MADRID.- La economía española registrará una "caída  sustancial" del 1,5% en 2012 y una "modesta" recuperación en 2013, con  un crecimiento del 0,2%, tras avanzar un 0,7% en 2011, según el último  'Boletín del Banco de España'.
     
   El banco emisor ha adelantado la presentación de sus  proyecciones por el reciente cambio de Gobierno y la modificación del  calendario de presentación de los Presupuestos de 2012, aunque alerta de  que las cifras están sometidas a un grado de incertidumbre "muy  elevado" por las condiciones excepcionales del ejercicio, los supuestos  fiscales adoptados y la compleja situación de la zona euro y los  mercados financieros.
   El Banco de España parte de que el PIB entró en negativo por  primera vez en siete trimestres en el cuarto trimestre de 2011 (-0,3%),  trayectoria que "podría continuar en el presente año". Esto significaría  que la economía española volvería a entrar en recesión técnica en el  primer trimestre de 2012 (dos trimestres seguidos de crecimiento  negativo). 
   Destaca que a lo largo de 2011, la "modesta" recuperación que  había emprendido la economía española un año antes se fue debilitando, a  medida que la crisis de deuda soberana en la zona euro se fue  extendiendo a un número mayor de países y se recrudecían las tensiones  en los mercados financieros.
   Ello motivó que la economía española cayera en el tercer  trimestre un 0,3% en tasa intertrimestral, pero en términos  interanuales, el PIB siguió aumentando un 0,3% en el trimestre y un 0,7%  en el conjunto del año 2011, tras sendos retrocesos en los dos años  precedentes.
   En este contexto, indica la autoridad monetaria, el empleo no  dio signos de recuperación en 2011, apreciándose incluso una  intensificación en la senda de destrucción de empleo tras el verano. En  concreto, estima en una caída del 1,7% de la creación de empleo el  pasado año que, de confirmarse, implicaría un nivel de empleo inferior  en algo más de un 10% al existente al comienzo de la crisis. La tasa de  paro habría repuntado hasta alcanzar el 21,5% en el tercer trimestre,  cifra que probablemente habrá sido superado en los últimos meses del  ejercicio. 
   Con este perfil, las proyecciones macroeconómicas contemplan  una "caída sustancial" del PIB en 2012 (-1,5%) y una "modesta"  recuperación en 2013 (0,2%), con tasas positivas desde el primer  trimestre del próximo año, de forma que la economía se vaya aproximando a  su ritmo de crecimiento potencial.
          
   En 2012, las caídas de la actividad serán "relativamente  intensas" hasta el final de verano, atenuándose en el tramo final del  ejercicio. En 2013, el incremento del PIB se deberá sobre todo a los  menores requerimientos del ajuste presupuestario y una mejora de todos  los componentes del crecimiento. 
   El escenario global que plantea el Banco de España es el  resultado de una "significativa contracción" de la demanda nacional,  parcialmente contrarrestada por una "elevada contribución" del saldo  neto exterior. El retroceso de la demanda nacional resultará de la  confluencia de un "fuerte descenso" de sus componentes público y  privado, en un contexto en el que el gasto de las familias se verá  restringido por el impacto de la consolidación fiscal y el menor empleo.
   De hecho, el supervisor prevé un retroceso del consumo de los  hogares a lo largo de todo el periodo de proyección, a pesar de que la  tasa de ahorro se mantendrá en una trayectoria descendente. La inversión  residencial, por su parte, seguirá registrando caídas en 2012 y 2013,  si bien serán más modestas que en años anteriores tras haber superado la  fase más dura del ajuste.
          
   Al analizar solo el año 2012, el Banco de España espera una  contracción de la demanda nacional del 4% por un comportamiento "más  desfavorable" de casi todas las partidas, aunque sobre todo el consumo  público y la inversión pública. El consumo privado, por su parte, caerá  algo más del 1% a pesar de que la tasa de ahorro volvería a mostrar un  nuevo descenso por el retroceso del empleo y la subida del IRPF.
   La inversión en vivienda sería el único componente cuya tasa  de variación en 2012 podría no ser inferior a la de 2011, aunque seguirá  siendo negativa, con un descenso por encima del 4%. En cambio, la  debilidad de la demanda, el deterioro de las perspectivas y las "duras  condiciones de financiación" incidirán en la puesta en marcha de nuevos  proyectos por parte de las empresas, de forma que la inversión caerá  cerca del 3%.
   En el exterior, las exportaciones crecerán un 3,5%, mientras  que las importaciones disminuirán con gran intensidad (-5%), lo que hará  que la demanda exterior neta aporte 2,5 puntos al crecimiento, medio  punto por encima de la cifra de 2011.
   En 2013, el consumo privado dejará de caer, el ajuste de la  inversión residencial habrá terminado, el gasto empresarial tenderá a  estabilizarse, la renta de las familias presentaría su primera variación  positiva desde 2009, la tasa de ahorro se recuperaría "ligeramente" y  las exportaciones se expandirían con mayor vigor.
   Por otro lado, el Banco de España asegura que el descenso del  PIB en 2012 tendrá un "impacto apreciable" en el empleo que, sin  incorporar medidas adicionales en el mercado de trabajo, caerá un 3%.  Esta pauta se atenuaría en 2013, puesto que en la segunda mitad del año  se volvería a crear empleo en términos netos, aunque seguirá cayendo en  términos medios anuales (-0,7%).
          
   Pese al descenso de la población activa que se proyecta, estas  cifras de empleo darían lugar a un incremento de la tasa de paro de  casi dos puntos en 2012, hasta el 23,4%, nivel a partir del cual  descendería solo de modo "muy marginal" en 2013, sin medidas  adicionales. "Actuaciones más decididas en el ámbito de las reformas  estructurales permitirían una reducción más rápida del desempleo",  afirma.
   Por otro lado, las tensiones inflacionistas, bajo el supuesto  de que el precio del petróleo se comporte en el futuro tal y como se  desprende de sus cotizaciones actuales, seguirán disminuyendo en el  primer semestre de 2012. Esta situación, unida a la disminución de los  costes laborales unitarios en los dos próximos años, dará lugar a  incrementos de precios "moderados" del 1,5% en 2012 y del 1,2% en 2013.
   A pesar de todo, el Banco de España cree que el ajuste  adicional de la economía en 2012 y 2013 permitirá la corrección de  algunos desequilibrios que habría "estrangulado" las perspectivas de  crecimiento en el medio plazo, como el desapalancamiento de empresas y  familias y la necesidad de financiación de la nación. 
Más déficit y más paro
 
 El Banco de España estima que el déficit  público cerró 2011 en el 8,1%, lo que obligará al Gobierno a adoptar un  "esfuerzo fiscal adicional" al ya anunciado para asegurar el logro de  recortar al 4,4% el déficit en 2012, según indica en su último 'Boletín  Económico'. 
   La autoridad monetaria, que destaca que la economía española se  enfrenta a un proceso de consolidación fiscal "sin precedentes" y que  ello supondrá uno de los "principales condicionantes" de la evolución  macroeconómica de los próximos meses, prevé que el esfuerzo fiscal  restante que tiene que acometer el Ejecutivo se hará por el lado del  gasto público.
   En concreto, estima que, tras la no disponibilidad de gasto de  8.900 millones de euros y la subida fiscal por unos 6.000 millones, la  composición del ajuste en 2012 quedaría distribuida en alrededor de un  20% por el lado de los ingresos y de un 80% por el lado del gasto, en  este último caso repartido de forma prácticamente simétrica entre el  gasto corriente y de capital. 
  
   Como resultado de estos supuestos, el Banco de España proyecta una  reducción del déficit público de 3,6 puntos, con una caída del peso del  gasto público sobre el PIB de 2,8 puntos y un incremento de los  ingresos de 0,8 puntos. Todas las partidas de gasto, añade,  contribuirían a esta reducción, con la excepción de las prestaciones  sociales y la carga de intereses, que aumentarían en 2 y 4 décimas del  PIB, respectivamente.
   Por su parte, para 2013 se proyecta una disminución del déficit  público de 1,4 puntos del PIB, ajuste que se concentraría "casi  exclusivamente" por el lado del gasto público.
    Finalmente, advierte de que en la medida en que las cifras de  cierre de las cuentas de las administraciones públicas correspondientes a  2011 y la composición y magnitud del ajuste fiscal en 2012 y 2013 se  separen de las que se asumen en este informe, las proyecciones  macroeconómicas incluidas en el mismo se verán afectadas también, por lo  que afirma que deben tomarse "con especial cautela".
La tasa de paro escalará hasta el 23,4% este  año y se reducirá de modo "muy marginal" en 2013 si España no acomete  una reforma "ambiciosa" del mercado laboral, especialmente en lo  concerniente a los mecanismos de contratación y negociación colectiva,  así como al establecimiento de pautas para moderar "en mayor medida" los  aumentos salariales en 2012 y 2013. 
   Así lo advierte el Banco de España en su último boletín económico,  en el que señala que con medidas "decididas" en estos ámbitos "se  contribuiría a mitigar el coste, en términos de empleo, del descenso  previsto de la actividad", se impulsaría la competitividad y la  productividad de la economía española y se mejoraría la percepción sobre  la sostenibilidad del endeudamiento externo de España.
 
   El panorama laboral que dibuja el Banco de España en ausencia de  reformas es sombrío. Con un PIB cayendo al 1,5% este año, el empleo  registrará una contracción cercana al 3% y la tasa de paro subirá casi  dos puntos, hasta el 23,4%, según sus cálculos.
 
   En 2013, las proyecciones de esta institución apuntan a un  retroceso del empleo en media anual del 0,7%, aunque en términos  intertrimestrales prevé que empiece a crearse empleo neto en la segunda  mitad del próximo año.
 
   De acuerdo con sus previsiones, la productividad aparente del  trabajo aumentará un 1,6% en 2012, frente al 2,4% de 2011, mientras que  en 2013 su ritmo de avance se ralentizará hasta situarse en el entorno  del 1%.
  
   La institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez estima  que el empleo en el sector público disminuya con "cierta intensidad" en  2012 y 2013 como consecuencia de la congelación de la oferta de empleo,  la reducción del sector público empresarial y la simplificación y  racionalización de la estructura administrativa del Estado, comunidades y  ayuntamientos. 
 
   El Banco de España señala además que el ajuste afectará "con  notable intensidad" al sector privado, aunque calcula que empezará a  crearse empleo neto en la economía de mercado a comienzos de 2013.
    "Si se pusieran en marcha medidas efectivas para adecuar la  remuneración de los puestos de trabajo a su produtividad y, en general,  para permitir que las condiciones laborales en un sentido amplio  pudieran adaptarse a las necesidades específicas de las empresas, el  resultado sería una anticipación e intensificación de la generación neta  de empleo en el sector privado de la economía", argumenta el Banco.