MADRID.- El caudal de los ríos españoles ha descendido  en los últimos 60 años, especialmente en las cuencas del Guadiana y el  Segura, que han disminuido más de un 3% anual respecto al  caudal medio entre 1945 y 2005, según un estudio de investigadores del  Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
   Así, el estudio advierte de que esta tendencia negativa podría  acelerarse durante el siglo XXI, tras analizar las tendencias en los  caudales de 187 cuencas fluviales de la Península Ibérica entre 1945 y  2005.
   Los resultados de la investigación indican un descenso  generalizado de los caudales anuales, de invierno y primavera en la  mayor parte de las cuencas ibéricas.
   Además, el estudio, que ha sido publicado en la revista Journal Of  Hydrology apunta que el cambio climático es una de las posibles causas  de este descenso. 
   En este sentido, el investigador del CSIC del Instituto Pirenaico  de Ecología Sergio Vicente explica que el descenso generalizado de los  caudales podría asociarse a la disminución de las lluvias y al aumento  térmico observados en las últimas décadas, ya que la tendencia negativa  se ha observado tanto en los tramos de ríos regulados como en los no  regulados.
   "Es más, el proceso podría acelerarse durante el siglo XXI de  acuerdo a las proyecciones climáticas de los actuales modelos de cambio  climático para la Península Ibérica", ha apostillado.
   Asimismo, habría más causas que el cambio climático en este  fenómeno, como los cambios en los usos y cubiertas del suelo, que  también juegan un "papel importante en la disminución del caudal de las  cuencas ibéricas".
   En este contexto, ha añadido que la investigación destaca el  abandono generalizado de campos de cultivo y de pastos en las zonas de  montaña en la segunda mitad del siglo XX, y la colonización de estas  áreas por parte de bosques y matorrales, que hacen que aumente la  infiltración, la intercepción y la evapotranspiración directa por parte  de la vegetación, lo que disminuye la generación de escorrentía y las  aportaciones a los ríos.
   La investigación expone también que la expansión de las  superficies irrigadas, que implican un mayor consumo de agua en zonas  donde la evaporación directa y la transpiración de los cultivos son  altas, el aumento de la demanda de agua para el abastecimiento de  poblaciones, el mayor gasto de agua por habitante y el incremento del  consumo hídrico por parte de las actividades industriales y turísticas  son otras de las posibles causas que a las que apunta el estudio.
   Por eso, las cuencas más afectadas son las de Segura y Guadiana,  ya que los efectos negativos no afectan a todos los ríos ibéricos del  mismo modo.
   Concretamente, en la cuenca del Segura y en un tramo de la del  Guadiana el descenso anual del caudal ha sido superior al 3 por ciento  anual respecto a la media de la segunda mitad del siglo XX. Por su  parte, en el resto del Guadiana, el Júcar y la primera mitad del Tajo,  el descenso anual se ha situado entre el 1 por ciento y el 3 por ciento  anual respecto a la media.
   Por estaciones, durante la primavera, cerca de la mitad de la  cuenca del Guadalquivir y más de un cuarto de la del Guadiana han bajado  su caudal en más de un 3 por ciento anual respecto al valor medio;  mientras que en otoño y en invierno zonas de Galicia, Norte de Castilla y  León, baja cuenca del Tajo, este de Andalucía y nordeste de Madrid  aumentaron la cantidad de agua de sus ríos entre un 1 por ciento y un 3  por ciento, respecto a la media hídrica durante dichas estaciones.
   Mientras, en invierno baja el caudal de los ríos porque los  embalses almacenan agua para satisfacer las demandas estivales, lo que  genera grandes diferencias estacionales.
   El investigador añade que las zonas donde el caudal ha aumentado  están influidas principalmente por dos factores: un cambio en el régimen  de precipitaciones, traducido en un cierto aumento de las lluvias en  Otoño, y cambios en el régimen fluvial como consecuencia de la  regulación de las cuencas mediante embalses.
    Finalmente, destaca que desde 1945 se han producido "importantes  cambios" en los regímenes fluviales. "Se ha comprobado que la regulación  hídrica, mediante presas y embalses, no afecta al signo de las  tendencias encontradas, pues éstas son negativas de forma generalizada,  pero sí a la magnitud de los cambios, dado que son las cuencas más  reguladas las que presentan los descensos más marcados", subraya  Vicente.
2 comentarios:
Vuelta la burra al trigo. En el caudal del río influye la forma de llover o nevar ahora, las colas de pez que han puesto en todas las ramblas para evitar la erosión, donde el agua se infiltra en el terreno y no circula por el río..etc. Pero no confundir, con la lluvia. Llueve lo mismo que hace 40 años. Entonces, ¿a dónde va el agua de lluvia, si no va al río?. Se la traga la tierra. Es el agua que no vemos, pero existe.
Al estudio le falta la parte de aguas subterráneas, que lo bordaría. Es aquí donde debe de profundizar Murcia, y dejarse de "agua pa tós" que al final es "agua pa quien la pague".
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