Sin embargo, el consumo excesivo, el impacto del cambio climático y la degradación de los recursos reducirán el suministro del preciado líquido, que en la actualidad escasea para un 40 por ciento de los habitantes del planeta.
Según el organismo internacional, tan solo en grandes zonas de Asia meridional y oriental, en Medio Oriente, África del norte y América del Norte y Central, se utiliza más agua subterránea de la que puede reponerse de forma natural.
Por eso, los agricultores -especialmente los pequeños campesinos-, tendrán que apoyarse en la tecnología y las prácticas de gestión para aumentar su producción con una restringida disponibilidad de tierra y agua, acotó la FAO.
El documento, redactado de conjunto con el Consejo Mundial del Agua (CMA), promueve la implementación de políticas gubernamentales e inversiones de los sectores público y privado para asegurar que la producción agrícola, ganadera y pesquera se realice de forma sostenible y contemple a la vez la salvaguarda de los recursos hídricos.
Estas acciones -indicó el estudio- son esenciales para reducir la pobreza, ya que en 2050 la mayoría de las personas tendrán en la agricultura su principal vía de sustento, mientras el volumen de agua disponible se reducirá por la competencia del desarrollo industrial y el aumento de la urbanización.
Además, las organizaciones mundiales destacaron la necesidad de garantizar la tenencia de la tierra, el agua y el acceso a créditos para potenciar el papel de las mujeres, que en África y Asia son responsables de gran parte de la actividad agrícola.
El informe titulado Hacia un futuro con seguridad hídrica y alimentaria resaltó también la importancia de proteger los bosques y las zonas montañosas, que contienen hasta un 80 por ciento del agua potable del mundo.
"Para hacer frente a la degradación y el desperdicio, las instituciones que gestionan el agua deben ser más transparentes en sus mecanismos de asignación y fijación de precios mediante políticas inclusivas y justas", subrayaron la FAO y el CMA.
La directora general adjunta de la FAO, Maria Helena Semedo, aseguró que el agua constituye un elemento insustituible para lograr una alimentación inocua y adecuada, de manera equitativa.
Al decir del presidente del CMA, Benedito Braga, con las inversiones adecuadas, los líderes mundiales pueden asegurar suficiente volumen, calidad y acceso al recurso para garantizar la seguridad alimentaria en 2050 y más allá, pero para eso la agricultura tiene que seguir el camino de la sostenibilidad y no el de la rentabilidad inmediata.