
Según citó el diario Cinco Días , aludiendo a fuentes del mercado, las negociaciones para la puesta en marcha del proyecto se han «frenado en seco». Caixanova es una de las cajas que exploró esta vía como posible plan B a su fusión con Caixa Galicia. Otras entidades implicadas son Extremadura, Cantabria, Sa Nostra, Penedés y Granada.
Las ocho cajas que negocian desde hace varios meses la creación de la que sería la mayor fusión virtual española han frenado en seco. Fuentes implicadas en las negociaciones reconocen que el proyecto puede descarrilar. Para evitarlo, las entidades intensificarán contactos.
La principal causa de discrepancia en el seno del sistema institucional de protección (SIP) o fusión fría que promueven Cajastur y Cajamurcia es el grado de compromiso que se derivará del proyecto y la medida en que se pondrán en común determinados negocios.
A los problemas citados se une el hecho de que el próximo 30 de junio concluye el plazo para solicitar ayudas al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) dispuesto por el Gobierno para impulsar las fusiones.
Las ocho entidades implicadas tienen intención de pedir ayudas públicas y, si no hay una ampliación del plazo, parece imposible llegar a tiempo para solicitar fondos.
En el SIP de Cajamurcia y Cajastur hay quien aboga por un modelo de colaboración más laxo fundamentado en franquicias regionales.
El tropiezo de las negociaciones evidencia las dificultades que atraviesan las cajas de ahorro para cerrar grandes fusiones interregionales, aunque sean de carácter virtual.
El Banco de España ve con preocupación el posible descarrilamiento de las negociaciones.
Mientras tanto, ha vuelto a surgir en los mentideros financieros el rumor de que Rato estaría impulsando, con el apoyo total del PP, la fusión de la caja madrileña con la CAM.