

Allí, en Madrid, gusta mucho más Cámara y no están dispuestos a esperar otra legislatura mientras el Presidente se acantona con sus fieles y anuncia que no se va. Es una fuga hacia delante para ponerlo más difícil a quienes no le dan, o no quieren darle, una salida honrosa para evitar convertirse en paria en su tierra. Ex ministros de Aznar (que no son ni Trillo ni Zaplana) comentan en privado que Valcárcel está políticamente muerto tras los escándalos, de familiares e íntimos amigos, que le han salpicado con reflejo en la prensa nacional. Por eso lo están dejando abandonado a su suerte y nadie de arriba, ni de abajo, le echa públicamente un cable ante tanto ataque del complejo mediático que no puede ya controlar con publicidad institucional y las veladas amenazas de Ruíz Vivo de excluir a determinados periodistas de la "nomenklatura" de los elegidos. La conspiración está en marcha ante la ceguera y cerrazón del entorno presidencial.
En Murcia, los agradecidos y beneficiados del "valcarcelato" no quieren cambios y fuerzan al "líder" a echarle un pulso a la cúspide nacional del PP, a la vez que desoyen el clamor entre la derecha sociológica local sobre la incompetencia y la indolencia de los miembros del gabinete regional. De calidad, ya solo queda Medina Precioso, y apenas se le nota. Bascuñana va a lo suyo y a lo que diga el Opus Dei. Cerdá, por razones más que obvias, no tiene ya retorno posible a la vida pública cuando se marche pero sabe cómo está el patio por su cuñado, el diputado Vicente Martínez Pujalte, hombre de Trillo. El resto del gobierno autónomo está formado por gentes irrelevantes, incluido Fernando Cierva (sin De la, que es un añadido murcianizante para un almeriense de Vélez-Rubio apoyado por un sector de la masonería regional), sin peso, sin influencia y sin previsible futuro político.
Ese equipo está agotado y quemado como para afrontar un año más la gobernación autonómica. El reciente viaje de turismo de cuatro de sus miembros, y esposas, a Londres para fracasar, revela la desesperación y falta de moral de un grupo improvisador, gastado y sin programa, que no ya proyecto. A la única orden de los oligarcas locales, enquistados en la CROEM y CajaMurcia, Valcarcel está completamente alejado de los intereses de su electorado natural y de la estrategia de Aznar-Rajoy para recuperar La Moncloa en 2008. Mira desesperado al "ladrillo" esperando algún gesto de complacencia cuando algunos promotores y constructores ya se acercan a la sede socialista de Princesa al olor de la cercana alternancia en la Región. Todas sus megalomanías han quedado en eso. Los hechos son tozudos y el revés de Londres sólo demuestra su propia osadía e inmoralidad política si se sigue aferrando a su cargo contra los intereses generales de todos los murcianos. Su tiempo ya pasó y será su partido quien lo deba hacer entrar en razón para dejar paso a otros como Cámara, Garre, Faura, Ballesta, Guillamón... aunque sea para estar en la oposición hasta el año 2011. Rajoy dixit.