MADRID.- La Comisión de Salud Pública española aprobó el pasado mes de julio una nueva campaña de vacunación que comenzará previsiblemente en el mes de octubre. De este modo, con la llegada del otoño, serán muchos los ciudadanos que recibirán dosis de recuerdo contra la COVID-19, ya que la vacuna, al igual que la de la gripe, ha venido para quedarse, según El Debate.Según el documento elaborado por Sanidad esta campaña irá destinada a las personas de 60 años o más, a todo aquel a partir de los cinco años que viva en una residencia o centro de discapacidad y a la población con otras patologías de riesgo, pese a que los casos que se dan son leves.
Algunas de las enfermedades que se incluyen son la diabetes, el síndrome de Cushing, la obesidad mórbida, enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, trastornos renales o de coagulación de la sangre, alcoholismo, inmunosupresión, cáncer o celiaquía. 
También se incluyen enfermedades inflamatorias crónicas, trastornos y enfermedades que conllevan una disfunción cognitiva. Además las mujeres embarazadas también podrán recibir la vacuna en cualquier trimestre de gestación hasta los seis meses después del parto.
Con todo, desde Sanidad también recomiendan a las personas convivientes con casos de alto grado de inmunosupresión, como los trasplantados, o con personas de 60 años o más que se vacunen.
 
«No se recomienda la vacunación de población infantil y adulta que no forme parte de la población diana».
 
Tanto 
la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), como
 el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) 
recomiendan que las vacunas que se administren en la próxima temporada 
2023-2024 sean monovalentes frente a la subvariante XBB, la 
variante de ómicron que circula mayoritariamente por todo el mundo. Sin 
embargo, dichas vacunas se encuentran actualmente en fase de desarrollo.
 
Las principales farmacéuticas que suministran a España son Pfizer y Moderna,
 que están trabajando en estas nuevas versiones, aunque no está claro 
que lleguen a la fecha en la que se prevé que comience la campaña. No 
obstante, también podría entrar en juego la vacuna española Hipra, 
aprobada en el mes de abril.
 
Las reservas de Sanidad cuentan con inyecciones de Pfizer adaptadas a las ómicron BA.4-5, Moderna para BA.1 y BA.4-5, de Sanofi y de Hipra. Estas dos últimas, de proteínas recombinantes, han demostrado desencadenar protección frente a BA.1. 
 El CSIC cede a la OMS la patente de su vacuna 
 
Por otra parte, el 
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha cedido a la 
Organización Mundial de la Salud (OMS) su patente para fabricar la vacuna contra la covid-19 a precios asequibles en países en desarrollo.
 
La vacuna desarrollada por los investigadores Juan García Arriaza y Mariano Esteban,
 del CNB-CSIC, dicen que "protege frente a la infección por el SARS-CoV-2, evitando
 que el virus se replique tanto en el pulmón como en el cerebro, así 
como de la patología asociada (daño pulmonar y cerebral y ausencia de 
tormenta de citoquinas, entre otros)".
 
El CSIC no cobrará regalías
 por la explotación de su vacuna siempre que se fabrique para países 
incluidos en la lista de países con ingresos bajos o medios.
 
La transferencia de conocimiento se llevará a cabo a través de la un 
acuerdo con la organización de salud pública Medicines Patent Pool (MPP,
 por sus siglas en inglés), bajo supervisión de la OMS, que facilitará 
que esta tecnología avance a ensayos clínicos y llegue a los países más 
necesitados.
 
Tras 
los test serológicos de coronavirus, es la segunda vez que el CSIC cede 
una tecnología a través de la iniciativa Covid-19 Technology Access Pool
 (C-TAP) promovida por la OMS para facilitar al acceso igualitario a 
tecnologías sanitarias para paliar este virus y servir a la sanidad 
pública.
 
«Para
 el CSIC, es un honor seguir colaborando con la Organización Mundial de 
la Salud y con la iniciativa de la ONU Medicine Patent Pool para hacer 
llegar las tecnologías sanitarias de la covid-19 a todos los países que 
las necesiten, y especialmente a los países en vías de desarrollo», 
señala la presidenta de la institución investigadora española, Eloísa del Pino, en un comunicado.
 
Este
 acuerdo de licencia con la organización MPP, socio implementador de la 
iniciativa C-TAP de la OMS, abre la posibilidad de encontrar aliados en 
terceros países para avanzar hacia los ensayos clínicos con esta vacuna y
 que en el futuro sea una alternativa a las opciones de vacunación 
covid-19 autorizadas en todo el mundo, especialmente, en países de 
menores recursos.
 
El
 desarrollo de la producción industrial de la vacuna de Arriaza y 
Esteban bajo estándares de calidad se ha realizado a través de la 
colaboración del CSIC con la empresa española Biofabri.