Las tres parcelas suman una superficie de 40.000 
metros cuadrados, y de momento pertenecen a la inmobiliaria del 
Sabadell, entidad que se hizo con la CAM, accionista y prestamista de 
Hansa Urbana, que a su vez era la promotora del proyecto de Novo 
Carthago. Según ANSE, no se ha fijado ningún precio de venta inicial.
La organización ecologista ha recordado que los Juzgados de Primera 
Instancia nº 4 y 5 de Cartagena, también anunciaron la subasta de 
diferetes fincas del mismo proyecto urbanístico en 2014, así como en 
febrero de 2015, "por sendas reclamaciones del Banco de Santander contra
 Hansa Urbana S.A., que suman unos 43 millones de euros, y que 
afectarían a una superficie aproximada de 105.000 metros cuadrados". "Al
 parecer las subastas judiciales quedaron sin comprador", añade ANSE.
Además, los ecologistas denuncian 
que las subastas judiciales a favor del Banco de Santander y la venta de
 terrenos por la Inmobiliaria Solvia son el anuncio de la caída 
definitiva del proyecto urbanístico de Novo Carthago, "uno de los 
mayores disparates inmobiliarios y económicos amparados por los 
responsables políticos de la Región de Murcia en la historia de la 
democracia".
Desde la
 Asociación de Naturalistas del Sureste han recordado ahora que durante muchos
 años han mantenido "una oposición constante, mediante acciones 
administrativas y judiciales, a la construcción de la urbanización de 
Novo Carthago", como antes se hizo con la recalificación de Lo Poyo, 
"por considerar que la construcción de entre 8.000 y 10.000 viviendas, 
hoteles, dos campos de golf y diversas infraestructuras, conllevaría una
 grave impacto ambiental y paisajístico para la zona sur del Mar Menor, 
contribuyendo a colapsar el entorno de la mayor laguna litoral española,
 y aumentando los problemas de degradación actuales".
ANSE recuerda asímismo que su director, Pedro García, se reunió hasta 
en cuatro ocasiones con el entonces presidente Valcárcel para pedirle 
que diera marcha atrás a la urbanización masiva de suelos al sur del Mar
 Menor, iniciada con las recalificaciones de Lo Poyo y Novo Carthago.
Según ANSE, la respuesta del presidente "fue la de paralizar el trámite
 de Lo Poyo, provocando pérdidas multimillonarias a la Caja de Ahorros 
Kutxa, que había comprado los terrenos tras una declaración de impacto 
ambiental favorable por parte de la Comunidad Autónoma, y beneficiando 
supuestamente a Hansa Urbana porque detrás de ella estaba la Caja de 
Ahorros del Mediterráneo".
"Hansa iniciaba su paseo 
triunfal en la Región que luego le llevaría a promover otros proyectos 
urbanísticos parecidos en la costa de Mazarrón (4.500 viviendas) y de 
Lorca (Puntas de Calnegre, 7.700 viviendas), en los que ANSE también 
presentó alegaciones", relatan. 
Por todo ello, ANSE pide la apertura 
inmediata de una Comisión de Investigación en la Asamblea Regional "que 
estudie conjuntamente la recalificación de suelos de Novo Carthago y la 
desaladora de Escombreras, que fue construida para evitar los informes 
negativos de la Confederación Hidrográfica del Segura".
La Asociación considera que la Comunidad Autónoma "debería de rescindir
 de inmediato el contrato con la desaladora de Escombreras, y remitir a 
la Justicia toda la documentación existente sobre la forma en que se 
contrataron y gestionaron los suministros por el Ente Público del Agua y
 la empresa Hydro Management, constituida por el grupo Cobra, integrado 
por la constructora ACS, propiedad en su mayoría del conocido empresario
 Florentino Pérez".
ANSE va más allá, y afirma que "Ramón Luís Valcárcel no debería de 
seguir más tiempo como vicepresidente del Parlamento Europeo, ni tampoco
 como eurodiputado, y debería de asumir su responsabilidad en las 
enormes deudas económicas y ambientales provocadas a los habitantes de 
la Región por numerosos proyectos urbanísticos y de infraestructuras que
 no han respetado además las leyes de la Unión Europea".
"Es increíble que toda la responsabilidad del proyecto termine 
asumiéndose por el exconsejero de Medio Ambiente y Agricultura, Antonio 
Cerdá, y su asesora, mientras Valcárcel emprendía la huida a la Unión 
Europea", explican. 
Además, la organización naturalista ha pedido al 
nuevo Gobierno Regional "que proceda a anular la recalificación de 
suelos y la revisión del Plan General Municipal de Ordenación de 
Cartagena que confirmaba la calificación como suelo urbanizable al 
entorno de San Ginés de la Jara, y devuelva a la zona, al menos, la 
calificación como Suelo No Urbanizable de Protección del Mar Menor que 
tenía en el Plan General anterior".
Desde ANSE lamentan que “al margen de los impactos 
ambientales negativos de este macroproyecto urbanístico sobre el Mar 
Menor y su entorno, casi nadie se percatara de las desastrosas 
consecuencias económicas de una inversión disparatada, que sólo puede 
explicarse por la incompetencia de un presidente cegado por la 
enfermedad del crecimiento a toda costa".
"Tal vez en el 
futuro conozcamos otras razones". Además, estiman que Valcárcel estuvo 
"respaldado por un partido político al que valía cualquier cosa 
defendida por el líder, acompañado y arengado por un grupo de consejeros
 y otros altos cargos entregados a su presidente, incluida la alcaldesa 
de Cartagena y sus concejales, y unos representantes empresariales 
locales y regionales obsesionados contra la conservación de la 
naturaleza y sus paisajes".
"El cóctel estaba 
preparado, y fue servido por constructores sin demasiados escrúpulos, 
bancos irresponsables dirigidos por hombres de paja al servicio de 
intereses ajenos a los mismos accionistas y al sentido común, mientras 
que algunos exdirigentes políticos obtenían importantes beneficios 
económicos por la intermediación”, concluyen.