CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI, que renunciará el próximo 28 de febrero, aprobó ayer viernes la designación del alemán Ernst von Freyber como nuevo presidente del Banco Vaticano, el controvertido Instituto de Obras de Religión (IOR), en su último nombramiento para un puesto clave a menos de dos semanas del fin de su pontificado.
"El Papa manifestó su pleno consentimiento" a la designación de Von 
Freyber, precisó el portavoz del Papa, el jesuita Federico 
Lombardi.
La comisión cardenalicia que supervisa las actividades del IOR 
seleccionó a la persona que administrará las finanzas de la Santa Sede.
Los purpurados entrevistaron a "más de 40" ejecutivos "con un alto 
perfil profesional y moral", con la ayuda de una agencia internacional 
independiente.
El nuevo presidente del Banco Vaticano, es un abogado nacido en 1958,
 miembro de la Orden de Malta, que sucederá al italiano Ettore Gotti 
Tedeschi, despedido en mayo de 2012 sin aclararse el motivo.
En los últimos meses, el Banco Vaticano ha estado en el centro de las
 tensiones dentro de la Santa Sede, que desembocaron en el llamado 
'Vatileaks', la filtración de cartas y documentos internos del Papa a la
 prensa.
 Según la prensa italiana, el nombramiento de Von Freyber, licenciado
 en derecho en las universidades de Berlín y Múnich, no agrada a toda la
 jerarquía de la Iglesia.
"El Papa no lo conoce personalmente y no intervino en la elección", aseguró el portavoz del Papa para zanjar la polémica.
"En toda Institución hay opiniones diferentes (...) pero eso no 
quiere decir que se trate de conspiraciones", dijo Lombardi, minimizando
 lo que la prensa ha calificado "de batalla interna" dentro del 
Vaticano.
En una nota divulgada sucesivamente por la oficina de prensa de la 
Santa Sede, el portavoz del Papa precisó que Von Freyberg trabajará de 
forma "exclusiva" para el IOR, aunque mantendrá la presidencia del grupo
 Blohm+Voss, cuya mayor actividad es "la reparación de embarcaciones 
para cruceros". La firma alemana forma parte del consorcio que construye
 cuatro "fragatas para la marina alemana", recalca el comunicado, 
respondiendo indirectamente a las polémicas suscitadas por su actividad 
como productor de naves de guerra.
En 2010, la justicia italiana abrió una investigación judicial contra
 dos directivos del Banco del Vaticano por violar las leyes italianas 
sobre el blanqueo de dinero.
Para algunos observadores, el nombramiento llega en un momento 
delicado, con los católicos todavía sorprendidos por la decisión 
histórica de Benedicto XVI de marcharse del trono de Pedro.
El IOR tiene un patrimonio estimado de 5.000 millones de euros, 
distribuidos en 34.000 cuentas corrientes. Sólo pueden acceder al banco 
los miembros del clero, de las órdenes religiosas, los diplomáticos y 
los asistentes del pontífice.
Entre sus clientes figuran 1.660 obispos, 2.700 congregaciones, 2.000 diplomáticos y 1.610 monjas.
En julio pasado, la comisión europea encargada de supervisar el 
respeto de las normas de lucha contra el blanqueo dijo que el IOR "ha 
cumplido muchos pasos positivos en poco tiempo" pero que "aún hay mucho 
trabajo".
La Iglesia Católica vivirá en las próximas dos semanas un periodo de 
transición antes del cónclave que designará al nuevo Papa, un proceso 
que la Curia Romana afronta con normalidad a pesar de la evidente 
desorientación que reina incluso dentro del Vaticano tras la renuncia 
histórica de Benedicto XVI.
Ayer viernes, el Papa recibió en el Vaticano al presidente de 
Rumanía, Traian Basescu, y hoy sábado se despidió simbólicamente de 
América Latina al recibir al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina,
 el último mandatario de esa región que se entrevista con el pontífice 
alemán antes de su renuncia.
Benedicto XVI recibió también hoy sábado al primer ministro italiano,
 Mario Monti, y al presidente de la República Italiana, Giorgio 
Napolitano.

 
 
