MADRID.- La incontinencia verbal ha vuelto a jugarle una muy mala pasada al flamante ministro de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. Miguel Arias Cañete  parece que, doce años después, no ha aprendido la lección. Su  declaración de intenciones de revertir prácticamente todos los escasos  avances ambientalistas conseguidos durante las dos legislaturas  zapateristas, en la mejor línea ideológica del tradicional  reaccionarismo español, ha sido seguida por su declaración de retomar el  Plan Hidrológico Nacional (PHN) que en su día hizo el Gobierno de José María Aznar sin consenso y valiéndose exclusivamente de la mayoría absoluta de que gozó en su segunda legislatura (2000-2004), según publica hoy http://www.cuartopoder.es.
Además, el ministro parece dispuesto, a tenor de sus propósitos declarados, a que la reedición de la Guerra del Agua  que ocasionará si lleva adelante su propuesta afecte también a su  propio partido. En su ánimo parece pesar muy mucho la frase más  escuchada en los cenáculos populares de Valencia y Murcia la  aciaga noche del 14 de marzo de 2004, cuando el PP perdió inopinadamente  las elecciones generales: “Nos hemos quedado sin Trasvase del Ebro”.
Doce años después, la nueva entrada de elefante en cacharrería hidrológica de Arias  solo ha suscitado reacciones favorables en esas dos comunidades. De  momento, la mismísima secretaria general del PP y presidenta de  Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, salió el viernes al paso  del trasvasismo del ministro, al menos en lo que a su comunidad se  refiere, diciendo que no ve posible una transferencia de agua desde el  Tajo medio al Segura. A partir de ahí, habrá que aclarar quién es más  influyente en Mariano Rajoy: el ministro o la secretaria general del partido.
Sin olvidar que los populares extremeños tienen tan difícil  apoyar esa solución desde el embalse de Villacañas como los aragoneses  dar su aprobación al envío de agua del Ebro hacia el sur. O los  catalanistas de Artur Mas hacer lo propio. Si se producen esas aquiescencias, el terremoto político interno en el PP puede ser terrible.
Antes de llegar a ese punto, habría que aclarar necesariamente algún  otro extremo. El primero y principal es el de cómo piensa el titular de  Agricultura que se va a financiar el trasvase que está proponiendo  implícitamente en su propuesta expresada en el Congreso de los  Diputados. No nos llamemos a engaño. Cuando el PP habla de PHN, está  hablando de trasvase o trasvases. Y esas obras de mastodóntica  ingeniería tienen un coste enorme en términos dinerarios estrictos,  dejando a un lado los ambientales.
En su día, se calculó que la ejecución de la obra para canalizar agua  desde el Ebro hasta el Segura costaría unos 4.000 millones de euros. Y  esa cantidad no incluiría otros costes derivados como los necesarios  para regulación, administración, energía, etcétera. En el caso del Tajo  medio, los costes serían menores pero también importantes, aunque no  existen tantos estudios y tan detallados como en el supuesto anterior.
El ministro Arias Cañete haría bien en explicar a sus compañeros de gabinete Luis de Guindos (Economía) y Cristóbal Montoro  (Hacienda) cómo piensa obtener la financiación necesaria para ejecutar  la obra en un entorno como es el actual: crisis económica galopante en  Europa, gravísima en España e imposición de objetivos de déficit que  llevan a la depresión económica a corto y medio plazo.
No cabe la menor duda de que el titular de Agricultura no debe haber  contado con la opinión de sus dos compañeros citados antes de tirarse a  la piscina del trasvase para las fieles comunidades de Valencia  y Murcia. Es su estilo, pues llegados a este punto y para demostrarlo  conviene reproducir íntegra la frase tan famosa que se le ha recordado  sólo parcialmente tras su paso por la tribuna del Congreso y que fue  pronunciada en septiembre del año 2000 en Jumilla (Murcia), referida al  Trasvase del Ebro que el PP incluía en su PHN de entonces:
“No, salir, sale por cojones… Porque el  Plan Hidrológico o sale en  esta  legislatura o no sale nunca. Porque pasan dos cosas: que tenemos  mayoría y hemos perdido en Aragón. Yo se lo digo ahora que va a ser así.  Esta vez sale por narices…En diciembre sale de las Cortes y entra a  tramitarse la ley, que va a ser un paseo militar. Tenga usted la  seguridad que el presidente ha dicho en el Consejo de Ministros -estando  yo– que esto salía por huevos”.
No sabemos, todavía, si Rajoy ha dicho delante de Arias Cañete algo similar a lo que en su día Aznar  dijo, según el ministro. Lo que puede pasar es que, mientras la bronca  sobre el agua y sus trasvases enrarece el panorama político –aunque todos lo nieguen–,  se ejecuten otros cambios reaccionarios como los también anunciados por  el titular de Agricultura relativos a la práctica totalidad de la  legislación ambiental española.
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