VALENCIA.- Los armadores de arrastre de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia,
 Andalucía y Baleares han denunciado este sábado durante la reunión que 
han mantenido en Valencia con la Confederación Española de Pesca 
(Cepesca) la situación "crítica y grave" por la que atraviesan debido a 
la aplicación del Reglamento comunitario del Mediterráneo, a la estricta
 política de inspección y control llevada a cabo por la Secretaría 
General de Pesca, a los altos precios del combustible y a los bajos 
precios del pescado en primera venta.
 Así lo han puesto de manifiesto los 125 armadores de estas cinco 
Comunidades Autónomas que este sábado se han reunido con el Secretario 
General y la Secretaria General Adjunta de Cepesca, Javier Garat y Rocío
 Béjar, para analizar la situación actual de la flota, los problemas que
 genera la aplicación del Reglamento europeo de medidas técnicas del 
Mediterráneo y el Reglamento de control y los retos que supondrá la 
entrada en vigor de la nueva Política Pesquera Común, en particular, la 
política de descartes, así como la nueva Organización Común de Mercados.
 Asimismo, los armadores han decidido solicitar una reunión al 
Secretario General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Alimentación y
 Medio Ambiente, así como apostar por la unidad del sector y estrechar 
las relaciones con los científicos, en particular del IEO, para lograr 
las mejores evaluaciones posibles del estado de las poblaciones de 
peces.
 En relación a las medidas técnicas, los armadores se han quejado de 
la obligatoriedad de llevar mallas de red con un torzal (hilo de la red)
 de 3 milímetros de grosor. Según denuncian, esta medida provoca 
dificultades en la maniobra en el proceso de arrastre, un aumento 
considerable de roturas de las redes por deterioro y merma en su 
capacidad de resistencia, la devaluación del precio de las capturas y un
 aumento de los descartes innecesario debido al deterioro causado por el
 uso de un hilo tan fino y cortante.
 Con la normativa anterior, había que cambiar las redes cada tres 
años aproximadamente y, en la actualidad, se ven obligados a hacerlo 
cada 6 meses de media, con el grave perjuicio económico que conlleva, 
puesto que cada cambio de red supone entre 500 y 600 euros de coste 
económico.
 Según ha informado Cepesca en un comunicado, los armadores del 
Mediterráneo están convencidos de que el impacto del tamaño del torzal 
en la selectividad del arte es tan mínimo que no compensa, ni mucho 
menos, los perjuicios que lleva asociados tanto económicos como de 
seguridad de los pescadores.
 Este tipo de normas, además de las relacionadas con el Reglamento de
 Control de la UE, generan, a su juicio, dificultades en el cumplimiento
 que están provocando numerosas sanciones de las autoridades de 
inspección y control. "Los armadores se sienten agobiados por la presión
 inspectora que se está ejerciendo sobre ellos", agregan.
 Por otro lado, Cepesca y los armadores han analizado la nueva 
Política Pesquera Común y los cambios que se van a producir a partir del
 año próximo. En particular, Cepesca ha informado sobre la nueva 
política de prohibición de descartes y que llevará a que en el 
Mediterráneo, todas las capturas de especies sujetas a una talla mínima 
tendrán que ser retenidas a bordo de los buques pesqueros, registradas y
 desembarcadas.
 A partir del 1 de enero de 2015 se aplicará a las pesquerías de 
pequeños pelágicos, como sardina, boquerón, jurel o caballa y a partir 
del 1 de enero de 2017 para el resto de especies.
 Cepesca también ha presentado la nueva Organización Común de 
Mercados y las oportunidades que ofrece al sector pesquero para mejorar 
la gestión de las pesquerías y la comercialización de las mismas. Ha 
resaltado el reforzamiento del papel de las Organizaciones de 
Productores (OPs) y ha animado a los armadores a que constituyan OPs y 
que utilicen los mecanismos ofrecidos por la OCM para mejorar los 
precios de primera venta y poner en valor la calidad y frescura de sus 
productos.
 Asimismo, se ha debatido sobre el estado de las poblaciones de peces
 en el Mediterráneo, insistiendo en la necesidad de estrechar las 
relaciones con los científicos españoles, en particular con los del 
Instituto Español de Oceanografía, con el fin de mejorar el conocimiento
 de las diferentes especies y conseguir las mejores evaluaciones 
posibles que permitan una buena gestión pesquera.
 Por otra parte, los armadores han criticado los ataques 
injustificados de los "ecologistas radicales" al arte de arrastre, arte 
que, según defienden, es perfectamente sostenible con el uso adecuado 
del mismo en los fondos de arena, fango y limo donde opera nuestra flota
 y que permite capturar gran parte de las especies que se comercializan 
en España, como merluza, rape, salmonetes, bacaladilla, gamba roja y 
blanca, etc., dando empleo a miles de pescadores.
 Por último, los armadores han decidido solicitar una reunión al 
Secretario General de Pesca del MAGRAMA y al Director del IEO, para 
poder informarles de primera mano de su problemática e intentar buscar 
soluciones a corto, medio y largo plazo. Asimismo, se han dado cuenta de
 la necesidad de apostar por la unidad del sector, resaltando el papel 
que juega y puede jugar Cepesca como interlocutor directo con la 
administración española, europea e internacional.
 
 

