MURCIA.- La Asociación para la Conservación del Patrimonio de
la Huerta de Murcia (Huermur) ha alcanzado un importante hito con la
declaración del Puente de Hierro de Murcia como Bien de Interés Cultural
(BIC) en la categoría de Monumento.
Este logro culmina más de tres años
de esfuerzo desde que la entidad conservacionista presentó formalmente
la solicitud en noviembre de 2020 para proteger el segundo puente más
antiguo de la ciudad y su entorno en el río Segura. Una protección
cultural como BIC que se suma a la del Puente de los Peligros también
declarado como monumento en 2020 tras otra solicitud de Huermur, y que
es el viaducto más antiguo que se conserva en la ciudad.
La
declaración, aprobada por el Consejo de Gobierno de la Región de
Murcia, reconoce el valor histórico, arquitectónico y paisajístico del
puente inaugurado en 1902. Diseñado por el ingeniero Carlos Orduño, el
Puente de Hierro se caracteriza por su estructura de hierro roblonada,
una técnica destacada en la arquitectura industrial de la época. Este
elemento conecta el centro de Murcia con el Barrio del Carmen,
configurándose como un símbolo de modernidad en la transición hacia el
siglo XX.
El proceso no estuvo exento de
dificultades, ya que los retrasos acumulados por la Consejería de
Cultura obligaron a recurrir al Defensor del Pueblo para desbloquear la
tramitación. Además, Huermur subraya la importancia de proteger no solo
el puente en sí, sino también su entorno, que incluye elementos
históricos y paisajísticos que enriquecen el contexto cultural y visual
del monumento.
Desde Huermur, su presidente,
Sergio Pacheco, celebra este avance como un ejemplo de la importancia de
la defensa activa del patrimonio: “La declaración del Puente de Hierro
como BIC asegura su protección integral y evita proyectos que puedan
alterar su valor histórico y visual. Es un logro para Murcia que verá
garantizada la conservación de este importante patrimonio para futuras
generaciones.”
La Huermur reafirma su compromiso
con la preservación del patrimonio de la ciudad y la huerta, destacando
este hito como un paso fundamental en la protección de los bienes
culturales que representan la identidad histórica de Murcia.
Versión de la Comunidad Autónoma
El Puente Nuevo o de Hierro de la ciudad de Murcia ha sido declarado
Bien de Interés Cultural con carácter de Monumento por el Gobierno
regional, por ser considerado "uno de los grandes hitos constructivos de
su tiempo, al convertirse en el segundo puente que permitía cruzar el
río Segura a su paso por Murcia, algo que era tan necesario como
ansiado, pues la planificación de un segundo puente, a esa altura del
cauce, se contemplaba ya desde el siglo XVIII", según señaló la
consejera de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes, Carmen Conesa.
El Puente Nuevo es tenido por uno de los mejores ejemplos de la
introducción de nuevos materiales constructivos en el plano de la
arquitectura y la ingeniería en la Región. El hierro aportaba toda una
serie de facilidades técnicas y de nuevas posibilidades estéticas que
generaron un estilo propio, símbolo del progreso, y por ello este puente
representó la apertura de la ciudad de Murcia hacia el empleo de estas
nuevas técnicas y estéticas y, por tanto, hacia la modernidad.
Del mismo modo, es testigo de la evolución urbanística y del
implemento de medidas para la mejora en aspectos de comunicación y
circulación ante el aumento de la población, del tráfico rodado y de las
constantes visitas desde pedanías, ciudades y comunidades vecinas.
El puente se situó, además, en un emplazamiento que reunió gran parte
de la vida social y cultural de la ciudad en su tiempo, al cruzar sobre
el Parque de Ruiz Hidalgo, hoy desaparecido tras el encauzamiento del
río a su paso por el centro de la ciudad.
Además, su localización, entre
las actuales plazas de la Cruz Roja y de los Voluntarios, lo sitúa en
uno de los principales puntos de unión entre el centro histórico de la
ciudad y los barrios emplazados al sur del mismo, generando puntos de
conexión antes inexistentes.
No fue hasta finales del siglo XIX cuando por iniciativa de López
Puigcerver, por aquel entonces ministro de Fomento, se emprendió el
proceso de construcción definitivo, tras un primer intento baldío a
mediados del XVIII.
Bajo proyecto del ingeniero Carlos Orduña, se inició
la construcción de un puente adaptado a los nuevos tiempos, un puente
de hierro que persiguió, como uno de los objetivos principales, unir la
carretera Murcia-Alicante por el Alto de las Atalayas con la carretera
de Andalucía.
Las obras se desarrollarían desde abril de 1893 hasta octubre de
1901, a cargo de la empresa constructora Sociedad Material para
Ferrocarriles y Construcciones de Barcelona, y finalmente se abriría al
tráfico en enero de 1902.
En origen contaba con varios tramos que
llegaron a alcanzar los 152 metros de longitud. En la actualidad solo se
conserva el tramo central y el arranque de los laterales en los
extremos, al ser cubierto el resto por las obras de encauzamiento del
río a primeros de los años 60 del pasado siglo.
La última de las actuaciones en este Puente de Hierro se llevó a cabo
entre 2002 y 2003, atendiendo a un acuerdo de 2001 entre el
Ayuntamiento de Murcia y la Consejería de Turismo y Cultura para la
Restauración del Puente de Hierro y el acondicionamiento de su entorno,
debido a que se encontraba en estado de ruina estructural a causa de la
corrosión. La voluntad de conservar en la restauración los elementos
originales, y las normas aplicables hoy al tráfico rodado en viaductos,
determinaron su cierre al tráfico.