La segunda, la MCT,
histórico organismo funcionarial con sede en Cartagena, es una entidad
pública económicamente saneada que suministra agua en alta a 79
municipios de Murcia
y Alicante y en los que viven unos 3 millones de personas en verano. Y
por ello, “codiciada
presa” que aún “se resiste” a los intereses mercantilistas nacionales y
europeos que entienden el agua únicamente como negocio y no como derecho
básico y fundamental de la sociedad.
A
este puzzle, que ahora tiene sobre la mesa el Ministro del ramo, hay que
añadir las
disputas territoriales con Castilla la Mancha por el trasvase Tajo
Segura, del
que la MCT distribuye para beber algo más de 100 millones de metros
cúbicos anualmente, lo que supone aproximadamente el 50 % de su demanda
actual. Ésta llegó a ser de 230 en pleno boom del
ladrillo (2008).
Amortizar esta hipoteca que tiene el río Tajo con las cuencas del Segura y del Júcar para abastecimiento de sus poblaciones, ahora que las desaladoras están paradas por falta de demanda, debe estar entre las prioridades del Ministerio de Agricultura por criterios geopolíticos y ambientales. Pues la foto del río Tajo del pasado verano, exiguo de caudal y con cientos de peces muertos en sus orillas, es algo que se intentará evitar a toda costa por la mala imagen que proyecta de una ciudad tan emblemática para la marca España como es Toledo. Un aumento del caudal disponible en estío favorecería la dilución de posibles vertidos incontrolados.
Dejar
las cosas como están, sin entrar en el proceloso mundo de intereses foráneos del lobbye del agua, que
presiona hacia su privatización y que siempre perjudican al bolsillo del
ciudadano, y sustituir el agua del Tajo por agua desalada de las
cuatro plantas de la MCT (unos 100
hm3/año) y comprar a ACUAMED otro tanto (de las desaladoras de
Valdelentisco y de las futuras de Torrevieja y Águilas), no tendría
inconvenientes técnicos pero si un elevado coste político por el elevado precio final del agua de grifo que sería rechazado por
la ciudadanía.
Entonces,
¿cómo compatibilizar la permanecía de la MCT como entidad de derecho público, encargada
de suministrar y velar por un bien, tan "de todos", como son esos 200
hm3 de agua
potable, con la acreditada garantía de cantidad y calidad, sin que esas
desaladoras -que todos hemos pagado y estamos pagando- se “enrobinen”
por falta de
demanda y sin que tenga que encarecerse el recibo del agua porque contribuyamos a la
mejora ambiental y ecológica del río Tajo?: Con verdades y con las aguas subterráneas de la propia cuenca del Segura.
Recordemos: ¿De dónde
echaba mano la MCT en los primeros años secos de este siglo XXI cuando no había desaladoras y
tenía que atender una demanda ya entonces de 2 millones de habitantes
con los escasos recursos propios del río Taibilla (unos 50 hm3 de media)
y los 100 del Tajo?: de las aguas subterráneas del Sinclinal de Calasparra y
de la cesión de derechos de pozos de particulares y de manantiales.
Cesión de derechos en encomienda de gestión que se ampliaron a algunos
de los nuevos pozos
construidos por la CHS en la sequía 2005-2008.
En
la cuenca del Segura, y como ya he dicho aquí repetidamente y como seguiré diciendo mientras viva, donde pueda y donde me escuchen, tenemos entre 500 y 800 hm3 anuales escondidos debajo de la
alfombra que no constan en el Plan Hidrológico del Segura y de los
que podemos bebernos unos cuantos. Es algo muy normal en el mundo entero
y concretamente en Europa esto de beberse las propias aguas
subterráneas que se almacenan en el subsuelo. No en vano ya dice la Directiva Europea 2006/118 que “Las aguas subterráneas son el recurso hídrico más sensible e importante
de la Unión Europea
y, en particular, son la fuente
principal del suministro público de agua potable".
El
precio
del agua subterránea captada junto al canal del Taibilla en distintos
puntos de su recorrido, con criterios de sostenibilidad medioambiental
(no como en
el caso de la foto de arriba) no superaría los 15 céntimos de euro por metro cúbico. Muy por debajo de los 50-60 que cuesta el de agua desalada.
Esta solución debe estudiarse precisamente
ahora, y no esperar, como siempre, a que venga una sequía como la pasada
2005-2008 para explorar con urgencia las aguas subterráneas desde Nerpio
en Albacete hasta Sierra Espuña en Aledo pasando por las Murtas en
Moratalla.
En
mi opinión, y para concluir, la solución a este puzzle pasa por:
A)
dejar tranquila a la MCT y que siga siendo un
organismo público como hasta ahora, al que se le permita, por ejemplo,
cubrir las vacantes de
personal en las potabilizadoras con facilidad, al que se le deje
desarrollar con normalidad el servicio público y vital que presta y se
le dote de una estructura más democrática y participativa para hacerlo
más permeable a la ciudadanía. B) Introducir el concepto “AGUA
SUBTERRÁNEA POTABLE”
en su gestión para no tener que repercutir en el recibo de las familias
el incremento del
coste que supondría fabricar y comprar más agua desalada en sustitución
de la del Tajo destinada a abastecimiento público.
La
MCT puede disponer en 2015 de unos 30 hm3 adicionales de aguas subterráneas de
acuíferos confinados de la propia cuenca del Segura y de 60 en 2020. La gestión conjunta del agua desalada, la del propio río Taibilla y la subterránea permitirá no incrementar el coste final del metro cúbico, mantener las desaladoras en producción y resolver, en parte, el problema medioambiental
del Tajo en verano a su paso por Toledo, entre otros impactos detectados en su recorrido.
(*) Hidrogeólogo
1 comentario:
Por ejemplo el rio Luchena ,unico rio de Murcia que nace en Murcia ,por Lorca y se cree que tiene unos 900 hm3 y nada se oye hablar de ese recurso que en teoria deberia ser publico.
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