
La verdad no está de moda entre las filas  populares. Es vista como algo totalmente prescindible, inútil e incluso  incómodo. El uso cínico de la mentira al  que nos tiene acostumbrado el Partido Popular  a partir de prácticas antipolíticas que alimentan un estado permanente de  distorsión de la realidad responde a una estrategia perfectamente estudiada por  sus expertos de marketing, desarrollada  ambiciosamente visto el éxito que ha tenido en otros países como EE.UU.
Por mis estudios de psicología,  este tema siempre me ha fascinado, y en  mis libros de texto siempre ha ocupado un lugar privilegiado para la reflexión y  profundización. Muy a menudo recupero mis apuntes de psicología social y les doy  un repaso para refrescarme y recordar que la palabra puede ser más eficaz y  puede hacer más daño que una pistola. Es  interesante saber como responde la mente humana a un mensaje, cuando este es  efectivo, cuando no, el tipo de lenguaje indicado según sea el público, según el  nivel cultural de los receptores, así como las más diversas y efectivas técnicas  de manipulación y persuasión que se puedan imaginar.
El Partido Popular aplica todos los días aquellos  principios que ya entonces un tal Goebbels  asentó en los oscuros años de nazismo. Lo de repetir una mentira mil  veces hasta que se convierta en verdad está a día de hoy más de moda que  entonces. Porque el espejo donde el PP se mira  es el Partido Republicano de G. Bush y el ejemplo es que allí, sin un líder  preparado, con un discurso falto de contenidos y con una gestión pésima, los  neoconversadores se llevaron las últimas elecciones presidenciales contra todo  pronóstico.
Porque han sido los republicanos de EEUU los que han estudiado con  mayor celebridad e interés, invirtiéndo muchísimo dinero, los mecanismos del  voto, las motivaciones de las personas cuando lo ejercen, y cómo los mensajes  pueden hacer diana facilmente en el electorado.  Una apuesta contundente por ganar a cualquier precio mediante el engaño, la  falacia, la confusión y las malas artes con el adversario si fuesen  necesarias. La ley del mínimo  esfuerzo en definitiva, la elección del camino más corto para llegar a  meta dejando de lado cualquier atisbo de ética o moral, porque repito, la verdad no les importa, es como lo demás, un negocio  con el que se puede traficar.
Nos  tienen tan estudiados que da miedo pensar hasta que punto los ciudadanos podemos  caer en las garras de la persuasión con una facilidad pasmosa, indefensos y  presos de técnicas mentales de última generación, estudiadas en laboratorio y  estudios de campo de cierta importancia. Mi intención hoy queridos  lectores es que seais conscientes de las técnicas que emplea el Partido Popular,  directamente importadas de la potencia numero uno del mundo, para someter y  aborregar a un buen numero de ciudadanos. Porque  solo conociendo como actuan, podemos poner coto a sus trampas  dialécticas.
Dicen los expertos que los republicanos basan su  estrategia en la activación de las estructuras inconscientes, los llamados "frames" palabra traducible como marco,  armazón o estructura: una especie de marcos mentales, de metáforas  estructurantes de la personalidad, que organizan nuestros modos de pensar y  nuestros miedos. Por decirlo de un modo más  simple, nuestros prejuicios más básicos, nuestra identidad más primaria.  Son aquellas cuestiones que como humanos, nos  caracterizan y ante las cuales casi genéticamente solemos responder. Automática y casi irreversiblemente, cuando un  mensaje logra activar un frame, poco podemos hacer si no estamos prevenidos,  respondemos como simples autómatas.
No importa que se lance un mensaje falaz, subjetivo,  desproporcionado, disparatado, nada de eso importa si logra activar un frame  dando en la diana de los sentimientos y acertando en el inconsciente colectivo  humano. Por muy simple y lamentable que parezca, esto está ocurriendo a  día de hoy en la política española a imagen y semejanza de que ocurre en EEUU bajo mandato republicano.
Su acción  política tiene un único fin: abastecer de miedo  irreal y de inseguridad innecesaria el frame más elemental de sus  votantes y de todos aquellos que puedan cazar por el camino. Solemos reirnos con  cierto desparpajo, y yo el primero, de las campañas que denuncian que "España se rompe" aquellas que dicen que "el gobierno se rinde a ETA". Pero os puedo  asegurar que tienen mucho más impacto del que os imaginais y merecen, si no un  respeto, una consideración (o varias).
Muchos direis que eso es  exagerado, que no llega la sangre al río, pero quizá formulais este  planteamiento en términos erroneos, es decir, "como a mí no me engañan, no creo que engañen a mucha  gente". Falso, no apliquemos nuestro rasero a los demás porque la  persuasión y la psicología política son temáticas requete-estudiadas. Ellos conocen, porque así lo tienen estudiado, que una  parte importante de la sociedad, de nivel cultural medio-bajo, poco dada a  informarse, a leer prensa, sin inquietudes, vota por criterios vacilantes, de  subjetividad acuciante, por una mera cuestión de que tal candidato despierte  simpatía, seguridad o confianza.
Así ganó Bush, por dar sensación de fortaleza, de seguridad, de ser alguien que  no vacila y que sería capaz de llenar el  mundo de bombas atómicas con tal de defender la patria. A eso se pretende jugar  desde Génova. Pintar un país caótico que  solo puede salvarse en manos de alguien recto, duro y sin miramientos: su candidato.
Aquí en España mucha gente se mueve en esos parámetros  que os comentaba a la hora de votar. Más de lo que nos imaginamos. Gente  que ve manifestaciones de las victimas del terrorismo y automáticamente llega a  la conclusión de que "si se manifiestan con todo  su dolor, será que el gobierno está cediendo en algo, quizá tengan  razón".
Nosotros, por nuestra ideología, simpatía o conocimiento  sabemos que esto objetivamente es incierto, pero el frame profundo sigue siendo  machacado constantemente y por relevos:  empieza Zaplana, continua Acebes y remata  Rajoy.
Todo junto a un ruido  mediático organizado minuciosamente desde los mass media afines, léase  La Cope o El Mundo y complementado por  colectivos como el de las victimas que activan frames de "solidaridad" "empatía" o "apoyo  incondicional". Infundir miedo, desconfianza en las instituciones, pintar  al rival político como bobo, como débil, para después vender que lo que este  país necesita es fortaleza y mano dura y  que la dureza de Rajoy está más que  justificada.
Su acción política tiene también un único argumento: "Nosotros somos los únicos defensores verdaderos de  España, cualquier Gobierno que no sea el nuestro o político que no seamos  nosotros hace daño a España". ¿Qué importa mentir? ¿Qué importa que la  democracia se resienta? ¿Qué importa que la convivencia se vaya al carajo? ¿Qué  importa que sufra el Estado de Derecho? Todo vale, todo está permitido, no hay  límites, así lo aprendieron de los que ganaban comicios montando escándalos  sexuales al presidente de turno. La verdad no  importa porque no es imprescindible para llegar a la  victoria.
Porque aunque no somos tontos, ni digo que lo seamos, un  catedrático puede perfectamente caer en las redes de esta gente si no toma  conciencia de las intenciones del emisor y si el mensaje es lanzado bajo una  serie de premisas. Aquellos que día a día se  topan y tienen la responsabilidad de rebatir los argumentos de la bancada  popular deberían estudiar estas cosas para no caer en la  trampa.
Para los Rajoy, Acebes o  Zaplana se trata de recuperar el poder al precio que sea. En una sociedad  líquida, frágil, esto es especialmente rentable, aunque sea repugnante,  reaccionario y nada indicado para favorecer el fortalecimiento democrático de la  sociedad española. Sus cartas están claras. Nada  de lo que nos importa a la mayoría preocupa seriamente a estos extremistas que  hoy dirigen el Partido Popular. Ni la convivencia ni el futuro ni poner  en riesgo las reglas del sistema democrático que tanto luchamos por construir.  Se sirven de todo: del terrorismo, de la Justicia, del Ejército, del debate  territorial, de la enseñanza de nuestros hijos, de la religión, del trabajo, de  la economía, del medio ambiente, de la guerra y de la paz.
Lo más peligroso de todo este asunto, es que el  gobierno, el partido socialista y los grupos progresistas del Congreso no son  capaces de contrarrestar estas eficaces técnicas de persuasión. Las  ridiculizan, se autoconvencen de que la gente no es tonta, se ciñen a que el  contenido del mensaje es irreal, y santas pasquas, a mirar para otro lado; aunque solo fuese por higiene democrática y por  limpiar el polvo de la clase política, deberían prestar más atención a estas  cuestiones. No se puede dejar mano ancha al "todo vale", como mínimo hay que denunciarlo,  pero claro, sabiendo denunciarlo.
Ellos  llevan a la práctica con brillantez una serie de premisas que todos  podemos ver en cualquier cara a cara o debate entre candidatos. Ellos son los que usan un tono más fuerte, para dar  la impresión de sólidez y convencimiento en su discurso. Ellos son los  que más ironizan, los que más se burlan de la posición del rival que casi  siempre mantiene las formas porque tiene otro  talante. Ellos pierden las formas, pero no de cualquier manera; lo justo para darnos la  impresión de que el oponente está diciendo disparates; incluso pueden permitirse  de gastarles una "coña" para desviar el  debate cuando les interesa un tiempo muerto.
Interrumpen sistemáticamente para poner  nervioso al rival, llaman la atención del moderador para mostrarse victimas y  hacer ver que el oponente no cumple el reglamento. Cuidan sus gestos hasta el milímetro. Todo esto  unido, a los ojos de un espectador imparcial, sin ideología, sin preferencias,  resulta mucho más atractivo. Hay formas de  combatir estas trampas dialécticas sin ponerse a su altura, nadie propone que un  debate se convierta en una pelea de gallos.
Ejemplos de "frames" utilizados por el PP, vamos allá para que quede bien claro. A los ya comentados de la unidad de España y la  rendición a los asesinos de ETA, algunos más. Por ejemplo esa insistencia  machocona de repetir hasta la saciedad  (esta es una ténica basica que se llama "disco rayado") que Zapatero es amigo y aliado exclusivo de Castro y Hugo  Chavez y que hemos pasado de ser aliados de la primera potencia mundial a  darnos palmaditas con dictadores. "No somos nadie en el exterior porque nadie  nos quiere ni nos hace caso". Aquí introducen un recurso patético pero efectivo,  la ridiculización del político, por  ejemplo, llamar a Moratinos "Desatinos".  Hoy en día, hay casí más gente que conoce a nuestro ministro por lo segundo que  por su apellido real.
Otro frame, muy de moda y más rentable todavía, es  la utilización del frame "solidaridad"  para justificar una política hídrica basada en  los trasvases, aunque estos sean irracionales económica y medio  ambientalmente y respondan a oscuros intereses  urbanísticos más que a una sincera preocupación por los agricultores.  Hoy en día todavía recogen los gobiernos  populares de Murcia y Valencia los frutos de severas y machaconas campañas del  Agua para todos por todo Levante, aunque eso suponga insultar y  enfrentarse con otras comunidades, aquí tampoco importa el precio a pagar; "Carod Rovira nos quiere secar o todo para los  catalanes", un frame complementario llamado "catalanofobia" y sobre el que no hace falta  hablar. Quien no se pliegue a esas condiciones, no solo es tachado de  insolidario, si no que por ejemplo, un murciano que se opone al trasvase del  Ebro es automáticamente apartado y tachado de "antimurciano".
"Ellos son los malos, los catalanes, los aragoneses, a  por ellos"; una forma muy inteligente de trasladar el foco de atención de  la gente hacia el exterior para poder hacer lo que a uno se le antoje de puertas  hacia dentro; luego nos extrañamos de los niveles de corrupción de Valencia,  Alicante, Murcia, pero la realidad es que la  gente, hipnotizada por un mensaje de defensa ante supuestos enemigos  (ya se encargan ellos de decir quienes son), todo condimentado con un nacionalismo hidráulico  bastante paleto, no ha controlado la gestión de sus gobernantes y así,  muchos corruptos así han podido meter la mano  con toda tranquilidad y enriquecerse con la absoluta tolerancia de unos  habitantes que miran para otro lado. ¿Me equivoco o  no?
Me podría explayar mucho más  en el tema. Mis conocimientos me lo permiten pero no quiero ser pesado.  Una de las motivaciones que me llevaron a abrir  este blog fue contrarrestar y desenmascarar las técnicas persuasivas del  PP. Porque yo sé perfectamente como romper ese discurso, como evitar que  activen frames y en su caso, activar contra-frames (otros frames que desactivan uno  anterior).
Habrá muchas personas, expertos, más instruidos que yo seguro,  que deberían tener despacho en Ferraz, en  La Ser o en cualquier medio interesado en  desenmascarar las malas artes de la derecha mediática. No os quepa duda que un buen aparato de comunicación y  unos buenos asesores pueden obrar milagros, incluso que un ex-alcohólico que  cree hablar con Dios por las noches dirija el mundo.Ojalá este escrito  sea leído por algún político del PSOE y  lo tenga en cuenta, le de valor y ponga sobre la mensa de los compañeros esta  humilde reflexión.
Es esencial que  Zapatero se rodee de los mejores psicólogos, sociólogos, expertos en markenting  y asesores y que la política de comunicación tenga la importancia que se merece,  ni más, ni menos. Casi todo está estudiado y está en los libros, no es  tan difícil. Hace un año circuló por todas las agrupaciones socialistas un  documento que trataba de instruir a los cargos para comunicar eficientemente y  llegar al electorado, todo ello junto con una serie de consejos para una buena  labor política. Eran insuficientes,  superficiales, y además, no se han aplicado porque la iniciativa provocó  más cachondeo que otra cosa. Cuidado con las  formas, que nos guste o no, son tan o más importantes que el  contenido.
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