MADRID.- Los dos informes de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y 
Acreditación (ANECA) —dependiente del Ministerio de Educación— sobre el 
máster de ingeniero de Caminos de la Universidad Católica de Murcia 
(UCAM) son contundentes: “No garantiza ejercer la profesión con 
garantías”. A pesar de esto, la Administración murciana permitió el 
pasado curso su celebración, aunque llegó a anunciar que no se volvería a impartir
 el primero de los dos años de esa titulación, imprescindible para poder
 firmar proyectos de ingeniería, según publica hoy 'El País'. 
Pese a todo, la UCAM no tiene intención
 de cancelar el próximo curso. Ya ha abierto el plazo de matrícula. Algo
 que terminado por enervar al Consejo Interuniversitario —que agrupa a 
todos los campus murcianos y al Gobierno—, que ha criticado duramente la
 postura del centro privado. Reproches que llegan sobre todo de las 
universidades públicas que la rectora de la UCAM, Josefina García 
Lozano, se apresuró a zanjar: el Consejo es un órgano consultivo y su 
opinión no vale si el Gobierno murciano piensa lo contrario.
Construir un puente o una carretera tiene consecuencias y, por ese 
motivo, la ANECA y el Colegio de Caminos, Canales y Puertos controlan a 
fondo los planes de los centros que imparten este posgrado obligatorio 
para trabajar de ingeniero. “Hacemos un análisis técnico y si es 
negativo, la Administración, en este caso la murciana, es la encargada 
de decidir si sigue abierto”, explica Rafael van Grieken, director de la
 ANECA. La agencia aprobó el máster, sobre el papel, en 2011, pero 
“saltaron las alarmas cuando, en el seguimiento del proyecto, se vio que
 había una desviación notable del proyecto original”.
En junio de 2012, después de la denuncia del colegio profesional, la 
ANECA hizo un seguimiento in situ de la implantación del máster —del que
 ya se había impartido el primer año—. Los expertos determinaron que el 
título estaba muy lejos de cumplir los requisitos mínimos de calidad. No
 contaba con profesorado a tiempo completo ni doctores en ingeniería 
civil (tan solo uno). El horario presencial —concentrado en el fin de 
semana— no parecía tampoco el más adecuado para asimilar tanta materia; y
 en unos laboratorios muy rudimentarios. Murcia pareció reaccionar con 
severidad reclamando a la rectora en una carta “de forma inmediata, la 
copia de los contratos suscritos con los profesores”. Pero la reprimenda
 quedó ahí. En octubre el Gobierno regional anunció que se suspendía el 
curso de 1º y que los de 2º año recibirían un complemento de las 
materias deficientes.
“Tememos que, con la proliferación del grado y del máster de 
Ingeniería Civil, decaiga la calidad y por eso las demarcaciones del 
colegio están muy vigilantes”, explica Antonio Papell, portavoz del 
Colegio de Ingenieros de Caminos. “Murcia es el caso más significativo, 
pero puede que no sea el único. Nos preocupan sus doctores. De los 
cuatro que aparecen en la publicidad oficial dos tienen más de 80 años y
 dos no forman parte”. La UCAM alega que el colegio profesional alertó 
del posgrado porque parte de su directiva da clase en la Politécnica de 
Cartagena. Van Grieke, sin embargo, deja claro que sus expertos “no 
tienen ningún conflicto de intereses en Murcia”.
Tras el varapalo, la UCAM hizo algunos cambios y la comisión retornó 
en enero. Entonces vio que las clases seguían concentradas casi en dos 
días, que su profesorado carece aún de “una trayectoria docente e 
investigadora amplia”, y que las líneas de investigación son casi 
inexistentes. En cambio, la agencia alabó la mejora “ostensible” en 
laboratorios, aunque recordó que seguían siendo “deficientes” en 
ingeniería estructural.
La UCAM, fundada por el neocatecúmeno José Luis Mendoza, prefiere 
responder por escrito. Recuerda que aprobaron el proyecto en 2011 y 
asegura contar con 17 doctores. La agencia habla, en cambio, de “tres 
jóvenes ingenieros con grado de doctor que difícilmente lograrían una 
acreditación ANECA como profesores de universidad privada”. Otras 
fuentes aseguran que en el centro las actas las firman jubilados que no 
imparten clase. “En una universidad pública se conoce el profesorado. En
 las privadas tienes que creerte lo que dicen. No hay verificación”, se 
lamenta José Antonio Franco, rector de la Politécnica de Cartagena. 
Su 
máster de Caminos empezó el curso pasado con 12 alumnos, que crecerán a 
medida que se imparta el grado. ¿Por qué en la UCAM hay 70 pagando 8.000
 euros? Franco lo achaca a sus pocas clases presenciales y a sus 
programas pasarela para que los arquitectos técnicos se conviertan en 
superiores. La UCAM patrocina con insistencia este máster. Incluso ha 
colgado en Internet 11 minutos de vídeo en el que se describen los 
medios con todo lujo de detalles. Supuestamente sus prácticas se 
completan “con los laboratorios de alto nivel de empresas”.
El Gobierno murciano rehúsa hacer declaraciones. Se escuda en una 
“reordenación interna de responsabilidades”: Universidades, que dependía
 de la Consejería de Industria, Empresa e Innovación, ha pasado esta 
semana a manos de Educación.
La tercera visita de certificación tenía que haberse producido en 
junio, pero por “problemas de comunicación” se ha retrasado a 
septiembre. El rector de la Politécnica hace un pronóstico: “Tengo mis 
dudas de que sirva de algo. Las mejoras en las instalaciones son más una
 cuestión de imagen que un propósito de impartir un máster con 
profesorado formado, en un entorno de investigación y con un programa 
con rigor”.
Un campus muy ligado al Vaticano y al PP
Para los socialistas murcianos el Gobierno regional del PP da un 
trato de favor a la Universidad Católica de Murcia (UCAM) por sus 
estrechos vínculos políticos. Jaime Mayor Oreja es honoris causa por esa
 institución y José María Aznar aceptó, en 2009, presidir una cátedra de
 Ética. El consejero de Presidencia del Gobierno murciano, Manuel 
Campos, ha sido, por ejemplo, director de su Escuela de Práctica 
Jurídica.
La UCAM nació en 1997, respaldada por el Vaticano, con 600 alumnos. 
Va por 10.000 en Murcia y dice haber abierto campus en La Habana. 
Además, pretende establecerse en San Juan (Alicante) con 10 nuevas 
titulaciones. Ese municipio, del PP, le ha cedido 50.000 metros 
cuadrados de suelo ampliables. La inversión inicial será de entre 30 y 
40 millones. La noticia no ha gustado a los tres rectores de las 
universidades alicantinas. Consideran que habría que racionalizar la 
oferta existente, no fomentar la competencia. 
A Adela de la Calle, 
presidenta de la Conferencia de Rectores y del campus de Málaga, tampoco
 le agrada la idea de que la UCAM se implante en su ciudad, cuyo 
Ayuntamiento se comprometió, en 2009, a destinar la vieja cárcel a uso 
social.
El dueño de la UCAM, el neocatecúmeno José Luis Mendoza, afirma que 
ha dado 49 millones de euros en 15 años al Vaticano y a obras 
religiosas. Su universidad no depende del Obispado, sino que tiene línea
 directa con Roma. Uno de sus cheques a Roma, por valor de 100.000 
euros, apareció en manos de El Cuervo, el mayordomo del Papa que fue 
detenido.
En 2011, Italia denunció a España a la Comisión Europea al detectar 
que 1.400 abogados italianos recién licenciados se habían colegiado para
 ejercer tras haber pagado 3.000 euros a la UCAM. Todos habían hecho un 
curso por Internet y pasado después un examen en Murcia.
La denuncia no prosperó. Mendoza ha comprado un equipo de baloncesto 
de Primera División y patrocina a 200 deportistas, entre ellos los 
medallistas olímpicos: Mireia Belmonte y David Cal.

 
 


