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sábado, 2 de marzo de 2024

Un pequeño ejército de 500 agricultores y activistas combate la desertificación del sudeste peninsular


VÉLEZ-BLANCO.- La esquina sudeste de la Península es una de las zonas más castigadas por la desertificación. El triángulo interior entre Almería, Murcia y Granada sufre la sequía más extrema y la agricultura intensiva en invernadero ha empobrecido sus suelos, según los científicos, hasta volver áridos casi un tercio del territorio total de las dos primeras provincias. Hace casi una década, un grupo de activistas se aliaron con agricultores para intentar frenar la degradación. El diario El País visitó este seco altiplano en 2019 y ahora ha vuelto para ver cómo ha evolucionado esta iniciativa.

Todo empezó en 2014, cuando la ONG holandesa Commonland buscaba una zona para poner en marcha un proyecto de restauración ecológica. Una asociación local de Almería, Alvelal, logró que los 400.000 euros al año venidos de fuera se invirtieran aquí, con un horizonte de dos décadas para dar un vuelco al paisaje. 

Una década después, los 30 agricultores implicados en la tarea se han multiplicado por 10 hasta llegar a los 359. Un avance muy significativo, pues el proyecto no solo busca la transformación ecológica, sino también la económica, para así evitar la diáspora.

La guerra contra la desertificación resulta muy desigual: durante la última década, Almería y Murcia sumaron 6.008 kilómetros cuadrados de suelos áridos que antes eran semiáridos, según los cálculos de la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con sede en la provincia andaluza más oriental. 

Mientras, Alvelal ha replantado 240.000 árboles y arbustos para regenerar 2,6 kilómetros cuadrados en fincas y montes públicos, y sus 359 agricultores suman 192 kilómetros cuadrados de zona agrícola que ahora respeta la vegetación natural para enriquecer los suelos, cuando antes esa tierra se araba y se empobrecía. A pesar de la disparidad de cifras y el desequilibrio de fuerzas, los lugareños saben que no hay otra que luchar.

Desde el coche, el paisaje no parece en exceso agreste, con manchas verdes en el horizonte, preñado de sierras bajas y campos con pistachos, nogales y almendros, algunos con la flor ya brotada y un blanco exuberante. Pero al pisarlo, el suelo pedregoso y seco desvela su escasez de nutrientes y poca riqueza. 

Desde septiembre no cayó una gota hasta hace unos días, con 19 litros por metro cuadrado. La mayoría de los cultivos de cereales se esfumó porque aun siendo de secano, no aguanta tantos meses sin agua y perece. En las fincas es normal ver rodadores esteparios (Salsola kali), las típicas bolas vegetales que ruedan con el viento en el lejano Oeste.

En una loma junto a la finca La Junquera, en el extremo occidental de la provincia de Murcia, sobre un suelo pedregoso hay plantados pequeños ejemplares de árboles como sabinas moras, encinas y pinos carrascos, pero también arbustos como enebros y retamas que no superan una cuarta de altura. 

No hay impacto visual ni lo habrá en cinco años, el crecimiento es flemático. Además, solo uno de cada dos plantados saldrá adelante, ya que la tasa de supervivencia es del 54% con la escasez de lluvia cada vez más acuciante.

“Trabajamos muy a futuro para crear un corredor ecológico desde el noroeste de Murcia hasta la comarca de Guadix, pero no hacemos reforestación, sino revegetación, no para generar bosques, sino ecosistemas”, matiza Fernando Bautista, responsable de áreas naturales de Alvelal. 

El objetivo es lograr que la vida brote diversa en este rincón áspero y evitar los bosques uniformes de una sola especie plantados antaño y que son pasto de las llamas con gran facilidad. Además, hacen captaciones de agua para aprovechar las lluvias torrenciales, que arrasan tierra que se pierde camino del mar.

“¿Lo más duro del campo? Mirar al cielo. El sueldo de un año viene en función de la sequía y las heladas, de ahí la inseguridad y la reticencia de los agricultores a los cambios para cuidar la cubierta vegetal”. 

Remedios Arrés, agricultora, presidenta de la asociación Alvelal y una de las líderes de esta guerra contra los elementos, sabe que en su zona cada vez llueve menos y de manera más torrencial —unos 310 litros por metro cuadrado de media al año―.

 Para frenar la creciente desertificación y que el suelo no muera, es necesario que el arado de los campos disminuya, rebrote la vegetación, se pique la leña para esparcirla y no se queme, y que los montes vuelvan a tener los bosques de antaño. Ya es habitual que en este territorio caigan 200 litros en cinco días y el suelo sea incapaz de absorberlos.

Tras esta década de trayectoria, los científicos de la Universidad de Almería que estudian los suelos del Altiplano han comprobado dos evidencias: la primera es que el porcentaje medio de materia orgánica en estas tierras es del 1,27%, pero en algunos cultivos regenerativos, como el del agricultor Manuel Martínez en Chirivel (Almería), casi se duplica hasta el 2,3%. 

Con 250 hectáreas de viñedo, cereal, almendro y monte regenerativo, Martínez confirma los efectos del dato: “Yo no había visto lombrices en mi vida y ahora se escarba y hay”. 

Y el segundo es la constatación de que la almendra regenerativa posee mayor calidad nutricional que la ecológica y la normal, con más nutrientes, proteína, grasas y compuestos bioactivos, como demostró un estudio de la Universidad de Valencia. Este territorio alberga la mayor superficie de almendra ecológica del mundo, con 70.500 hectáreas.

“Se trata de adaptar las técnicas del pasado, porque antes de los tractores ya se hacían las terrazas, que son muy antiguas, o las acequias de careo que hacían los árabes. Cuesta esfuerzo cambiar, pero hasta los agricultores más escépticos han adoptado estas prácticas. El esfuerzo de estos 500 agricultores son gotitas de agua en el mar, pero por algo se empieza”, opina Miguel Ángel Gómez, director técnico de Alvelal e investigador de agronomía en la Universidad de Almería.

Las Administraciones dan facilidades a Alvelal, pero se limitan a cuidar los montes públicos, sin implicarse en la revegetación. “De momento somos los únicos que restauramos. Ha salido la ley europea [la reciente norma de Restauración de la Naturaleza] y hay mayor sensibilidad, pero ninguna Administración financia, ni el Estado ni las comunidades autónomas”, confirma Bautista.

Las cinco comarcas del territorio tienen 79 Ayuntamientos con 200.000 habitantes y hasta ahora 23 alcaldes han firmado el Manifiesto por un territorio corregenerativo para reducir la despoblación, expandir los cultivos regenerativos y dar un mayor margen económico a los agricultores, factores a priori de sentido común para el beneficio de sus vecinos. 

Alvelal quiere implicar al medio centenar de regidores pendientes de unirse a la iniciativa y abrirles los ojos para que antes de 2026 todos estén en el barco, así como que se mojen la Junta andaluza, el Gobierno de Murcia y el Ministerio para la Transición Ecológica.

Elvira Marín dirigió Alvelal y ahora preside la Fundación Aland para exportar al resto del país el modelo de los cuatro retornos que implantaron los holandeses en el Altiplano. “Queremos influir en las políticas públicas porque el modelo actual es evidente que no funciona. Sufrimos desertificación, pero también despoblación y falta de oportunidades. Las perspectivas socioeconómicas y ambientales son horrorosas, pero involucrando a los empresarios y a la ciudadanía se puede revertir el proceso, hay que dar autoestima a la región”, alienta. 

Un ejemplo es La Almendrehesa, empresa que paga entre 7,3 y 7,5 euros el kilo de almendras en cultivo regenerativo a 50 agricultores, un 5% superior al precio de medio de las lonjas de almendra ecológica.

Desde la acera de la Administración, Jaime de Lara, director del Parque Natural Sierra María Los Vélez (Almería), es una excepción: “Los planes de restauración de Alvelal en seis montes son lo mejor que me ha pasado en la vida. Ellos se encargaron de todo, yo solo les abrí las puertas del parque y me ahorraba el proyecto, la licitación y las certificaciones burocráticas”, confiesa. 

Sobre el futuro es optimista: “Tengo la certeza de que la erosión se corrige con repoblación y restauración hidrológica. El cambio para el agricultor no es más costoso, pero sí debe cambiar el chip y olvidarse del arado para incorporar los residuos al suelo”. 

El alcalde de Chirivel, José Torregrosa (PSOE), añade: “No es fácil ese cambio. Nuestros mayores estaban atados a la maquinaria y hacer inversión cuesta. Estamos en un secano rabioso y llevamos dos años muy malos”.

Donde confluyen las provincias de Murcia, Albacete y Almería está la finca El Entredicho, una explotación familiar de cereal, almendro, pistacho, nogales y 700 ovejas, donde sus dueños construyen gaviones para romper la inercia del agua, que baja la ladera a toda velocidad desde la cercana Sierra Revolcadores.

 “Confío en que los cultivos regenerativos se diferenciarán con un sello del ecológico, pero el dinero no fue la razón para meternos en Alvelal”, cuenta Rafael Ordinas, que el año pasado produjo 40.000 kilos de almendra. 

“Las llamadas malas hierbas no son tan malas. Solo tocamos un par de veces al año la estructura orgánica de la tierra y labramos cerca de los árboles, no en el centro de las calles para evitar la erosión”, explica. 

El Ministerio de Agricultura ve con buenos ojos la agricultura regenerativa, pero no se plantea impulsar un sello que lo diferencie del ecológico y pasa la pelota a la Comisión Europea.

El próximo mayo se reunirán en Gerona representantes de siete asociaciones de la Península (Alentejo, Menorca, Cádiz, el Altiplano, Gerona, Campos de Montiel y el Ebro) para consolidar una red nacional de espacios regenerativos y unir esfuerzos.

 “Queremos convertir a la Península Ibérica en el territorio regenerativo líder de Europa en la restauración de paisajes con desarrollo de negocios y una visión holística”, avanza Willem Ferwerda, fundador de Commonland, que aporta 400.000 euros del presupuesto anual de 1,6 millones de Alvelal e invierte en proyectos medioambientales de 20 países.

jueves, 26 de agosto de 2021

La quinta parte de la tierra en España ya está desertificada


MADRID.- Las olas de calor y los incendios forestales que han asolado el Mediterráneo este verano han dado a los europeos una dura lección sobre los peligros del cambio climático. Pero hay un problema acuciante en el horizonte, a más largo plazo, que afecta especialmente a nuestro país: la desertificación, a juicio de La Razón.

No en vano somos el país de la Unión Europea con mayor riesgo de convertirse en «tierra muerta». Aunque no necesita mucha explicación, se trata de un proceso que implica la degradación de la tierra en zonas secas, lo que la hace improductiva e infértil. 

Una realidad que ya es tangible en el 20% del territorio español y que nada tiene que ver con el avance del desierto y sus dunas de arena. Más bien con el resultado de años y años de explotación agrícola y ganadera descontrolada, que ya son imposibles de revertir.

Casi una quinta parte de España ya es terreno infértil, en gran parte por razones históricas como la minería destructiva y la sobreexplotación ganadera. En esas zonas, las tierras productivas se han vuelto incapaces de generar cultivos sustanciales para la vida humana o animal, aunque parte de la vegetación puede aguantar.

“Es como un agujero negro”, señala Gabriel del Barrio, investigador de La Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), organización dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a The Financial Times

“Este 1%- que mayoritariamente está localizado en Almería, en el desierto de Gádor– pone en peligro el campo a kilómetros a la redonda, es el principal consumidor de agua y ha causado muchos daños».

Las imágenes de satélite muestran que otro 1% del territorio español se está degradando activamente debido a las prácticas agrícolas intensivas, aunque también se ve afectada indirectamente una mayor superficie.

“La desertificación es una de las cuatro grandes áreas de preocupación ambiental del mundo, junto con el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, explica Elias Symeonakis, experto en el tema de la Universidad Metropolitana de Manchester al mismo medio. 

“Dependemos de esas áreas que se están degradando para nuestra alimentación y nuestra población. Una vez que se degradan, no hay mucho que puedas hacer”. La causa principal, según los expertos, es la acción humana, que se manifiesta en la sobreexplotación agrícola y el riego excesivo, que erosiona el suelo y drena los acuíferos.

El problema existe a una escala desalentadora en España, donde la agricultura se ha industrializado constantemente y tres cuartas partes de la masa de tierra ya es generalmente seca o semiárida. Del Barrio, como muchos otros, vincula la desertificación con la alteración del uso del suelo, la industrialización de la agricultura y el riego intensivo.

Estos cambios, que han ayudado a aumentar los ingresos del campo en casi un 50% hasta 2020, tienen un alto coste, que el país pagará en un futuro próximo.

jueves, 3 de diciembre de 2020

La Fundación Ingenio impulsa un Centro de Innovación Contra la Desertificación

MURCIA.- El presidente de la Fundación Ingenio, Adolfo García, ha afirmado con motivo del Día Mundial de Suelo, que se celebra el 5 de diciembre, que para frenar el avance de la desertificación, la agricultura sostenible es "un aliado fundamental".

"El reto demográfico y el cambio climático son dos desafíos de futuro que debemos abordar desde el campo para conseguir abastecer a la población del planeta respetando el medioambiente", reconoce el presidente de Fundación Ingenio.

Para ello, estima fundamental promover una agricultura responsable, que priorice el uso eficiente de los recursos al tiempo que lidere los avances tecnológicos y científicos para hacer del cultivo de alimentos un motor de sostenibilidad ambiental, según informaron fuentes de la Fundación en un comunicado.

"Queremos producir más, con menos", reclama García, que recuerda que Fundación Ingenio fue la única entidad de España, junto con el Ministerio de Transición Ecológica, que participó en el Día Mundial de la Desertificación.

"Estamos trabajando en un proyecto piloto que tiene como objetivo poner en marcha el Centro de Innovación Contra la Desertificación en Murcia junto a la compañía británica Kiatt, una de las más punteras de Europa en transformar sectores mediante la innovación y modernización tecnológica", señala Adolfo García.

Fundación Ingenio y Grupo Kiatt también han lanzado conjuntamente la iniciativa del Food Waste Challenge, abierto hasta el 18 de diciembre, "con la intención de captar a empresas innovadoras, subvencionarlas y mentorizarlas para atraer todo el talento y valor tecnológico a la Región de Murcia", explica Adolfo.

Fundación Ingenio, en la línea de la mayoría de expertos, admite que la degradación de los suelos tiene que ver con cuestiones climáticas, pero "también con actividades antrópicas como la irrigación, la saturación de los suelos o la planificación urbanística", indica.

"Desde la Fundación Ingenio tenemos claro que es necesario cambiar las actitudes públicas hacia la principal causa de la desertificación y la degradación de las tierras", asegura Adolfo.

"Asumimos el reto que supone la preservación del medio para asegurar el abastecimiento de productos alimentarios" declara. Asimismo destaca el "papel esencial" que juega la innovación presentándose como "una de las posibles soluciones ante el gran reto al que se enfrentan los agricultores", admite García.

En ese sentido, Fundación Ingenio aboga por una "visión transversal" del pacto verde y una colaboración entre las diferentes instituciones y administraciones para establecer sinergias que ayuden a concienciar a la población.

"El sector agrario tiene que poner de su parte para producir alimentos cada vez más sostenibles, pero creemos que el consumidor también puede, con sus decisiones, colaborar en este cometido, demandando productos de cercanía", asegura el presidente de Fundación Ingenio.

Según Fundación Ingenio, el sector ha mostrado su compromiso con el uso de la metodología de transferencia tecnológica para avanzar en una transformación de los hallazgos científicos en las empresas y tecnologías del futuro.

"El sector agrícola conoce en profundidad las técnicas, procesos y metodologías que acompañan la aceleración tecnológica, siendo la agricultura de precisión y la biotecnología, claros ejemplos de ello", señala el presidente de Fundación Ingenio.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

La Región reclama una PAC con más ayudas para luchar contra la desertificación

MADRID.- El consejero regional de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, reclamó, durante la Conferencia Sectorial de Agricultura, una Política Agraria Común (PAC) que tenga más ayudas para poder hacer frente al avance de la desertificación.

Respecto a la distribución de los fondos, y ante la propuesta de destinar el 40% de las ayudas directas a prácticas medioambientales, Luengo solicitó al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que se condicionen dichas medidas a la realidad de cada territorio, «lo cual significará un mayor aprovechamiento de las ayudas, actuando conforme a la situación de cada región». 
Así, recordó que «para la Región de Murcia resultan especialmente importantes las medidas encaminadas a la lucha contra la erosión, la desertificación y el déficit hídrico, así como para el fomento de sistemas de fertilización sostenible y mantenimiento del paisaje, para lo que podrían servir de ejemplo las medidas de agroambiente y clima que figuran en el Programa de Desarrollo Rural».
«No podemos olvidar -añadió- el beneficio medioambiental que supone el mantenimiento de los pastos arbustivos mediterráneos o el de los cultivos permanentes, especialmente importantes en la Región, por lo que debería garantizarse la ayuda a estos sistemas». 
Sobre las decisiones a adoptar en el marco de los programas operativos, apuntó a que deberían orientarse hacia la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.

lunes, 17 de junio de 2019

El 75% del territorio español está en "peligro" de desertificación, según WWF


MADRID.- La organización conservacionista WWF asegura que un 75 % del territorio español está en peligro de sufrir desertificación y advierte de que el 20 % ya lo sufre y que habrá "sequías más graves", si no hay un "cambio radical" en la política de gestión del agua.

A través del informe "Crónica de una sequía anunciada", WWF advierte de que habrá "mayores impactos" si no se apuesta por una "política hidrológica más sostenible y estratégica", porque la falta de agua "no es la principal responsable" de los efectos negativos de las sequías.
Según el informe, "las cuencas que más problemas ligados a la sequía padecen se corresponden con las zonas que tienen mayores índices de sobreexplotación del agua", afirma la organización en un comunicado.
Subrayan que si no se toman decisiones y previsiones, se agotarán las reservas y llegará un momento en el que "entraremos en números rojos y comenzaremos a sufrir los efectos de una nueva sequía", afirma el experto del Programa de Aguas de WWF, Rafael Seiz.
La organización advierte además de que, a pesar de "estas malas cifras", España ha apostado por un modelo de gestión del agua que "prioriza los grandes consumos, como en el sector agrícola del regadío".
Señala que en aquellas zonas donde "no existe suficiente agua disponible en ríos y embalses se hace un uso más intenso del agua subterránea", una situación que pone "aún más en peligro" las reservas estratégicas de agua para futuro.
"Todo ello sin contar el agua que se consume de forma ilegal, se estima que existe más de medio millón de pozos ilegales en España", asevera la organización.
La ONG señala que según el Centro de Estudios Hidrográficos del CEDEX (2017) los recursos hídricos disponibles en las diferentes cuencas hidrográficas se reducirán entre un 3 % y un 7 % de aquí a 2040.
En este sentido, según explica WWF, el centro de la península experimentará una disminución de recursos acuíferos "en torno al 10 %", y recuerda que la desertificación afecta ya "al 20 % del territorio".
Por ello, solicitan a las Administraciones públicas que den un giro radical a su gestión apostando "por una cultura del ahorro del agua", ya que las políticas que "adoptemos hoy evitarán las sequías de mañana”, concluye Seiz.

miércoles, 11 de julio de 2018

La Región y Almería son las zonas con más riesgo de desertificación de Europa

MURCIA.- La Región de Murcia es una de las zonas con más riesgo de desertificación de Europa. Así lo revela un estudio de la Universidad de Murcia (UMU), que sostiene que el litoral semiárido de Murcia contuvo bosques mixtos, de coníferas y quercíneas hasta hace 4.000 años, aunque ahora nos encontremos con un ambiente totalmente diferente.

En las áreas montañosas de la costa murciana existieron bosques de pinos, encinas, alcornoques, robles, castaños, nogales, madroños, avellanos, abedules, alisos, fresnos, sauces, incluso abetos, así como de diversos arbustos como el lentisco, el acebuche, la coscoja, el aladierno, el boj o el saúco, antes de que comenzará la explotación metalúrgica durante las edades del Cobre y el Bronce.
Este escenario ecológico es más propio de zonas submediterráneas con mayor pluviometría, como el Parque de los Alcornocales en Cádiz o las zonas más húmedas de Cazorla, Segura y Alcaraz.
El estudio, llevado a cabo por el grupo de investigación ECCE HOMO (Evolución, Cenozoico, Cuaternario, Ecología) de la Universidad de Murcia (UMU), forma parte de una tesis doctoral realizada por Elena Fierro, bajo la dirección del catedrático de Botánica de la UMU José Carrión.
Esta investigación, publicada en 'Proceedings of the Geologists Association', y de la que se ha obtenido una nueva secuencia de cambio vegetal durante los últimos 7.500 años en el Puerto de Mazarrón, se ha llevado a cabo a través de sondeos mecánicos y posterior análisis polínico con microscopía óptica, con objeto de extraer microfósiles, principalmente polen y esporas. Los estratos fosilíferos fueron fechados mediante la técnica radiométrica del Carbono 14.
Respecto a los resultados, el proyecto muestra que se trata de un cuadro paleoecológico que no se acerca a la situación actual de la costa murciana.
"Murcia y Almería son las zonas más áridas y deforestadas de toda Europa. Sin embargo, hemos encontrado un paleoambiente más propio actualmente de zonas subhúmedas", afirma Carrión, investigador principal del grupo de la UMU.
El artículo confirma que ésta es una de las zonas con más riesgo de desertificación de Europa. De hecho, la secuencia demuestra una vez más que las zonas climáticamente sensibles son las que antes colapsan ante la acción del hombre.
Se trata de un ejemplo paradigmático de colapso de la estructura ecológica por la acción humana. "La situación de deforestación y pérdida de biodiversidad que sufre la Región de Murcia se debe a la acción combinada de la aridificación, que tiene lugar a partir de los últimos 4.500 años, y de la acción del hombre a través de talas, incendios, sobrepastoreo y actividades mineras", asegura Carrión.
Los resultados de este estudio se recogen en la Tesis Doctoral 'Paleambientes en el sureste de España: Nuevos datos palinológicos y discusión en el contexto de la Península Ibérica'.

sábado, 17 de junio de 2017

La desertificación ocupa ya el 70 % de la superficie nacional, especialmente en Murcia


MADRID.- La desertificación, un proceso de destrucción de suelo fértil prácticamente irreversible, avanza por diferentes ecosistemas que ocupan el 70 % de la superficie de España debido a la mala planificación y sobreexplotación de los recursos naturales, sobre todo del agua.

Coincidiendo con el Día Mundial de la Desertificación que se celebra hoy, el científico Jaime Martínez Valderrama, experto en esta materia en la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC en Almería explica cuál es la diferencia entre desierto y desertificación.
"Los desiertos son ecosistemas fruto de condiciones de extrema aridez, la desertificación, por el contrario, es un proceso que se desata por intervenciones humanas inadecuadas, no responde a la mala suerte sino a la mala planificación de los recursos naturales", aclara.
Mientras los desiertos naturales son ecosistemas sorprendentemente ricos en biodiversidad por sus variables condiciones de temperatura (entre la noche y el día) y humedad (entre lugares de sombra y sol), la desertificación arrasa tierras prósperas y las vuelve yermas de manera irreversible.
Según los datos del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND) del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), más de dos tercios de la superficie de España es susceptible de sufrir desertización.
El PAND reconoce que existen procesos de desertización en marcha en cinco tipos de ecosistemas: uno de ellos se da en las zonas donde predominan los sistemas hortofrutícolas costeros que generan sobreexplotación de los acuíferos, principalmente en las áreas de invernaderos de Granada, Almería, Murcia y Canarias.
Otros son las zonas de matorral y eriales de territorios rurales que han quedado abandonados y sin cuidados de manera muy rápida, y que dejan paisajes muy proclives a los incendios.
"De estas zonas está salpicada toda España", apunta Martínez Valderrama.
Otros ecosistemas afectados son los cultivos agrarios leñosos, fundamentalmente las fincas de olivar y almendro de la cuenca del Guadalquivir, que secan también los acuíferos y destruyen la cubierta vegetal del suelo; las dehesas; y otras zonas de muy intensivas en otros cultivos de secano.
Aunque las manchas de desertificación en el mapa del PAND están repartidas por todo el territorio, donde más predominan es en Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y todo el Levante.
La señal para detectar que un suelo se está desertificando suele ser la aparición de costras y cárcabas en el suelo, un indicativo "tardío" de que la tierra se ha secado, porque cuando aparece el acuífero subyacente ya ha sufrido una muerte irreversible.
Las cinco tipologías de desertificación que avanzan en España tienen que ver fundamentalmente con la mala planificación de la agricultura -coinciden los expertos-, bien sea por el abandono de la tierra o por su uso intensivo que busca la rentabilidad a toda costa y sobreexplota los acuíferos para el riego.
En el caso de las zonas costeras, esos acuíferos tienden a ser ocupados por agua del mar, que los saliniza y los deja yermos para siempre, apunta el científico del CSIC.
"La desertificación es consecuencia de una sobreexplotación, que al igual que ocurre con los océanos tiene que ver con la práctica humana de querer sacar más de lo que hay", subraya Martínez Valderrama.
Además, el portavoz de Bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto ha recordado que la subida de temperatura, menor precipitación y mayor riego de incendios a consecuencia del cambio climático "acelerarán estos procesos de pérdida irreparable de suelo".
"Celebrar esta fecha con muchas ciudades de España a 40 grados debe servirnos para reflexionar sobre el impacto que las decisiones en materia de agricultura y de uso del agua tienen para el medio ambiente", agrega.
Las organizaciones ecologistas consideran que las mejores herramientas para frenar los procesos de desertificación en España son políticas hidráulicas y agrarias "racionales".
En el primer apartado reclaman un enfoque integrado de la gestión de la demanda, implicando a todos los sectores demandantes de agua, teniendo en cuenta los caudales ecológicos, persiguiendo la sobreexplotación y contaminación de los recursos hídricos, la proliferación de pozos ilegales y el mal uso del agua.
En materia de agricultura, luchar contra la desertificación pasa por reducir el regadío de las cuatro millones de hectáreas actuales a los tres o 3,2, así como por una agricultura más orientada a productos de calidad que a la cantidad, afirman desde Ecologistas en Acción.
Desde esta última ONG animan a los ciudadanos a firmar la iniciativa ciudadana europea "People for soil" que reclama a la UE una directiva que garantice "suelos sanos y fértiles para el futuro".
Coincidiendo con este día, el parlamentario del partido verde, Equo, Juan López de Uralde, ha registrado también una pregunta parlamentaria solicitando al Gobierno un diagnóstico sobre el proceso de desertificación que sufre España.

sábado, 16 de junio de 2012

Murcia se seca por dentro, alertan expertos en el Día de la Desertización


MADRID.- España se seca por dentro, según alertan los estudios que reflejan cómo la falta de precipitación regular en la península incide directamente en los acuíferos.

El director del Centro de Investigaciones sobre Desertización, Patricio García-Fayos, explicó hoy que la falta de lluvia incide directamente en la cubierta vegetal que al deteriorarse provoca la erosión del suelo, que pierde la permeabilidad necesaria para filtrar el agua con el que se alimenta el subsuelo.
Este ciclo perverso hace que la superficie más desnuda y expuesta no reaccione ni ante las lluvias torrenciales que esporádicamente azotan el territorio español, sobre todo en zonas insulares y de costas, asociadas a los modelos de cambio climático.
España, el más desértico de los países europeos junto con Grecia, está abocada a la sequía crónica si no se toman medidas urgentes, señaló el experto.
Según García-Fayos, biólogo, botánico y especialista en ecología vegetal, el aumento de la aridez incide directamente en un aumento de los incendios forestales, uno de los agentes más degradantes del suelo.
Aunque el panorama se presenta catastrófico, reconoció, y hay puntos en España donde ya se ha alcanzado el "umbral de fragilidad", el punto de no retorno, la reforestación es la única alternativa y está prácticamente en manos de todos.
"Casi todos podemos sembrar un árbol", subrayó el investigador, coautor en 2011 del libro "Restauración ecológica de áreas afectadas por infraestructuras de transporte", editado por la Fundación Biodiversidad para minimizar el impacto de la obra civil en el terreno.
García-Fayos recordó que la normativa vigente obliga a la obra pública a contar con un plan de revegetación, al que además hay que dar seguimiento, por lo que recomendó favorecer las especies autóctonas, acordes con la climatología de la zona afectada y no optar por modelos importados, de resultados desconocidos en España.
Sembrar no es una medida estética, sino una inversión en el suelo y en el agua del futuro, puntualizó.
El experto señaló que Almería, Alicante, Murcia y algunas zonas de Teruel figuran entre las más áridas de España, aparte de Canarias, según los parámetros que determina el Centro de Investigación que encabeza, con sede en Valencia y dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Entre los datos que analizan en sus estudios, además del limitante del clima, aparecen la pérdida de vegetación silvestre, la agricultura, la salinización del suelo y la carga que soporta por pastoreo.
La investigación se inició en 2004 y se complementa con trabajos similares que se desarrollan en centros de Zaragoza y Almería, para recoger datos de zonas de situaciones extremas en toda la península.
"Lo que pasa en España interesa en toda Europa, somos una especie de laboratorio de lo que podría pasar en el futuro en el resto del continente. España es el límite con África", subrayó.
La lucha contra la desertización, insistió García-Fayos, empieza evitando la degradación de la cubierta vegetal, identificando los riesgos y adoptando medidas.
"Hasta que no se invente la lluvia artificial, y no conozco ningún método de éxito, es mejor sembrar", recomendó.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) declaró en marzo que la falta de precipitaciones situaba España en un periodo de "sequía meteorológica", con un año hidrológico (del 1 de octubre de 2011 a 1 de septiembre de 2012) un 36 % por debajo de la media de precipitaciones y una irregularidad pluviométrica sin precedentes históricos.
El portal de internet aguaymapas.com, elaborado con datos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, ofrece información sobre la situación del agua en España, embalses, precipitaciones anuales, riesgo de inundaciones, consumo y la evolución de la aridez, de sureste a norte, desde hace 70 años.
La ONU, que promueve la celebración mañana del Día Mundial del la Desertización, recuerda que las personas que viven en las tierras más áridas del mundo, un 40 % de la superficie del planeta no cubierta por agua, son algunas de las personas más pobres y vulnerables al hambre.

lunes, 27 de febrero de 2012

Investigadores del CSIC proponen sumideros de carbono para evitar la desertificación


MURCIA.- Investigadores del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), dirigidos por el científico Carlos García Izquierdo, han desarrollado diversos estudios donde se pone de manifiesto que la calidad y fertilidad de suelos degradados del sureste español, pueden ser recuperados si se les incorpora soluciones orgánicas basadas en residuos orgánicos de diverso origen (animal, agrícola o urbano). 

   Como estrategia para evitar la desertificación, el equipo del Dr. García Izquierdo propone aumentar los niveles de materia orgánica de los suelos mediante la incorporación a los mismos de residuos orgánicos previamente tratados, con objeto de incorporar materia orgánica estabilizada y así fijar carbono en dichos suelos, consiguiendo hacer de ellos verdaderos sumideros de carbono y mitigando así las pérdidas de CO2 a la atmósfera y el temido efecto invernadero.
   Durante las últimas décadas, los esfuerzos realizados en agricultura para incrementar la producción de alimentos con el fin de paliar las necesidades de la sociedad, han supuesto una desproporcionada presión sobre los recursos naturales, fundamentalmente sobre el agua y el suelo.
   Por ello, el suelo de diversas zonas españolas está sufriendo un importante proceso de degradación que influye en una pérdida de calidad y productividad, lo que está llevando a que un tercio de la superficie tienda a la desertificación.
   Los científicos del CSIC han anunciado que si no se corrigen estos comportamientos, el futuro podría ser desolador ya que los suelos perderán su fertilidad y calidad, y en un futuro no muy lejano no podrán realizar funciones vitales como permitir el crecimiento de las plantas, regular el flujo de agua en el medio ambiente y tener cierta capacidad para atenuar los efectos nocivos de los contaminantes que llegan a dicho suelo, mediante procesos físicos, químicos y biológicos.
   Con la medida propuesta, se consigue eliminar residuos orgánicos de manera racional y ambientalmente consecuente (conversión de un residuo en un recurso), reciclándolos en los suelos como estrategia contra su desertificación. Dentro de este campo de investigación, la labor de las poblaciones microbianas del suelo es clave, y de ahí que el conocimiento y manejo de su biodiversidad se ha revelado fundamental.
   El Programa Consolider Ingenio persigue alcanzar la excelencia investigadora de España, potenciando la cooperación entre investigadores y científicos, generando múltiples grupos de investigación.
   El conjunto de proyectos incluidos en el Programa Consolider movilizarán más de 2.000 millones de euros en los próximos cuatro años, de los cuales alrededor del 50 por ciento serán aportados por el Estado.