
El alcalde de Águilas, Juan Ramírez, se marcha del cargo abandonado por todos y cercado por la Justicia. Parece cosa de días. Su partido, el PP, le reprocha haber encabezado la candidatura por su propia presión, algo intimidatoria, frente a Valcárcel (otro que no sabe hacia dónde correr ahora, como en la película de “Con la muerte en los talones”) y haber evitado, con su empecinamiento, la victoria electoral.
La villa marinera tendrá nuevo alcalde, o alcaldesa, para la Fiesta Nacional del 12 de octubre. La situación es insostenible en la Glorieta, donde el turismo de cierto fuste ha brillado por su ausencia este verano. A Ramírez le queda la “salida” honrosa de explicar que se marcha por jubilación y evitar así una posible moción de censura tras su declaración ante el juez. La Oposición parece que ya está afilando los cuchillos por si antes este metalúrgico bastante pillo no cae como fruta madura... y podrida.
Hasta su yerno suizo está molesto con él por haberlo puesto en el punto de mira de las autoridades de su cantón. Todo se le ha convertido en mohína a Ramírez como especie de maldición al traidor político que deja malversar el legado natural, antes preservado por generaciones de aguileños, a cambio de “cuarenta monedas”. Pero lo peor está aún por venir. Ramírez es sólo, de momento, presunto por cohecho y prevaricación. La próxima semana se inicia su particular “vía crucis”.
De poco le ha servido a este sesentón, cazurro y espabilado de más, darse el pico con los que mandan en Murcia, echarse en brazos de esos ilustres aguileños que le orientan desde Madrid y Lorca para ponerse ellos luego las botas con el ladrillo en Isla del Fraile, Casica Verde y Hacienda El Hornillo (el notario don Sebastián invierte las plusvalías en Bulgaria y Turquía en vez de en Águilas y, los otros, ni se sabe dónde) y, en plan más doméstico, estar al servicio, casi exclusivo, de los promotores urbanísticos Bas, Montiel y Fernández (primo de la consejera García). Ellos son, realmente, quienes hacen y deshacen a su antojo en el Ayuntamiento desde hace una década. Poderosos caballeros todos.
Pero Águilas tiene otro futuro sin Ramírez y sus compinches. El todavía director del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, parece haber comprado una gran finca dentro de su término municipal. Cooperativas como “Coaguilas” siguen creyendo en las posibilidades de una agricultura de mucho valor añadido tipo Holanda. Y todavía es posible desarrollar un sector turístico de calidad para quienes buscan una naturaleza salvaje y para todos. El tiempo ha jugado a favor y hoy toca sacarle partido inteligente a Marina de Cope y Cuatro Calas porque será ahora el propio mercado el que pare en seco agresiones ya en marcha. Atentos a “La Aguilica TV” porque la sorpresa puede surgir en cualquier momento.
En relación con el fracaso de la política económica y turística de los sucesivos gabinetes de Valcárcel está el insistente rumor veraniego de que la empresa concesionaria de la autopista de peaje Cartagena-Vera está llamando a la puerta del Ministerio de Fomento solicitando el rescate amistoso de la concesión ante el más que escaso tráfico que soporta desde su apertura, al principio de la pasada primavera, y las muy malas perspectivas de negocio que se ciernen sobre ella, hasta el punto de no haber satisfecho todavía el pago de muchas expropiaciones. “Autopistas del Sureste” ve como solución de emergencia que se haga cargo de ella la Comunidad Autónoma ante la carga que supone su mantenimiento y los sueldos de los empleados de los diez puestos de peaje.
EpílogoY tres guindas finales de esta comarca: el alcalde de Lorca, Paco Jódar, PP, tiene un tránsfuga en potencia dentro de su grupo municipal, cuya deserción lo puede dejar en minoría y hasta sacarlo prematuramente del cargo, mientras en muchas obras de Águilas, exactamente de Calabardina, se emplea de forma generalizada peonaje inmigrante sin papeles. Ese es el futuro que prometía Ramírez y que muchos ingenuos, o ignorantes, creyeron era la solución a su vida.
Entre ellos incluyo al polémico locutor local, Antonio Santiago, cuya “orfandad" económica se acrecentará, además, con la tocata y fuga a Madrid del negociante y “editor” Trinitario Casanova en cuanto acabe la murciana Feria de Septiembre. Alguna explicación tendrá éste que dar ahora sobre “La Zerrichera” tras el último auto del Tribunal Superior de Justicia, donde y a quien corresponda, por el “pelotazo” a costa de la “Kutxa” y sus impositores. Son demasiados millones de euros como para que allí no le visite “El Pregonero de los Morosos”, en el mejor de los casos.
Los hay más que temerarios, Ramón Luis. Son los que te llamaron “débil y cobarde”.