
Así, citan a Javier Lloret, del departamento de Ecología e Hidrología de la UMU, quien sostiene que esto propiciará una proliferación de medusas. Asimismo, los investigadores consultados por Greenpeace señalan que "si las predicciones de cambio climático se hacen realidad, el estado actual de la laguna se podría colapsar por la proliferación de fitoplancton y microalgas flotantes".
El informe habla también de las medusas en otro apartado y, aunque apunta que "sus explosiones son una constante desde la década de los 90", considera que el descenso de las precipitaciones y el incremento de las temperaturas son fenómenos que agudizan el problema, "percibido como una plaga bíblica desde la industria del turismo".
En el Mar Menor se ha constatado, además, altos niveles de nutrientes, cuya entrada "tiene lugar a través de las ramblas, del drenaje, del vertido de salmueras y de los vertidos urbanos".
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