Las peripecias para la formación de gobierno en España y otras 
cuestiones en la escena europea, como la posible multa de la UE por 
incumplir los objetivos de déficit y el intento de Italia de que no se 
le apliquen las recién estrenadas normas de la Unión Bancaria, me 
recuerdan esa vieja expresión de la sabiduría popular que dice: “nunca 
digas nunca jamás porque nunca siempre pasa, ni digas hasta siempre 
porque siempre nunca llega”.
¿Cuántas veces dijo el líder de C’s, Albert Rivera, que nunca jamás, 
de ninguna manera, ni por activa (voto) ni por pasiva (abstención) iba a
 contribuir a que Rajoy volviera a presidir el gobierno? Ese solemne 
compromiso ante los electores puede explicar la sangría de votos que 
sufrió. Y es razonable suponer que los que le siguieron votando sería 
porque no querían que gobernara el PP.
Lo volvía a repetir una semana después de las elecciones, cuando ya 
conocía los resultados y podía evaluar las alternativas que ofrecían. 
No, nunca jamás, de ninguna manera iba a contribuir a que Rajoy volviese
 a ser Presidente de gobierno. Si el PP quería gobernar, sería con otro 
candidato.
Pero días después ya anunciaba su abstención, como contribución a que
 Rajoy fuese investido. Y ahora nos dice que cuando vaya a consultas con
 el Rey le pedirá que presione a Sánchez para que el PSOE también se 
abstenga. Curiosa interpretación del papel del Rey, que no creo que sea 
el de presionar a ningún partido político para que haga o deje de hacer.
 A eso en su tiempo se le llamo “borbonear” y no dejó buen recuerdo. Y 
también curioso el cambio de actitud, pasando del nunca jamás a Rajoy a 
convertirse en activo promotor de su investidura.
¿Qué las circunstancias le obligan porque el resultado es el que es y
 no deja opciones alternativas?Posiblemente. Pero eso tenía que haberlo 
previsto antes de embarcarse en el nunca jamás. No era demasiado difícil
 imaginar que algo así podría ocurrir y guardar una cierta prudencia a 
la hora de adquirir compromisos tan tajantes.
Por supuesto, no se trata solo de Rivera. Los nunca jamás abundan 
demasiado, devalúan el valor de los compromisos electorales y 
desacreditan el ejercicio de la actividad política. Será “nunca” salvo 
que las circunstancias digan otra cosa. Entonces más vale no decir 
“nunca”. Porque al final los ciudadanos acaban creyendo que, una vez 
elegidos, los “políticos” hacen lo que les da la gana con sus votos.
Algunos incluso esconden lo que hacen. ¿Han visto la sonrisita 
burlona del inefable Sr Homs diciéndonos con todo el descaro del mundo 
que, ji, ji, ji, nunca se sabrá de donde salieron lo 10 votos extra que 
tuvo el PP en la elección de la Mesa del Congreso? Claro, el voto es 
secreto y él sólo sabe que él no fue. Pero el PP parece estar más 
enterado y nos confirma que salen de un pacto con Convergencia, o como 
ahora se llame, que por el momento tampoco está claro. Esos votos pueden
 ser de padre desconocido, pero gratis no han sido. Como por casualidad,
 Homs tendrá grupo parlamentario, con la consiguiente financiación, que 
no están los tiempos para hacerle ascos a un apoyo al PP que 
además, como es secreto basta con negar la evidencia…, aunque también se
 haya dicho que nunca jamás se tendría trato alguno con los que impiden 
que Cataluña exprese libremente su voluntad de independencia.
Diga lo que diga el reglamento del Congreso, lo que queda de 
Convergencia tendrá grupo parlamentario. Para el PSOE, que va a 
contribuir a ello, puede ser útil y necesario para “sacar del limbo” a 
los independentistas. Pero me temo que con eso no los sacaremos del 
limbo, solo les haremos más cómodo seguir en el. Cierto que no es la 
primera vez que se interpreta “flexiblemente” el reglamento de las 
Cortes. La exigencia de obtener al menos el 15% de los votos en cada 
circunscripción (según la Constitución en las provincias) en la que se 
ha presentado candidatura, ya se ha flexibilizado entendiéndola referida
 a la media provincial de los votos en la Comunidad Autónoma en la que 
se presentan.
Así pudo Convergencia tener grupo en la anterior, corta, legislatura.
 Pero es que ahora ni así cumple con esa condición. Bueno, le llamaremos
 “requisito formal”, que lo de “formal” parece que sea una cosa 
accesoria y sin importancia y pasaremos de él. Cortesía parlamentaria 
obliga. Y sobre todo, cuando la necesidad de votos aprieta, ni los 
reglamentos se respetan.
También se dice que esa interpretación laxa de requisitos “formales”,
 ha sido avalada por el Tribunal Constitucional. No exactamente. El T C 
se ha limitado a decir que nadie mejor que las Cortes soberanas para 
interpretar su Reglamento y que no va a entrar a determinar si lo han 
hecho bien o mal. Es decir, no ha avalado nada, se ha declarado de facto
 incompetente en la materia.
Peor es la cesión temporal de diputados o senadores para que los que 
no tengan bastantes para cumplir con el requisito, también calificado de
 meramente “formal”, de un numero mínimo, puedan alcanzarlo. Si, lo hizo
 el PSOE con el PNV después de la primera vuelta de las elecciones, lo 
que le valió a Pedro Sánchez alguna cara larga de sus barones, siempre 
atentos a que no se tuviera trato ni deferencia con los 
nacionalismos/independentismos. Y se ha hecho con anterioridad en varias
 ocasiones. Pero es una práctica que cada vez se soporta peor, es lógico
 que los ciudadanos no la entiendan y da la sensación de que eso de la 
política es un mercado de ocasión, lugar de chanchullos donde todo vale 
si conviene, y las normas reglamentarias son meras “formalidades” de las
 que se puede prescindir.
¿No seria mejor reformar el reglamento de las Cortes, en vez de andar
 violándolo por los bajines? Pero de momento el Sr Hernando, portavoz 
del PP que ha dejado al Sr Homs al descubierto de sus pactos secretos, 
ya le ha asegurado que si hay “algún resquicio legal” tendrá grupo. 
Seguro que lo encuentra.
También, como por casualidad, el gobierno ha considerado oportuno 
asumir otros 1.600 millones de deuda a corto de la Generalitat y 
autorizarla a emitir nueva Deuda por 685 millones. Calderilla 
insuficiente para Junqueras, aunque en eso de los números ya sabemos que
 usa medidas de buen cubero porque no da para más.
Como ven, Montoro aprieta pero no ahoga. Quizás a cambio de esa ayuda
 Convergencia ha pospuesto el debate sobre sus planes secesionistas en 
el Parlament. ¿O quizás porque han sido sensibles a las serias 
advertencias que les ha hecho el Tribunal Constitucional?
En todo caso, el PP esta profundizando su pacto con los 
independentistas, porque eso es lo que es ahora Convergencia (hasta que 
no sepamos como llamarles nos quedamos con la vieja marca de fabrica). 
Olviden los nunca jamás nada con los enemigos de la unidad de España. 
Repasen las hemerotecas y los tweets y verán las declaraciones tronantes
 de Rajoy y su vicepresidenta contra el PSOE por su aproximación al PNV.
 ¡No todo vale!, decían. ¡Grave error pactar nada con los 
independentistas!. El mismo coro se ha oído en las filas socialistas, 
con las advertencias, especialmente de Díaz y Madina, de que cualquier 
pacto con los soberanistas partiría a España y al partido. No les ha 
oído recriminar con igual contundencia al pacto oculto de Convergencia 
con el PP.
Quien sí lo ha hecho es Rivera. Si el PP pacta con los soberanistas 
que se olvide de su abstención. ¿Si pacta?. ¿En condicional futuro? 
Parece que no se ha enterado de que ya lo ha hecho. ¿O es que tiene que 
hacerlo más todavía para activar de nuevo el nunca jamás?. Lo siento por
 C’s, pero Rajoy está dispuesto a todo para sumar los votos que 
necesita, y no les va a hacer asco a los soberanistas catalanes. Irá en 
peregrinación al Majestic (allí fue donde Aznar aprendió a hablar 
catalán en la intimidad) si hace falta. Con eso no hace sino seguir los 
consejos de Sánchez, de buscar los votos en su vecindad ideológica más 
cercana, y a fin de cuentas, independencias aparte, Convergencia es muy 
parecida al PP en los temas que define a la derecha económica.
Tampoco en la propia Cataluña ha gustado nada el cinismo de Homs. Los
 nuevos dirigentes de la nueva Convergencia no quieren nacer con las 
viejas practicas de antaño. De Homs no se puede esperar nada mejor, pero
 a ellos les gustaría una política más limpia. Entre ellos hay quien ha 
dicho que “no se puede tomar a la gente por idiota” y que negar la 
evidencia de un pacto vergonzante es peor que hacerlo.
También los socialistas han, hemos, asegurado a nuestros electores 
que no haríamos presidente a Rajoy. Aunque en la segunda vuelta hemos 
sido menos contundentes que en la primera en su descalificación 
personal. Por el momento, a día de hoy, Sánchez mantiene su negativa. El
 tiempo de pactar compromisos de gobierno a cambio de la abstención, 
quizás ya ha pasado. Yo fui de los primeros, si no el primero, en 
plantearlo públicamente. Pero era pensando en que Rajoy podía encontrar 
apoyos que le permitieran pasar de los 170 votos favorables. Si sólo 
tiene 137, son demasiado pocos para que el PSOE le abra gratis las 
puertas de La Moncloa. Si Rajoy no puede formar gobierno, no es culpa 
del PSOE, que es su principal contrincante, sino de él mismo, que no ha 
sido capaz de tener suficientes votos ni suficientes aliados.
¿Hay otras soluciones? Teóricamente sí, aunque en la práctica quizás 
no. Hace unos días, el editorial de estas páginas digitales exploraba el
 ejemplo portugués, donde todos los partidos de centro y de izquierda, 
incapaces de ponerse de acuerdo en un programa, han preferido que 
gobierne en minoría el partido socialista en vez de dejar que gobernara 
la derecha con su minoría mayoritaria. Pero puede que España, que no es 
como Alemania, tampoco sea como Portugal.
(*) Ex presidente del Parlamento Europeo