ELCHE/ALMERÍA.- Unas cuarenta o cincuenta personas con 
camisetas verdes y rojas se dieron cita ayer ante la oficina de Caja 
Murcia en la confluencia entre las calles Miguel Hernández y Gabriel 
Miró para reclamar que la entidad atendiera las peticiones de dos 
familias que temen ser desahuciadas próximamente, según revela hoy el diario 'Información'. 
Mercedes Fernández 
dice que llevaba desde enero esperando una llamada del banco para 
negociar la condonación de su deuda y un alquiler social. Josefa 
Calderón sostiene que había intentado en varias ocasiones en los últimos
 cinco meses que la atendieran con el mismo objetivo. Las dos salieron 
ayer contentas de la oficina, con un documento firmado por la dirección 
en el que el banco se comprometía a negociar. 
De momento solo 
eso, aunque es un paso adelante que ellas interpretan que no habrían 
logrado dar de no ser por el apoyo de la Plataforma Stop Desahucios de 
Elche y Santa Pola, que les ha dado visibilidad. Precisamente ayer los 
escaparates se llenaron de pegatinas y la entrada a la oficina de 
carteles y pancartas en los que se leía "Sí se puede pero no quieren" o 
"Tu banco te roba". 
Mercedes Fernández no pudo seguir pagando la 
hipoteca cuando le quedaban 180.000 euros por saldar. El banco se quedó 
su casa por el 60% de su valor (137.000 euros de 220.000 euros) y ella 
mantiene la deuda por ese 40% restante, 47.000 euros de costas 
judiciales y 20.000 de intereses de demora. "La ruina para toda la 
vida", resume. Ayer aprovechó para animar a las personas que estén en 
situación similar a que se pongan en contacto con la plataforma, pues 
sabe que la primera sensación es de vergüenza pero después se siente 
querida y apoyada y percibe "que sí se puede". 
La plataforma pide
 para ella, para Josefa (madre soltera con dos menores a su cargo) y 
para todos los afectados la condonación de la deuda y un alquiler social
 que les permita permanecer en sus casas manteniendo una vivienda digna 
(un derecho amparado por la Constitución). 
Alicia Orgiles, miembro 
de Stop Desahucios de Elche y Santa Pola señaló ayer con satisfacción 
que "al menos hemos conseguido que las atiendan, porque cuando vienes 
solo no te toman en serio e incluso te hacen sentir culpable". Para 
hacerse ayer fotos ante el banco, en vez de decir "patata" los 
congregados coreaban "estafa".
Mala educación en Caja Murcia 
Días atrás, una empleada de Caja Murcia, de una sucursal ubicada en la Avenida del Mediterráneo de la ciudad de Almería, hizo gala de su mala educación con la clientela. 
Según Ausbanc, uno de sus asociados presentó en la oficina
 una carta tipo que ha elaborado la asociación para lograr la aplicación
 de la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre la nulidad de la clausula suelo en los contratos hipotecarios, y la referida empleada le espetó: "Me limpio el culo 
con esta sentencia. El que ha escrito este papel es un analfabeto. Lo 
único que busca Ausbanc es aprovecharse de la gente que lo está pasando 
mal para sacarles el dinero". 
La asociación afirma que tiene el nombre y
 apellidos de esta trabajadora, y se queja del nerviosismo y la 
desconsideración con que han sido recibidas sus reclamaciones en algunas 
sucursales.
El abogado García Carrellán 
señala que la consecuencia directa de la sentencia, dirigida contra las 
cláusulas suelo de las hipotecas es
 la nulidad de las mismas; es decir, que los contratos siguen vigentes 
pero sin el tope fijado por las entidades que perjudicaba al cliente en 
momentos, como el presente, en que el euribor está marcando mínimos 
históricos.
"Empleadas como ésta deben saber que su comportamiento, más allá de lo 
puramente rechazable por maleducado, puede estar ya traspasando la 
frontera de las coacciones y pueden ser objeto de denuncia penal y tener
 que acudir a las comisarías de policía y cuarteles de la Guardia Civil 
para responder de su conducta", concluye Ausbanc.
Según la publicación 'Mercado del Dinero', "Ausbanc ha demostrado 
claramente su compromiso para defender los legítimos intereses y 
derechos de los clientes bancarios ante las malas prácticas de las 
entidades o la comercialización de sus productos tóxicos a través de los
 medios legalmente establecidos para ello en el Estado de Derecho. La 
sentencia del Tribunal Supremo de 20 de marzo de 2013 declarando abusiva
 la cláusula suelo de los préstamos hipotecarios está poniendo de 
manifestó la distinta actitud de unos y otros a la hora de respetar las 
reglas de juego.
Desde el mismo momento que se conoció el fallo de la sentencia, la 
Banca bien directamente bien a través de medios de comunicación 
adecuadamente adiestrados transmitieron el mensaje de que esa sentencia 
era un mero recurso ornamental, “papel mojado” como llegó a citar un 
periódico salmón que ya no está en expansión. Se trataba de una lucha 
desesperada para desmovilizar a los millones de afectados por la 
cláusula suelo que quedaban legitimados para reclamar la eliminación de 
la cláusula y la devolución de las cantidades pagadas en exceso.
Pero esta labor 
gobbeliana de alterar la realidad por medio de la 
propaganda y sus tentáculos mediáticos está siendo superada por la actitud grotesca y totalmente intolerable de algunos de los empleados de entidades financieras cuando reciben la fundamentada reclamación de sus clientes de que se elimine la cláusula suelo de sus préstamos bancarios".
Y termina diciendo: "Algunos bancos no están dispuestos a aceptar la ejecución plena de las sentencias de los tribunales de justicia.
 Esto puede llevar a algunos empleados de Banca a llevar a cabo 
conductas tipificadas en el Código Penal y, por tanto, pueden acabar con
 sus huesos en la cárcel sin evitar por ello que los clientes reciban su
 dinero".