MURCIA.- Según el diario La Verdad, que no cita fuentes de la Fiscalía del TSJ de Murcia, existen 30 preguntas a las que puede haber tenido que contestar PAS ante el juez esta mañana para ofrecer detalladas explicaciones acerca de las decisiones que adoptó a 
lo largo y ancho de todo el proceso de adjudicación del proyecto, 
licitación, construcción, recepción de las obras y justificación de la 
subvención -seis millones de euros- que sirvieron para levantar el 
Teatro Auditorio de Puerto Lumbreras a partir del año 2006. 
1. Que contrató al arquitecto Martín Lejarraga a dedo
El 16 de junio de 2006, el entonces alcalde de Puerto 
Lumbreras, Pedro Antonio Sánchez, dirigió a la Consejería de Cultura una
 memoria justificativa sobre la necesidad de construir un 
Teatro-Auditorio en su localidad, que iba acompañado por el Anteproyecto
 elaborado por el arquitecto Martín Lejarraga. El 18 de diciembre, la 
Consejería confirmó la concesión de una subvención de seis millones para
 el proyecto.
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2. Que presentó en público el proyecto con el arquitecto
Los medios de comunicación del Guadalentín y los regionales 
guardan en sus archivos noticias ya de 2005 sobre presentaciones 
públicas del proyecto, haciendo constar que lo iba a dirigir Lejarraga, 
sin que conste que se celebrara previamente un concurso de ideas o se 
abriera un proceso de licitación.
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3. Que no existe documento que pruebe la contratación
En toda la documentación remitida por el Ayuntamiento de 
Puerto Lumbreras al juzgado no existe documento administrativo alguno 
sobre la contratación de los servicios de Martín Lejarraga ni que 
acredite el pago de sus trabajos.
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4. Que ni siquiera disponían del terreno que lo acogería
El 20 de diciembre de 2006, el alcalde Sánchez remitió un 
escrito a la Dirección General de Cultura para informar de que 
«actualmente se encuentra en trámite un convenio de cesión de terrenos» 
sobre los que se construiría el Auditorio, a pesar de que en la 
documentación municipal no existe constancia de convenio alguno, ni 
inscripción en el registro de convenios, ni expediente sobre esa 
cuestión. La juez Andreo concluyó que se afirmó que el Auditorio se iba a
 construir sobre una parcela que no consta que fuera de propiedad 
municipal.
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5. Que se gastó tres millones antes de empezar la obra 
La obra del Auditorio se inició en mayo de 2008, pero el 2 
de julio de 2007, el alcalde Sánchez pidió a la Consejería una prórroga 
de 18 meses para poder justificar que el Ayuntamiento ya se hubiera 
gastado los tres primeros millones de la subvención.
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6. Que se cambió la ubicación sin acuerdo municipal
La ubicación inicialmente prevista se cambió sobre la 
marcha, sin que exista en la documentación constancia de un acuerdo 
municipal en ese sentido. No consta que Sánchez comunicara a la 
Consejería las alteraciones en las condiciones establecidas.
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7. Que se cambió el proyecto sin el placet de Cultura 
El proyecto que finalmente se ejecutó «difiere completamente
 del que se presentó en la solicitud de la subvención, sin que conste la
 autorización de la Consejería», señala el informe pericial de la 
Intervención General del Estado. «Simplemente, se modificó el proyecto y
 se decidió ejecutar otro en un lugar diferente. Una decisión que tomò 
unilateralmente el alcalde», según la exposición razonada de la juez.
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8. Que pidió tres millones más sin empezar la obra 
El 14 de diciembre de 2007, el alcalde Sánchez solicita a la
 Consejería que le adelante la segunda parte de la subvención, otros 
tres millones, pese a que la obra no se inicia hasta mayo de 2008.
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9. Que convocó un concurso de ideas para 'legalizarlo' 
El 17 de diciembre de 2007, el entonces alcalde Sánchez 
aprueba el pliego de bases para la convocatoria de un concurso de ideas 
sobre el Teatro-Auditorio, «con el que intenta legalizar (a posteriori) 
la contratación de Martín Lejarraga», en palabras de la juez Andreo. 
Para cuando se convoca el concurso ya existe un anteproyecto, un 
proyecto básico y un proyecto de ejecución.
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10. Que se evitó dar publicidad a la convocatoria pública
Pedro Antonio Sánchez convoca el concurso de ideas en plenas
 fechas navideñas, dando solo 15 días de plazo y no se publica en el 
Boletín Oficial de la Comunidad Europea, como exige la ley para un 
proyecto de seis millones de euros. Unas circunstancias que en 
apariencia atentan contra el principio de libre concurrencia. «Solo el 
hecho de que ya tenía contratado al arquitecto y redactado el proyecto 
justifica esas circunstancias», indicó la instructora.
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11. Que el Colegio Oficial de Arquitectos se lo advirtió 
El 24 de enero de 2008, el Colegio Oficial de Arquitectos de
 Madrid remitió un escrito, directamente dirigido al alcalde, para que 
explicara cómo era posible que antes de convocarse el concurso se ideas 
ya se hubiera difundido públicamente que el autor sería Lejarraga y que 
así figurara en noticias de medios de comunicación.
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12. Que el plazo fijado para el concurso era «imposible» 
El 15 de enero de 2008 fue aprobado el pliego del 
procedimiento abreviado, con el plazo de un mes para redactar el 
proyecto básico, el de ejecución de la obra y el de dirección técnica 
del poryecto. Un plazo que la exposición razonada califica como «de 
imposible cumplimiento», sobre todo en lo referente a la redacción del 
proyecto de dirección de obra, y que en apariencia solo podía cumplir 
Lejarraga «porque gracias a su relación personal con el alcalde ya podía
 conocer de antes el emplazamiento, las condiciones de la parcela, las 
necesidades y descripción del proyecto...».
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13. Que se establecieron unos honorarios «excesivos» 
El 29 de enero de 2008, por resolución de Pedro Antonio 
Sánchez, se adjudicaba el contrato al arquitecto Lejarraga, con unos 
honorarios de 335.484 euros, que la Intervención General del Estado 
calificó como «excesivo».
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14. Que no estaba justificado licitar la obra con urgencia 
El 8 de febrero de 2008 se aprobó por el alcalde el anuncio 
de la licitación de la obra por el trámite de urgencia, con solo 13 días
 para presentar ofertas. La juez consideró que no había causa legal para
 sacar el concurso con urgencia, cuando la subvención se había concedido
 18 meses antes y además existía una prórroga de otros 18 meses, y en 
cambio «sí podía limitar considerablemente la concurrencia».
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15. Que contrató a un técnico 'ex profeso' para ese plan 
Por resolución de Alcaldía, el 27 de junio de 2007 fue 
nombrado el ingeniero técnico José Fernández Navarro, que fue quien 
redactó «los escasos informes técnicos encontrados» sobre el Auditorio. Y
 ello a pesar de que el Consistorio contaba con un arquitecto superior y
 un arquitecto técnico y que el contratado «no contaba con titulación 
específica que garantizara especiales conocimientos en la materia, sobre
 todo con una obra de esa envergadura. El desacierto -en palabras de la 
juez- se puso de manifiesto cuando el mismo proyecto que este técnico 
consideró idóneo no alcanzó el visado del Colegio de Arquitectos».
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16. Que nada había de un vial que obligó a retranquear 
El 12 de mayo de 2008, se levanta acta de replanteo, en 
presencia del Ayuntamiento, la dirección facultativa y la empresa Ecisa,
 en la que consta que «no hay inconveniente alguno en la viabilidad de 
la ejecución de las obras, ocupación, dimensiones, superficies, 
instalaciones que pasen por la zona...». Pese a ello, el 3 de febrero de
 2009 se hace constar que un vial de próxima construcción obliga a 
retranquear el edificio nueve metros.
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17. Que estaba injustificado el proyecto modificado 
El informe pericial aportado a las diligencias afirma que el
 retranqueo de nueve metros «únicamente exigía un nuevo replanteo de las
 edificaciones, modificando ligeramente su ubicación en el terreno, no 
habiendo nuevos ajustes topográficos y de rasantes» que acometer, por lo
 que redactar un modificado estaba «injustificado». «El retranqueo del 
edificio principal no justifica un redimensionado de los nuevos 
edificios ni una nueva ubicación de los mismos».
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18. Que sirvió para tapar un desajuste de 1,8 millones 
En octubre de 2009, cuando se empiezan a emitir 
certificaciones con base al proyecto modificado, la obra estaba ya 
pagada al 85,39%, pero solo se había construido un 47,08%. Ante esa 
situación, «los intervinientes, conscientes de la inviabilidad de 
concluir la obra, se valieron de un modificado para poder justificar la 
realidad», según la juez. En ese momento, «existía un desajuste en la 
obra de 1,8 millones de euros cobrados indebidamente y que era necesario
 justificar. Y el modificado se mostró como la solución perfecta. El 
modificado explica que la obra no se concluyera totalmente».
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19. Que aprobó el modificado cuando ya estaba pagado 
En septiembre de 2010, el entonces alcalde Sánchez presenta a
 la Junta de Gobierno Local, para su aprobación, el mencionado proyecto 
modificado, a pesar de que desde octubre de 2009 se estaba certificando 
obra con base a ese modificado -entonces todavía inexistente- y a que la
 construcción estaba parada desde junio de 2010. No existe documento 
alguno en el expediente que pruebe que se contrató a Lejarraga para 
efectuar ese modificado y, además, en el acta se hace constar que ese 
cambio del proyecto «no implica alteración del precio del contrato», 
pese a que se dejó la obra sin concluir por faltar 2,2 millones en 
obras. El Colegio de Arquitectos le denegó además el visado al 
modificado.
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20. Que el modificado dejó fuera obras esenciales 
El nuevo proyecto dejaba fuera elementos esenciales del 
proyecto, como toda la terminación interior del Teatro-Auditorio, el 
sótano y aparcamiento y el bar cafetería, «lo que suponía que la obra no
 fuera completa y que se excluyera un elemento esencial» del proyecto, 
pese a lo cual no se contempló la disminución del precio. Se mantuvo el 
mismo presupuesto de contrata, a pesar además de que acometer la 
estructura mixta suponía un coste menor.
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21. Que se duplicaron partidas en las certificaciones
Aunque el presupuesto general de contrata incluía todos los 
capítulos y partidas necesarios para finalizar la obra, incluidos los 
gastos generales, el beneficio industrial y el IVA, estos tres conceptos
 se volvieron a cargar en todas las certificaciones de obra abonadas por
 el Ayuntamiento. Ello implicó un sobrepago del 38%, lo que supuso que 
se abonaran indebidamente 1,8 millones entre las certificaciones 1 a 17,
 que aprobó el primer edil, Pedro Antonio Sánchez.
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22. Que no adoptó medida alguna pese al desajuste 
En septiembre de 2009, después de quince meses de obras, el 
proyecto está ejecutado al 47% y pese a ello ya se ha certificado y 
abonado el 85,39%. Pese a ese «importante desajuste», como señala la 
juez Consuelo Andreo en las conclusiones de su investigación, no consta 
que el alcalde adoptara medida alguna, como reclamar informes técnicos, 
visitar la obra, reclamar explicaciones a la dirección de obra o al 
contratista...
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23. Que ya en septiembre de 2009 resultaba inviable 
La exposición razonada recoge que ya en septiembre de 2009, 
con el 85,39% del presupuesto gastado y solo el 47% del proyecto 
concluido, todos los implicados en la construcción del Auditorio eran 
conscientes de que «la obra era inviable económicamente». De ahí que la 
juez considere que el modificado no fue la razón de que no se acabara, 
sino la excusa que se diseñó para justificarlo. Además, cada una de las 
certificaciones aprobadas por el alcalde no llevan la firma de ningún 
técnico.
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24. Que no tenía sentido la certificación de acopios 
Ya en el arranque del proyecto, el 5 de julio de 2008, 
Sánchez aprobó una certificación por acopios por importe de 2,2 millones
 de euros, simplemente para permitir que el contratista pudiera adquirir
 material. Esa cantidad suponía nada menos que el 39,82% de todo el 
presupuesto y no existía informe alguno que justificara ese desembolso, 
que por ley es algo excepcional y el dinero debe adelantarse solo para 
localizar materiales de gran escasez o con un plazo de entrega muy 
largo. La juez Andreo advirtió que «lo inexplicable de esa certificación
 de acopios no es solo lo elevado de la misma y su falta de 
justificación, sino que solo un mes más tarde el Ayuntamiento tuvo que 
concertar una operación de crédito (pedir un préstamo) de 2,2 millones».
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25. Que una certificación lleva varias fechas distintas
La certificación nº 18 lleva al menos dos fechas distintas 
en el expediente: las del 9 y el 10 de octubre de 2009. Una lleva una 
firma que parece del alcalde y la otra no. Se emitió solo 9 días después
 de la nº 17 y alcanzaba un importe de 1,1 millones y se emitía con base
 a un proyecto modificado que aún no se había presentado a la Junta de 
Gobierno, ni al Pleno, ni estaba aprobado. Además incluía una novedosa 
partida de 170.000 euros, por Seguridad y Salud, que no estaba incluida 
en el proyecto original y que en apariencia no se justifica por un 
modificado.
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26. Que se abonó al 100% la obra y se acabó al 61,96% 
Con la certificación nº24, en abril de 2010, la obra está 
abonada al 100%, el presupuesto está agotado y el Auditorio solo se ha 
terminado al 61,96%, por lo que no puede ser utilizado. «Todo esto se 
intenta justificar con un modificado que era innecesario, superfluo, 
infundado, inútil y exagerado», concluye la juez.
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27. Que no se desviaron líneas eléctricas
En la certificación nº 18 se incluye el coste de unas obras 
complementarias, consistentes en el desvío de unas líneas de media y 
baja tensión que supuestamente entorpecían el avance de la obra. Los 
trabajos se facturaron por un importe total de 150.000 euros, pese a que
 Iberdrola certificó más tarde que no se acometió ni supervisó desvío 
alguno de líneas eléctricas en esa zona. El entonces alcalde, Pedro 
Antonio Sánche, notificó personalmente a la Consejería de Cultura que 
habían surgido unas obras imprevistas, a fin de que constaran en el 
expediente y de poder «ultimar esta actuación».
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28. Que recepcionó la obra sin estar acabado el 38% 
El 20 de septiembre de 2011 se recepciona la obra por el 
Ayuntamiento, con el visto bueno del primer edil lumbrerense, y se 
declara que el Consistorio «recibe la obra terminada, en buena estado y 
de conformidad a las prescripciones previstas, dándose comienzo al plazo
 de garantía». Todo ello pese a que quedaba el 38% del proyecto por 
ejecutar.
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29. Que se hizo la liquidación en septiembre de 2011 
El 21 de septiembre de 2011, la constructora Ecisa remitió 
al Ayuntamiento la llamada 'certificación nº 25 final-liquidadora', 
reclamando 574.840 euros, con los que consideraba que quedaban 
definitivamente ajustados los pagos al volumen de obra realizada. El 
Consistorio acabó asumiéndola, aunque rebajó la cantidad a 338.915 
euros. No existe en el expediente informe que justifique esa cuantía.
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30. Que no justificó de forma adecuada la subvención 
Después de reiteradas peticiones de prórroga para probar que
 la subvención había sido bien y completamente empleada en el Auditorio,
 la Consejería la dio por justificada el 25 de septiembre de 2013. La 
juez estima que la Comunidad debió haber abierto un expediente para el 
reintegro de los seis millones en virtud de todos los supuestos 
incumplimientos cometidos.