ALICANTE/MADRID.- La Audiencia Nacional celebrará a partir del próximo 22 de enero el primer juicio contra dos directivos de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), que sentará en el banquillo de los acusados al exdirector general de la entidad, Roberto López Abad, y al expresidente de la Comisión de Control, el murciano Juan Ramón Avilés, por supuestas irregularidades en el cobro de dietas y la concesión de créditos de 18,9 millones de euros a este último.
El calendario aprobado por la Sección Cuarta de la Sala de 
lo Penal, que preside la magistrada Ángela Murillo, establece que las 
sesiones se prolongarán también durante los días 26, 27 y 28 de enero y el 12 y 16 de febrero de 2015, según informaron fuentes jurídicas.
La Fiscalía Anticorrupción solicita una pena de cuatro años de cárcel
 y una multa de 90.000 euros para López Abad, director general de la 
entidad desde 2001 hasta su nacionalización en 2011, por apropiación 
indebida o, alternativamente, tres años de prisión por un delito 
societario continuado. Para Avilés pide dos años y medio de prisión por un delito de otorgamiento de contrato simulado en perjuicio de tercero.
También pide que el Banco Sabadell, que adquirió la Caja por el precio simbólico de un euro, reciba una indemnización de 1.494.029 euros
 que tendrán que abonar de forma solidaria López Abad, Avilés y otros 18
 miembros de la Comisión de Seguimiento y Control de la Tenedora de 
Inversiones. Esta sociedad, participada al cien por cien por la CAM, se 
creó, según la Fiscalía, para que los directivos pudieran cobrar dietas irregulares, que oscilaron entre los 9.000 y los 308.700 euros que se asignó Avilés.
Por su parte, la CAM solicita, a través del Fondo de Restructuración Ordenado Bancario
 (FROB), una pena de seis años para López Abad y de diez para Avilés, 
además de la imposición de sendas multas de 146.000 euros y el pago una 
indemnización de cinco millones de euros que se destinaría al Fondo de 
Garantía de Depósitos (FGD).
Juan Ramón Avilés, y el exdirector general, Roberto López Abad se enfrentan a penas de hasta 16 años y medio de cárcel por delitos de apropiación indebida, administración desleal, delito societario y otorgamiento de contrato simulado en perjuicio de terceros, al haber cobrado supuestamente, dietas irregulares y créditos indebidos por más de 22 millones de euros.
Juan Ramón Avilés, y el exdirector general, Roberto López Abad se enfrentan a penas de hasta 16 años y medio de cárcel por delitos de apropiación indebida, administración desleal, delito societario y otorgamiento de contrato simulado en perjuicio de terceros, al haber cobrado supuestamente, dietas irregulares y créditos indebidos por más de 22 millones de euros.
En su escrito por el que decretó la apertura de juicio oral, el juez 
instructor, Javier Gómez Bermúdez, fue más allá que la Fiscalía 
Anticorrupción. Atendió la petición del FROB y de la plataforma de 
afectados y acusó a López Abad y a Avilés de apropiación indebida, administración desleal y delito societario. 
Además, también acusó de un delito de otorgamiento de contrato simulado
 en perjuicio de terceros a Avilés, por lo que las penas de cárcel a las
 que podrían enfrentarse los acusados oscilan entre los 14 años para 
López Abad, y los 16 y medio para Juan Ramón Avilés, frente a los 4 y 
los 2.5 años respectivamente, solicitados por Anticorrupción.
El juez también ordenó para ambos el pago de una fianza de responsabilidad civil de 8.500.000 euros.
 Un total de 6.600.000 euros para Juan Ramón Avilés, y 1.900.000 euros 
de fianza solidaria en su caso junto a los otros directivos que 
percibieron dietas irregulares, para Roberto López Abad.
Según la Fiscalía Anticorrupción y el FROB, los dos antiguos dirigentes de la CAM se adjudicaron dietas desorbitadas,
 que en el caso de Avilés superaron los 300.000 euros, quien además 
recibió créditos de forma indebida por más de 22 millones de euros.
Según la Fiscalía, Roberto López Abad creó la Comisión de Control de 
Tenedora de Inversiones -una sociedad participada de la CAM-, como "mero
 y burdo instrumento ideado por el acusado para permitir que sus miembros cobraran emolumentos muy superiores a los que tenían derecho".
El fiscal relata que de "una dieta anual única" de 8.200 euros en 
2005, se pasó a partir de 2008 a dietas de "80.000 euros anuales para el
 presidente, 40.000 para vicepresidente y secretario, y 20.000 para el 
resto" del consejo. Y ello a pesar de que durante las 16 reuniones 
celebradas hasta la supresión de la Comisión de Control de TI en 
septiembre de 2011, la "actitud de los miembros fue pasiva, limitándose a escuchar informaciones del administrador sin una sola aportación sustantiva".
En total, los 21 miembros del consejo de la Comisión de Control de TI percibieron 1.494.029 euros, de los que Juan Ramón Avilés cobró 308.700 euros.
 El fiscal propone que todos, salvo dos fallecidos, tengan que 
indemnizar con idéntica cantidad al actual propietario de la CAM, el 
Banco de Sabadell, quien adquirió la Caja por el precio 
simbólico de 1 euro.
El FROB por su parte entiende que la gestión de López Abad y Avilés 
provocó un agujero de 4.9 millones y quiere que abonen esa cantidad como
 indemnización. Además, al contrario que la Fiscalía, reclama que el dinero no se pague al Sabadell sino al Fondo de Garantía de Depósitos para compensar los 5.249 millones del erario público que fueron necesarios para rescatar la CAM.
La Fiscalía Anticorrupción, al igual que
 la acusación particular del 
FROB, también detalla los créditos supuestamente irregulares obtenidos 
por el expresidente de la Comisión de Control de la CAM y de TI. 
Alrededor de 22 millones de euros, gran parte de los cuales nunca 
debieron ser concedidos porque eran "dudosos por morosidad",
 según el Ministerio Público. 
Pero 
la caja alicantina no solo se los 
concedió, sino que lo hizo en "condiciones muy favorables". Recuerda 
Anticorrupción que Avilés tenía que haber abandonado sus cargos en la 
Caja para poder recibir estos créditos y que además, utilizó a su 
esposa, a su hijo y a una hermana como testaferros para "evitar el 
control externo del Instituto Valenciano de Finanzas" de la Generalitat 
valenciana, y obtener de forma supuestamente irregular créditos ICO por 
1.160.000 euros. También consiguió un préstamo del ICREF (el ICO de 
Murcia) por 1.869.479 euros de forma supuestamente irregular.

 
 

