MADRID.-  El secretario de Estado de Medio Ambiente, 
Federico Ramos de Armas, ha señalado que "no se baraja" un nuevo 
trasvase del Ebro y que no es "una prioridad" para el Gobierno porque 
"hay muchas cosas que resolver antes".
   Ramos ha explicado que el Ministerio ha recogido "una herencia difícil" y 
antes que pensar en el trasvase "se necesita hacer otras cosas".
 "Hemos 
hablado del Plan Hidrológico Nacional y un gran Pacto Nacional sobre el 
Agua y primero hay que terminar con los planes de cuenca", ha indicado.
   Precisamente, en relación a los planes de cuenca, Ramos ha 
indicado que el compromiso que adquirió el ministro de Medio Ambiente, 
Miguel Arias Cañete, es que estén listos en diciembre de 2013. Según ha 
explicado, "luego se podrán mejorar" pero hay que entregarlos en dicha 
fecha "para que España pueda incorporarse a la segunda fase del proceso"
 sin cuentas pendientes.
   En este sentido, el secretario de Estado ha apuntado que "es 
triste" que en la última visita del comisario europeo de Medio Ambiente a
 España les asegurara que "no entendía como un país pionero en materia 
de agua y al que se le había tenido como ejemplo en muchas decisiones 
sea ahora tan incumplidor". 
"Este es el mensaje que nos dejó el 
comisario y el departamente hará todo lo posible para volver a la cabeza
 otra vez", ha apuntado.
   Del mismo modo, ha señalado que su departamento trabaja para que 
"España no sea el país al que siempre sancionan".
 "Estamos 
comprometidos", ha indicado Ramos, quien ha añadido que, al mismo 
tiempo, son "realistas" y saben que "España tiene por delante mucho 
desarrollo". A su juicio, está pendiente que el país mejore en 
fiscalidad verde y en buscar políticas que sean "más eficaces para 
proteger al ciudadano".
   Además, ha destacado que "la economía verde genera puestos de 
trabajo cualificados" y que es "un sector de futuro como demuestra que 
es el que menos destrucción de empleo ha sufrido en los años de crisis".
   Al respecto ha resaltado el trabajo realizado con el borrador de 
la Ley de Aguas, que el Gobierno espera tener listo en diciembre y que, 
según ha indicado, intentará fijar "un marco estable y seguro para que 
la inversión privada entre en agua".
 
