VALENCIA.- Banco Mare Nostrum (BMN), inmerso en conversaciones cruzadas con ese 
grupo de entidades financieras medianas surgidas de la unión de cajas de
 ahorros que han de protagonizar, según anunció el pasado lunes el 
ministro de Economía, Luis de Guindos, fusiones inmediatas, no ve tan 
próximas esas operaciones y, según explicaron al diario 'Levante' fuentes
 oficiales del grupo liderado por Caja Murcia, tan es así que su 
prioridad sigue siendo la puja por el Banco de Valencia. Antes de que el
 27 de mayo finalice el plazo para la presentación de ofertas 
vinculantes por la entidad valenciana, BMN descarta que haya alguna 
fusión en la que participe.
Hace una semana, el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez, 
mantuvo un encuentro con los presidentes de BMN, Liberbank, Unicaja e 
Ibercaja en el que les planteó la necesidad de que se fusionen para dar 
lugar a nuevos grupos con  de al menos  150.000 millones de activos o 
incluso a uno solo que llegaría a los 270.000 sumando a los cuatro. Esta
 última posibilidad, según BMN,  es inviable por el distinto grado de 
integración de cada uno de los grupos, todos ellos surgidos de la unión 
de diferentes cajas de ahorros. 
Así, mientras BMN y Liberbank se 
constituyeron en 2010, las últimas operaciones protagonizadas por la 
andaluza Unicaja y la aragonesa Ibercaja son de hace apenas unas 
semanas, cuando la primera absorbió Caja España/Duero y la segunda Caja 
3.
De ahí que la opción con mayores posibilidades de concretarse sea la unión de dos grupos, siempre que los personalismos -es decir, la voluntad de los distintos presidentes de no perder poder- no aboquen al fracasa a las conversaciones. Aunque unos lo emparejan con Unicaja y otros con Ibercaja, lo más plausible -los tanteos ya se han producido- es que BMN y Liberbank estén intentando reeditar la alianza que no prosperó en 2010. Además de tener zonas de ubicación preferente diferenciadas -el primero en el Mediterráneo y el segundo en el Cantábrico y el centro-, ambos grupos comparten su interés por hacerse con el Banco de Valencia.
De ahí que la opción con mayores posibilidades de concretarse sea la unión de dos grupos, siempre que los personalismos -es decir, la voluntad de los distintos presidentes de no perder poder- no aboquen al fracasa a las conversaciones. Aunque unos lo emparejan con Unicaja y otros con Ibercaja, lo más plausible -los tanteos ya se han producido- es que BMN y Liberbank estén intentando reeditar la alianza que no prosperó en 2010. Además de tener zonas de ubicación preferente diferenciadas -el primero en el Mediterráneo y el segundo en el Cantábrico y el centro-, ambos grupos comparten su interés por hacerse con el Banco de Valencia.
Las mencionadas fuentes de BMN aseguran, no obstante, que, antes del 27 
de mayo no habrá ninguna fusión en la que participe este grupo, 
principalmente porque las conversaciones -"de todos con todos"- no han 
sido oficiales y todavía "no se han hecho números". Pero, claro, hay dos
 inconvenientes si no tomamos en consideración el relevante empuje del 
Gobierno: el Banco de España tardará quince días desde el 27 en 
adjudicar el Banco de Valencia a la mejor oferta presentada y el 31 de 
mayo concluye el plazo  que establece el Real Decreto para que las 
entidades comuniquen sus planes de integración si quieren acceder al 
régimen especial de fusiones, que permite dotar las provisiones en dos 
años y contra capital, así como acceder a ayudas públicas del FROB 3.
Así las cosas, los plazos y la estrategia de BMN no cuadran, a no ser que la fusión se precipite -Ibercaja, otra novia para Mare Nostrum, también estaba interesado en el Banco de Valencia- y la entidad en su día controlada por Bancaja/Bankia deje de pronto de ser la principal prioridad, en especial si tenemos en cuenta que en estos momentos los responsables de la entidad liderada por Caja Murcia se encuentran revisando a fondo sus cuentas y empiezan a conocer las ayudas que obtendrían si fuera el adjudicatario. Podría concretar una fusión y esperar a ver si luego suena la flauta del Banco de Valencia, en su caso o el de su socio.
Así las cosas, los plazos y la estrategia de BMN no cuadran, a no ser que la fusión se precipite -Ibercaja, otra novia para Mare Nostrum, también estaba interesado en el Banco de Valencia- y la entidad en su día controlada por Bancaja/Bankia deje de pronto de ser la principal prioridad, en especial si tenemos en cuenta que en estos momentos los responsables de la entidad liderada por Caja Murcia se encuentran revisando a fondo sus cuentas y empiezan a conocer las ayudas que obtendrían si fuera el adjudicatario. Podría concretar una fusión y esperar a ver si luego suena la flauta del Banco de Valencia, en su caso o el de su socio.
Banco Mare Nostrum, Unicaja, Ibercaja y Liberbank son en este momento 
los cuatro grupos financieros con más posibilidades de concretar 
fusiones, siempre y cuando no salte la sorpresa con Bankia, considerada 
la piedra angular de la reforma de la reforma financiera. Con Banco de 
Valencia, Catalunya Caixa y Novagalicia Banco, el primero intervenido y 
los otros dos nacionalizados, en puertas de ser adjudicados a un 
competidor y con Caixa Ontinyent y Caixa Pollença firmes en su voluntad 
de seguir como las únicas cajas de ahorros que quedan, apenas quedan 
versos libres -Bankinter, Banesto (está en el Santander) o la Banca 
March- más allá de los citados cuatro grupos. Todos ellos han surgido de
 la unión de varias cajas de ahorros.  
 
 
