedaron 
paralizados.
"Las zonas con más demanda en este
 mercado siguen siendo el norte de la región, Murcia capital y Lorca, 
así como poblaciones y pedanías cercanas a esta ciudad, como Guadalupe o
 el Palmar. También destacan municipios costeros como 
Los Alcázares, San Pedro y San Javier", explica Alfredo López, director 
Territorial Este de Solvia. 
"La apertura del nuevo aeropuerto, prevista 
para principios de 2019, ya está despertando la demanda en ciertas zonas
 del Mar Menor, como Los Belones y Urrutias. También comienza a haber 
interés por algunos complejos que se habían quedado peor comunicados, 
como Mosa Trajectum, Lorca Resort, Corvera o Peraleja Golf".
En opinión de Alfredo López, la apertura del nuevo aeropuerto en Corvera será crucial para Murcia y para muchos de esos megadesarrollos urbanísticos pues
 "conlleva que se amplíen los destinos turísticos, ya que a menos de 60 
minutos en coche se llegará a muchos puntos de la región, lo que 
permitirá que se reactiven mercados como Águilas, Mazarrón e incluso de 
interior, potenciando también el turismo rural". 
Este renovado 
dinamismo, según Solvia, ya se ha manifestado en los precios.
Los precios ya suben
El
 precio de la obra nueva dentro de la región de Murcia se ha 
incrementado un 17% en doce meses, mientras que la segunda mano ha 
tenido una evolución más moderada, del 2% y en el del alquiler ha 
presentado una evolución de rentas muy considerable, con un incremento 
del 10%.
Precisamente Solvia es una de las entidades con suelo y proyectos en la zona,
 entre las que destacan, por ejemplo, Residencial Mirador de los 
Jerónimos (Guadalupe) junto al Centro Comercial La Noria y la 
Universidad Católica San Antonio de Murcia, Edificio Aladas Palabras, en
 la zona norte de Murcia capital, Las Terrazas de la Torre, en Torre 
Pacheco, un complejo residencial propiedad de Sareb pero que 
comercializa Solvia, que comprende apartamentos y áticos alrededor de un
 campo de golf de 18 hoyos diseñado, también, por Jack Nicklaus.
Uno
 de los problemas en la capital, al igual que sucede en las grandes 
ciudades, es la falta de suelo listo para construir. "Al igual que en 
Madrid hay mucho suelo en Murcia capital pendiente de desarrollo, una 
situación que a la larga puede provocar que los promotores se queden sin
 terrenos para construir y aumenten los precios, primero del suelo y 
luego, de las viviendas".