ÁGUILAS.- Caja Murcia ha salvado del descenso a Tercera División, y su consecuente desaparición, al Águilas Club de Fútbol, un equipo murciano de Segunda División B. Hasta aquí podría tratarse de una historia más de un equipo regional que se queda sin financiación y está condenado a pasar a la historia. Pero la peculiaridad del Águilas C.F. es que es el club de fútbol que juega en el campo más antiguo de España: ‘El Rubial’, inaugurado oficialmente gracias a los ingleses en 1913, pero donde se jugaba al football desde 1908, recuerda hoy 'El Confidencial'.
Todo fue fruto de la eclosión de Águilas, ubicado en el sudeste de la costa murciana, gracias a la extracción y posterior exportación de mineral y del esparto hacia la Gran Bretaña.
La importancia de este equipo está muy vinculada a aguileños ilustres del siglo pasado y que vieron jugar a su equipo blanquiazul: Alfonso Escámez, ex presidente del Banco Central; el actor Paco Rabal (que pese a nacer en la pedanía de la Cuesta de Gos, a 15 kilómetros de Águilas, fue un ferviente seguidor del Águilas CF) o Armando Muñoz Calero, médico de Franco, aguileño y ex presidente de la RFEF.
A pesar de esta historia, el Águilas CF lleva tres años sorteando distintas crisis financieras vinculadas a los cambios de presidentes y a la voluntad de un grupo de los mismos por vincular la financiación del equipo de Segunda División B (grupo IV) a la recalificación de terrenos urbanísticos.
“El Ayuntamiento de Águilas no ha cedido a las presiones del último presidente del equipo, el empresario murciano Antonio Vicente, para que le recalificaran unos terrenos para edificar pisos a cambio de inyectar más recursos en el equipo, lo que provocó hace un año que el club cayera en manos de una gestora que se ocupara de las deudas a sus futbolistas y a créditos pendientes de pago que ascendían a 300.000 euros”, asegura a El Confidencial un miembro de la gestora del club murciano que preside actualmente Rafael López.
El pasado 31 de julio se cumplía el tiempo por el que los acreedores del club y los jugadores habían dado de plazo para percibir las nóminas pendientes y cancelar los créditos por importe de 300.000 euros. Finalmente, la entidad Caja Murcia ha concedido los 300.000 euros necesarios para que el club pueda disputar la próxima temporada en Segunda División B.
Acuerdo entre club y plantilla
El acuerdo financiero, aprobado por los directivos de la gestora y los jugadores, consiste en que la plantilla y el cuerpo técnico han rechazado la mitad de su sueldo a deber por el club con la condición que en dos años esta deuda estará solventada. Sólo dos jugadores se negaron a llevar a cabo este pacto, por lo que el club tuvo que abonarle todo lo debido. El problema es que actualmente las arcas del club están a cero ya que han finiquitado todo el dinero del préstamo.
A pesar del crédito que ha salvado al equipo este año, en la próxima temporada el club murciano deberá encontrar a un presidente que evite la desaparición del club tras 113 años de historia y después de que en 2007 el equipo se jugara el ascenso a Segunda División.
"Hemos conseguido sólo 300.000 euros de los 400.000 que necesitábamos, no hay más, es el dinero que tenemos para pagar, y no sabemos de dónde vamos a sacar para arrancar la próxima campaña", comenta José Cegarra, vicepresidente de la gestora.
Sin fichar a nadie, tan sólo con acuerdos, el Águilas CF ha empezado la pretemporada (con temperaturas que no descienden de los 36 grados) con los pocos jugadores aguileños con que se cuenta. “El problema es que no hemos tenido en los últimos tres años un presidente apasionado del fútbol y de los colores del equipo, sino un empresario que quería utilizar su poltrona en el campo para hacer negocios inmobiliarios en una costa que todavía mantiene su riqueza natural”, asegura Bartolomé Gómez, un socio que lleva más de 50 años apoyando al Águilas CF.
“La deuda de este equipo es mucho mayor de lo que se dijo y nosotros por lo que luchamos ahora es por, al menos subvencionar el pagos de los jugadores”, asegura el presidente de la gestora, Rafael López. Esa deuda global, al margen de los 300.000 euros para pagar a los jugadores, alcanza los 567.000 euros, según fuentes de la gestora del club. De éstos, la Región de Murcia podría conceder 100.000 euros.
La desdicha del club aguileño empieza el año pasado con la dimisión y posterior espantada de su anterior presidente, el empresario murciano Antonio Vicente, que sucedió en el cargo a Trinitario Casanova, quien antes había dimitido por estar vinculado a distintos casos de corrupción urbanística en Águilas y la costa murciana.
Casanovas estuvo implicado en el ‘caso de la Zerrichera’, una pedanía próxima a Águilas donde consiguió recalificar unos terrenos para construir pisos y que finalmente fue rechazada por los tribunales por encontrar indicios de corrupción en la concesión.
Casanova presidió el club aguileño a cambio de hacerse con los favores municipales (el Ayuntamiento está gobernado por el PP e independientes) e incluso fundó el diario gratuito El Faro para influir en sus decisiones empresariales. Hace dos años que el diario cerró y Casanova ha abandonado la ciudad de Águilas.
El estadio ‘El Rubial’ de Águilas, donde debutó Kubala con el Barça
El campo aguileño se inauguró el 19 de enero de 1913, aunque se tienen referencias del año 1908.
Fue comprado, mediante escritura pública de fecha 23 de junio de 1915, por Juan Gray Watson por 1.250 pesetas. El 19 de enero de 1913 se disputó el primer partido oficial del que se tiene constancia en El Rubial entre el entonces equipo local Sporting Club (fundado por inmigrantes ingleses que trabajaban en la industria minera en Águilas) y la Sociedad Levantina, con el resultado de empate a dos, aunque el Cronista Oficial de la Villa, Antonio Cerdá, demostró que ya en 1908 -el mismo año en el que se inauguró ‘El Molinón’ en Gijón- se jugaba en el terreno donde posteriormente se levantó el estadio.
El vetusto Rubial sobrevivió a la Guerra Civil Española y se convirtió en escenario de flashes y pasarela por el que desfilaron grandes figuras del fútbol nacional en la década de los 50. La influencia del aguileño Armando Muñoz Calero, presidente de la RFEF, miembro FIFA y vicepresidente del Atlético de Madrid, atrajo hasta el Rubial a Di Estefano, Ramallets, Basora, Samitier, Quincoces, Puchades, Ricardo Zamora o el ariete húngaro Kubala.
Precisamente, Kubala debutó con la camiseta azulgrana en El Rubial, gracias a la mediación de Muñoz Calero para conseguir el transfer, que se demoró durante varias semanas y que hizo peligrar su fichaje por el Barcelona. En la década de los 90 y en el presente siglo, el estadio ha bendecido a otros futbolistas como
Kempes,
Bebeto,
Fernando Torres,
Sergi,
Nadal,
Camacho o
Djukic.
Con la renovación de los estadios más antiguos de España en las últimas décadas, El Rubial abandera los pequeños tesoros en extinción que todavía perduran del nacimiento del fútbol nacional. Fue bautizado como ‘santuario’ por la Asociación Centenario del Fútbol Aguileño, fundada en 1996 entre otras cosas para la defensa de lo que consideran “patrimonio activo de la ciudad”. La agrupación planteó entonces la viabilidad de remodelación del Rubial aumentando el doble su aforo.
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