LORCA.- «Nunca pensé que algo así pudiera pasar en un hospital público», relata Ana, la joven lorquina que el pasado 19 de enero vivió una experiencia que califica de «surrealista y peligrosa». Con 48 horas de fuertes dolores abdominales y náuseas, decidió acudir a las urgencias del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia, donde los médicos confirmaron lo que ella temía: «Me diagnosticaron apendicitis aguda tras una ecografía abdominal», según cuenta El Lorquino.
Ana esperaba ser intervenida de inmediato, pero se encontró con una respuesta inesperada: «El cirujano de guardia dijo que no me operaban allí porque mi hospital de referencia era el Rafael Méndez de Lorca, por estar empadronada en Lorca». La sorpresa se tornó en indignación cuando le dieron el alta sin ofrecerle siquiera una ambulancia para el traslado.
«Tuve que irme en mi propio coche, con un dolor insoportable y el riesgo de que el apéndice estallara durante el trayecto», denuncia.
«Me sentí totalmente desamparada», confiesa. «Cuando tienes apendicitis, cada minuto cuenta. Y yo ya llevaba mala dos días».
Según explican los especialistas, el tiempo entre la aparición de los síntomas y la cirugía es crucial para evitar complicaciones graves como peritonitis o sepsis.
Afortunadamente, Ana llegó al hospital Rafael Méndez, donde fue intervenida de urgencia. «Pero lo que me hicieron en Murcia es muy grave. No se puede jugar así con la vida de las personas».
Tras lo sucedido, Ana ha decidido presentar una queja formal ante la Consejería de Salud, exigiendo una sanción para el cirujano que se negó a operarla. «Esto es una denegación de asistencia en toda regla. Creo que incluso podría ser un delito de omisión del deber de socorro», señala.
«Como usuaria y contribuyente del Servicio Murciano de Salud, tengo derecho a ser atendida en cualquier hospital de la Región o de fuera de ella, sin que me discriminen por algo tan absurdo como el empadronamiento», subraya.
Su familia, aún conmocionada, también lamenta lo ocurrido. «Nos sentimos impotentes pensando en lo que podría haber pasado», explica su madre.
«Un apéndice puede estallar en cualquier momento y generar complicaciones muy graves».
«No quiero que nadie más pase por esto», concluye Ana, quien espera que su denuncia sirva para evitar que se repitan situaciones similares.
«La salud no entiende de límites territoriales. Y los médicos deberían entenderlo también».
Esta redacción ha comprobado que aunque suele ser el procedimiento habitual, no es normal que no le hayan dispuesto una ambulancia para ser trasladada.
Solidaridad de Vox con Ana
El GP Vox en el Ayuntamiento de Lorca lamenta el abandono hospitalario que sufrió el pasado 19 de enero una lorquina, a la que se negó la atención sanitaria en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia pese a sufrir un grave caso de apendicitis aguda.
El centro médico rechazó atender a esta persona aduciendo que está empadronada en Lorca, y se limitó a derivarla al hospital Rafael Méndez sin proporcionarle medios sanitarios para el traslado.
"Nuestro grupo municipal se solidariza con esta conciudadana, un ejemplo más del profundo deterioro que viven nuestros servicios públicos.
Pagamos los impuestos de un país del primer mundo, con un nivel impositivo altísimo, pero recibimos unos servicios de muy baja calidad.
Nuestra legislación nos garantiza la sanidad pública al nivel de nuestros vecinos europeos, pero la realidad son las larguísimas listas de espera, las consultas saturadas o el abandono a su suerte del paciente, como es el caso de esta lorquina, obligada pese a su dolor y sufrimiento a trasladarse a otro hospital a más de 70 km de distancia.
La ineficiencia de nuestro sistema de salud es evidente.
¿Dónde queda el derecho a una sanidad universal en un país fragmentado y dividido? Han troceado la nación en comunidades autónomas, en circunscripciones sanitarias y en áreas de salud.
Esa división artificial genera situaciones tan absurdas como la de dejar sin asistencia a una lorquina en pleno ataque de apendicitis aguda solo por el hecho de estar empadronada en otra localidad.
Sin embargo, vemos cómo estas reglas se olvidan cuando se trata de prestar servicios médicos a inmigrantes ilegales, para los que en la práctica sí existe esa atención sanitaria universal, independientemente de donde se encuentren.
Esto evidencia como tristemente, el Gobierno está promoviendo que haya ciudadanos de primera y de segunda, dando cada vez más derechos a quienes entran ilegalmente a nuestro país.
Ante esta situación, pedimos a la Consejería de Sanidad que dé explicaciones sobre el abandono que sufrió esta lorquina, y especifique cuándo un cuadro médico se considera lo suficientemente grave como para merecer asistencia sanitaria en otro municipio.
Nosotros
abogamos por una sanidad verdaderamente universal para los españoles,
residan donde residan, sin construir muros invisibles y artificiales
entre las diferentes partes de España. Solo así se construye una
nación".