MADRID.- La plaga migratoria de langotas que está afectando a parte de los países
del centro de África podría llegar a España, "aunque no es fácil",
pero, de hecho, no sería la primera vez que langostas africanas llegan a la Península si encuentran las condiciones meteorológicas propicias, según ha explicado un científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (MNCN-CSIC).
El doctor Óscar Soriano, entomólogo e investigador
del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (MNCN-CSIC), ha señalado que
el final de la plaga que sufre África es "muy difícil" o casi imposible
de predecir porque dependerá de las condiciones climáticas, las
condiciones de las plantas y de las condiciones meteorológicas.
Además de que España no está exenta de este tipo de plagas, ha precisado que existen zonas endémicas de plagas. La langosta es generalmente una especie centroafricana y norteafricana, pero en la zona del aeropuerto de Barajas puede haber plagas de saltamontes.
Precisamente,
el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) considera que la
epidemia actual de langostas que sufre buena parte de África es "la plaga migratoria más peligrosa del mundo" ya
que el repunte de estos insectos que comenzó a finales de 2019 es la
peor en los últimos 25 años en Etiopía y Somalia y la peor de los
últimos 70 años en Kenia.
La langosta, que necesita de unas condiciones
meteorológicas, climatológicas y atmosféricas para proliferar como
plaga, puede provocar efectos devastadores cuando la especie se
comportan de forma gregaria, podría llegar a España, algo que ha
ocurrido en distintas ocasiones entre el siglo XI y el siglo XX según
recoge la publicación 'Las Langostas en España', que figura en la
biblioteca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y que
concluye que "una vez se manifiesta con toda su virulencia" es "muy
difícil de combatir".
La publicación relata todas las plagas de langostas registradas en España en
diez siglos e incluso recoge las hectáreas afectadas y los programas de
los distintos Gobiernos de España para hacer frente a las distintas
epidemias y los métodos para combatirla, desde con azúcar a gasolina, y a
partir de finales del siglo XIX, de acuerdo con la publicación, en
España se comenzó a hablar de lucha "biológica" contra las langostas a
través de las diputaciones provinciales de Cuenca y Ciudad Real que
comenzaron a fabricar un pienso realizado con harina y polvo de
cadáveres de langostas muertas. Incluso se llegaron a fabricar jabones a
base de langosta y aceite.
Las últimas plagas de la que se tiene constancia en España tuvieron lugar en 1987 y en 2006, por la llegada de langostas procedentes del norte de África.
Precisamente en el continente africano la próxima producción de las cosechas de mayo y junio en algunas partes de Kenia, Etiopía y Somalia
peligra ante las nuevas oleadas de enjambres de langosta del desierto,
una situación que amenaza la alimentación de pequeños agricultores y sus
familias, según recuerda el PMA de la ONU.
De
hecho, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura
(FAO) ya advirtió el pasado mes de febrero que los enjambres de
langostas se estaban extendiendo a una amplia zona que en la actualidad comprende a Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda.
De
acuerdo con el índice de control de seguridad alimentaria, más de 13
millones de personas en el este de África tienen carestía de alimentos y
no todas en la ruta de enjambres pero la ONU estima que unos 9,7 millones de personas pueden verse afectadas por esta plaga en Kenia, Etiopía y Somalia y otros 3,2 millones de habitantes en Uganda y Sudán del Sur.
El
PMA estima que el coste en materia de seguridad alimentaria después de
que pase la plaga puede ser hasta 15 veces superiores a los de la propagación en estos momentos.
El inicio de las lluvias en marzo y abril coincide cuando se regeneran los pastizales y la plantación, lo que permite que una nueva ola de langostas se reproduzca.
En
definitiva, el Programa Mundial de Alimentos advierte de que en el peor
de los casos y aunque lo considera improbable, la plaga podría
ocasionar una producción de las cosechas inferior a la media para este año y añade que se podrían producir grandes pérdidas de pastos en las regiones áridas y semiáridas.
De este modo, estima que será necesarios 208 millones de euros para dar una respuesta humanitaria eficaz.
Un enjambre de langostas puede sumar hasta 150 millones de ejemplares por kilómetro cuadrado y una bandada de un kilómetro cuadrado puede llegar a consumir una proporción equivalente a los alimentos que consumen 35.000 personas.
Cada nube de langostas avanza entre 100 y 150 kilómetros al día,
lo que complica las medidas de control. Solo en Sudán del Sur, uno de
los países más pobres del continente africano las langostas han afectado
ya a cuatro condados del Estado y aunque los enjambres son de menor
tamaño en comparación don los de Etiopía y Kenia podrían seguir su
propagación sin control.
En todo caso, Soriano
ha advertido que la plaga en África podría durar en torno
a un año o un año y medio. "Hay casos en los que se ha superado en un mes", señala no obstante.
Soriano
subraya que esta plaga está afectando "precisamente" a los países más
pobres de África, a Sudán del Sur, Etiopía, Somalia, Kenia, pero la
plaga podría llegar a España, "aunque no es fácil", si se dan un conjunto de condiciones.
Para
que se inicie una plaga, explica que son más propicios los años muy
húmedos que cuando se da una sequía generalizada en la que cuando
eclosionan los huevos no tienen alimento y, por ende, no prolifera.
Cuando hay profusión del crecimiento y el enjambre de langosta encuentra un campo propicio para su expansión, "avanza arrasando"
ya que el investigador añade que una langosta come su equivalente a su
peso cada día. Si además de alimento encuentran corrientes de aire
propicias puede darse el caso, "y se ha dado", de que lleguen desde
África hasta Reino Unido e incluso han llegado a cruzar el Atlántico.
España
no está exenta de sufrir plagas de langostas, no siempre procedentes de
África, sino que existen zonas endémicas de plagas. La langosta es
generalmente una especie centroafricana y norteafricana, pero en la zona
del aeropuerto de Barajas puede haber plagas de saltamontes.
Esto
obliga, según ha apuntado el investigador a que AENA realiza un
"control exhaustivo" de esas poblaciones para evitar daños a la
navegación aérea. Además de por su capacidad depredadora, estos
insectos, algo más grandes que un saltamontes, atraen a los pájaros que
se alimentan de ellos, lo que puede aumentar el riesgo en los
aeropuertos.
Así, explica que una de las razones por las que en Barajas
existen cetreros precisamente evitar plagas de saltamontes y ahuyentar a
las aves depredadoras.
En España, la llegada
de langostas depende de las barreras geográficas, por ello apunta que
las zonas más propicias para sufrirlas son las mesetas ya que
"difícilmente" pueden superar montañas.
A estos
perjuicios se añade el hecho de que lo "más" eficaz para combatirlos
son los insecticidas, puesto que los más efectivos están "prohibidos"
por su potencial perjuicio para la salud del ser humano y el medio
ambiente.
Finalmente, indica que, de nuevo la
capacidad de hacer frente a estas plagas depende de cada país y lamenta
la existencia de un mercado negro de plaguicidas dañinos.