De nuevo una entrevista en Vila Web
a raíz de la Diada y los acontecimientos posteriores. Como previsto, el
gobierno estaba esperando el resultado del 11/09 para adaptar su
táctica. Minimizó la asistencia. El delegado del gobierno, Millo, habló
de 350.000, pero todos cifraban en torno al millón.
Por eso, a
continuación, se despliega la panoplia de actividades de carácter
preventivo (registros, confiscaciones, cierres de webs, restricciones
administrativas), se movilizan las policías, Guardia Civil, Mossos,
Guardia Urbana, se involucra a la banca, se cursa todo tipo de órdenes
en el interior y el exterior.
En el interín, desde algún solemne
despacho, el Fiscal General Maza, reprobado por el Parlamento, afirma
con gesto solemne, que entra en lo posible detener a Puigdemont o
inhabilitar a Junqueras. Tendrá que encontrar un hueco en su apretada
agenda de tomar declaración a 712 alcaldes, lo que puede llevarle cinco o
seis meses en jornadas a tiempo completo.
Vamos,
una aplicación de hecho del art. 155, que se elevará a derecho cuando
los socialistas decidan olvidar sus últimos escrúpulos y den vía libre a
la intervención de la autonomía. Situación de excepción encubierta.
Para salvar la democracia, se la cargan.
Inútilmente
porque todo el mundo sabe que, con la represión, no se va a ninguna
parte. Se mantiene la situación, pero mucho más crispada.
La entrevista, en catalán. Fácil de entender. Si no, ya se sabe, traductor de Google.
El Estado mutante
Evelyne Huber et al., (2017) Transformaciones del Estado contemporáneo.Valencia: Tirant Lo Blanch, 519 págs.
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Al final, Palinuro se decidió a traducir el Oxford Handbook of Transformations of the State. No
entero, sino solo la parte correspondiente a los 35 Estados de la OCDE.
Es un texto de más de 500 densas páginas sobre algo de lo que todo el
mundo habla y no siempre con suficiente conocimiento de causa.
El
Estado es la única institución universal, junto con el dinero, que en
cierto modo es una emanación suya. Aunque hay quien dice que es al
revés. No es el Estado el que respalda el dinero sino el dinero el que
respalda el Estado. Como sea. Es una institución universal. Se ha
repartido la tierra entera, y las aguas y los cielos y el éter celestial
y el fuego de las guerras. Los elementos de los presocráticos.
La
realidad de los Estados y las relaciones entre ellos son cambiantes si
no por naturaleza, sí por arte. Han evolucionado desde el sistema de
Estados de la Paz de Westfalia de 1648, que suele darse como nacimiento
del "Estado nación" en un mundo aún no enteramente conocido y dominado
por Europa, al día de hoy, en que Europa ha perdido la hegemonía, pero
conserva querencias.
Todo
el mundo vive dentro de las fronteras de algún Estado. Pero no vive de
la misma manera. Unos son ciudadanos (a veces de primera o de segunda),
otros inmigrantes (legales o ilegales), otros, refugiados, otros
minorías nacionaless o pueblos autóctonos. Tampoco los Estados son
equiparables en prácticamente nada si no es el poder político, el
territorio, por pequeño que sea, y su población. Las diferencias
territoriales son abismales y también las de poder político.
Teóricamente todos son soberanos. Pero la soberanía es un tipo ideal que
poco tiene que ver con la realidad, aunque en unos casos menos que en
otros.
Las
gentes vivimos nuestras vidas en el marco de unas estructuras, las del
Estado, de las que no somos conscientes. Los ciudadanos saben que los
Estados son conjuntos de leyes, normas, usos, costumbres, tradiciones
que se dan por supuestas y de cuyas variaciones y evoluciones apenas se
toma nota. El ejemplo más evidente es el de los avances tecnológicos que
revolucionan la vida cotidiana sin avisar y a más velocidad de la de
esta de elaborar mecanismos de adaptación. Los cambios son continuos y
no es posible frenarlos. A la vista está lo que cuesta remediar sus
consecuencias más dañinas cuando se detectan, como sucede con la
conciencia del cambio climático.
El
Estado es una realidad mutante en un sistema internacional fluido.
Entenderlo de modo riguroso es difícil pero imprescindible a fin de
aclarar las cuestiones en debate en el ámbito público de carácter
concreto y práctico; las políticas públicas, que influyen decisivamente
en la vida de la gente: los impuestos, los subsidios, las pensiones, la
industria, el corporativismo, la privatización, el modelo productivo,
las exportaciones, un sin fin de factores que no paran de moverse.
El
modelo más o menos consolidado de Estados del bienestar durante la
Guerra Fría ha cambiado radicalmente entre los años 90 del siglo XX, con
la caída del comunismo, y el primer decenio del XXI con la crisis
financiera. Unos cambios tan profundos que han aconsejado elaborar una
tipología nueva, la que sigue el Handbook, de Estados
capitalistas desarrollados (OCDE), Estados en vías de desarrollo,
antiguos Estados comunistas y Estados islámicos. En realidad viene a ser
la vieja tipología de la Guerra Fría con alguna variante de enfoque y
el añadido de los Estados islámicos.
El
libro se concentra en varios asuntos decisivos en la elaboración de
políticas públicas y las examina con mucha precisión técnica y
referencias empíricas: la cuestión de la gobernanza multinivel que tiene
mucha importancia en una época caracterizada por lo que en otro trabajo
se llama "fronteras porosas". En relación con fronteras, un capítulo
sobre la función de las instituciones reguladoras transnacionales, lo
que viene a ser como la explosión del sistema de las "agencies"
independientes que plantan cara al Estado. La cuestión aquí es si esas
instituciones reguladoras transnacionales pueden llegar a sustituir al
Estado.
Atención
muy especial se presta a las variaciones y transformaciones del Estado
del bienestar, cuyo impacto en la vida de la ciudadanía es inmediato.
Así se dedican sendos capítulos muy especializados a las
transformaciones habidas en los modelos estatistas, el corporativismo,
el Estado de inversión social, las economías de mercado liberales y los
Estados ISI, de inversión de substitución de la inversión, entre ellos,
España, el ascenso del modelo de la oferta y la reaparición de un nuevo
Estado regulador precisamente a causa del triunfo de ese modelo de la
oferta.
Algunas
otras cuestiones tienen un tratamiento singularizado. Hay un capítulo
sobre la transformación del Estado desde una perspectiva de género y
otro sobre las migraciones, un aspecto que ya ha pasado del tratamiento
meramente cuantitativo que se le hacía en el modelo clásico a otro
cualitativo, dado que la complejidad creciente de las migraciones afecta
a cuestiones relacionadas con los derechos de ciudadanía que pueden
provocar y suelen hacerlo agravios comparativos que afectan a la
gobernanza.
El
capítulo sobre los Estados plurinacionales, a cargo de Michael Keating,
un reconocido especialista y en el que, entre otros, se estudia el caso
español, es de gran interés. En general, como todo el libro, concebido
en un espíritu sobrío, práctico y muy didáctico e ilustrativo.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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