MADRID.- El mayor temor de cualquier supervisor cuando interviene una entidad es  evitar la fuga de depósitos. Los clientes pierden la confianza (el mayor  activo) en la entidad y el miedo hace el resto. El 23 de julio pasado,  cuando el Banco de España tomó el control de la quebrada Caja  Mediterráneo (CAM), una de las primeras medidas fue abrirle una línea de  liquidez de 3.000 millones para que esa posible salida de depósitos no  estrangulara a la caja. También decidió inyectarle 2.800 millones en el  capital.
 Según consta en el libro de venta de la CAM, que Merrill Lynch  está mostrando a los posibles compradores, la entidad alicantina ya ha  sufrido el impacto del miedo. Hasta el 31 de agosto ha recurrido a 500  millones de la línea de liquidez del Banco de España. En lo que va de  año, la caída del saldo de recursos de clientes de la que fuera la  cuarta mayor caja de España ha descendido en varios miles de millones de  euros, según publica hoy 'El País'.
Los expertos consultados creen que en las próximas semanas la caja  apelará más a la liquidez del Banco de España porque la retirada del  ahorro es un goteo difícil de frenar. La CAM, que registró pérdidas de  1.136 millones hasta junio, tiene muchos factores en contra. El  principal es que el mercado se encuentra en plena guerra por el pasivo  de los clientes, con el Santander liderando el movimiento, como ya es  habitual. El cierre de los mercados mayoristas de financiación obliga a  las entidades a buscar dinero en todas las fuentes posibles, incluso  ofreciendo altísimos tipos de interés. El objetivo es atender los  vencimientos de los préstamos, prioridad absoluta para cualquier entidad  que no quiera declararse en quiebra.
Para mayor dificultad, los  competidores, sabedores de la debilidad de la CAM, bombardean a los  clientes compartidos con ofertas tentadoras. No obstante, la entidad  alicantina se defiende con las mismas armas: ofrece un 4,45% en los  depósitos a dos años y un 3% a un año de plazo. Al final todos pierden  porque los ingresos se hunden, pero los más débiles son los primeros en  caer y con una muerte lenta. Por último, la CAM tiene otro problema:  está adelgazando la red de oficinas y la plantilla. Esa reducción  siempre implica pérdida de ahorro.
Los 500 millones utilizados  hasta el 31 de agosto pueden suponer un incremento de la deuda de la  entidad para el comprador. Hasta fin de este año tiene, además,  vencimientos por valor de 979 millones. Pero el gran problema será 2012,  cuando le toca devolver 5.400 millones prestados. El Fondo de  Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), consciente de que esto puede  alejar a compradores, señala en el cuaderno de venta que está dispuesto a  estudiar fórmulas para colaborar en la financiación de la deuda.  Obviamente sería un préstamo que el comprador tendría que devolver a un  tipo de interés pactado pero atrasar las deudas, hoy en día, vale oro.
El  Banco de España también está dispuesto a financiar el precio que se  pague por la CAM. El tipo que se aplicaría en este caso dependerá de la  valoración que tengan en el mercado los seguros de impago (CDS) del  comprador. Es decir, a más solvencia, menor tipo y viceversa. Otra  muestra de que la liquidez es ahora el gran escollo.
La mayor  novedad del sistema de venta de la CAM es que ya no habrá un esquema de  protección de activos dañados con el modelo tradicional. El último caso  fue el de la BBK, a la que se entregaron 400 millones por quedarse con  Cajasur y hacer frente a todos los agujeros que surgieran. La banca ha  presionado para que el FROB cambie las reglas: el FROB asumirá el 80% de  las primeras pérdidas que aparezcan, hasta 2.500 millones. A partir de  esa cantidad, si continúan presentándose problemas, el fondo de rescate  se queda con el 90% y el comprador con el 10% restante. Es el sistema  utilizado en Estados Unidos para vender bancos quebrados. El Banco de  España es consciente de que sin este método, que pasa de una cantidad  tasada a otra en la que se reduce la posible pérdida, nadie compraría la  CAM.
Pero el Banco de España ha acotado de dónde pueden surgir  las pérdidas. Así los activos que cubrirá son: cartera de promotores  (11.000 millones); créditos hipotecarios calificados subestándar, es  decir, en riesgo de impago (1.100 millones); activos adjudicados (3.400  millones); préstamos fallidos (1.300 millones) y sociedades  inmobiliarias participadas. En total sumarían unos 16.800 millones, sin  contar las sociedades del ladrillo. Nada se dice de los dudosos. Al  final de octubre es posible que la CAM tenga nuevo dueño. Un problema  menos para el sistema, pero ya ha sembrado la sombra de la duda sobre  todo el sector. "La CAM no es un cisne negro, sino una de las cajas mal  gestionadas, como otras, por lo que las cifras se pueden extrapolar.  Puede que otras de las dañadas también tengan una morosidad real cercana  al 20%. Entonces, la cantidad que se necesita para recapitalizar al  sistema sería mucho más de los 17.000 millones anunciados. Quizá el  doble", comenta un ejecutivo experto en el sector.
      Los requisitos para la compra
- El 26 de septiembre termina el plazo de presentación de ofertas no vinculantes.
-  Pocos días después, el FROB seleccionará las que pueden continuar en la  siguiente fase y concluirá en cuatro semanas. Las escogidas podrán  hacer la due dilligence (una auditoría técnica) de la CAM y presentarán una oferta vinculante.
- El FROB podrá financiar la compra de la CAM.
-  También puede ayudar con los vencimientos de liquidez de la entidad,  que son de 979 millones en el año 2011 y de 5.400 millones en 2012.
El comprador de la CAM será el que menos ayudas públicas solicite.
-  Además del dinero, el Banco de España valorará la capacidad de gestión  de los equipos humanos, así como la experiencia en el negocio bancario,  la solvencia de la entidad, la fortaleza financiera y la certeza de que  los órganos de gestión van a aprobar la propuesta presentada para asumir  el control.
 
