MADRID.- El presidente del Gobierno en funciones, José  Luis Rodríguez Zapatero, ha asegurado este lunes que no abandona el  cargo dejando a España al borde de la ruina, pues, según ha argumentado,  la deuda pública española está 20 puntos por debajo de la media europea  y el déficit público alcanzará el 6%, sólo "uno o dos puntos por encima  de la media europea".
   Zapatero, en declaraciones a ABC Punto Radio, ha precisado que "no es una afirmación correcta" decir que se va  de la Presidencia del Gobierno dejando a España al borde de la ruina.  "No sé entonces cómo se considera a países como Francia y Alemania", ha  añadido Zapatero, cuya deuda pública está muy por encima de la media  comunitaria.  
   El presidente del Gobierno en funciones ha subrayado que España  tiene activos para garantizar la estabilidad financiera y abordar la  creación de empleo, y ha advertido que no sería "objetivo" aproximarse a  lo que ha pasado en la economía española en los últimos tres años sin  tener en cuenta el contexto europeo.
   Además, Zapatero ha indicado que detrás de esta crisis se esconde  el avance de los países emergentes, sobre todo de los asiáticos, y la  pérdida de peso de Europa frente a ellos. Así, ha señalado que Europa y  los países desarrollados tienen ante sí un reto de "proporciones  gigantescas": ganar competitividad a los países emergentes.
   Preguntado por si pensó en dimitir en mayo de 2010, cuando tomó  fuertes medidas de ajuste para reconducir el déficit, entre ellas la  reducción del salario de los empleados públicos y la congelación  salarial de las pensiones, Zapatero ha afirmado que no dejó su cargo  "por sentido de la responsabilidad". 
   "Cuando uno afronta una situación que exige tomar decisiones  difíciles, costara lo que costara, las tiene que asumir, porque haber  puesto a nuestro país en aquel momento en un proceso electoral y no  tomar las decisiones hubiera sido un riesgo evidente", ha analizado  Zapatero.
   El presidente del Gobierno en funciones ha señalado además que  España no tuvo presión de los mercados para financiarse hasta el mes de  abril de 2010, cuando estalló la crisis griega. Zapatero ha explicado  que tomó medidas "duras y difíciles" y ha precisado que "sin aquellas  medidas de mayo, España no hubiera podido financiarse por sí misma".
   Respecto al acuerdo alcanzado por los líderes europeos la semana  pasada, Zapatero ha destacado el "avance importante" que, a su juicio,  ha supuesto que para usar el fondo de rescate no se necesite unanimidad,  sino una mayoría cualificada del 85%.
   Aunque ha admitido que el presidente electo, Mariano Rajoy, le  pidió que defendiera el 90% para permitir que España también tuviera  derecho de veto en la toma de decisiones sobre el uso del fondo,  Zapatero ha indicado que no ha tenido ningún problema con Rajoy al  respecto, porque él sabe que el 85% es la regla que se aplica en el FMI y  porque lo que le interesa a España es que el fondo de rescate sea lo  menos rígido posible. 
   En cuanto a la elevada tasa de paro española y sus promesas de que  España llegaría al pleno empleo, Zapatero ha indicado que el programa  electoral se elaboró antes de la caída de Lehman Brothers y de todo lo  que vino detrás. "Se me ha reprochado que no lo vi, lo asumo", ha dicho  el presidente en funciones, que ha recordado además que tampoco lo  vieron los organismos internacionales ni el PP, que hablaba también de  pleno empleo en su programa electoral.
   En cualquier caso, Zapatero ha apuntado que la economía española  tiene un problema estructural que hace que el paro se dispare en épocas  de crisis por encima del 20%. Para él se trata de un problema que va más  allá de la legislación laboral y, aunque espera que Rajoy "acierte" con  su reforma, ha insistido en que lo que falla es la estructura del  mercado laboral español.
   Preguntado por su relación con el gobernador del Banco de España,  Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y su papel durante la crisis, Zapatero  ha afirmado que su relación con Fernández Ordóñez es "normal-buena", ha  expresado su respeto por el gobernador, y ha resaltado tanto la  independencia de esta institución como la del Banco Central Europeo  (BCE).
    "El gobernador del Banco de España es el único cargo que nombra el  presidente del Gobierno, pero no lo puede cesar (...). Si uno compara  el número de grandes bancos, de bancos medianos, que en Europa han  tenido que ser intervenidos, el modelo de banca en España ha resistido  mejor que el de los grandes países", ha resaltado.
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